Mario Aguilar, presidente del Colegio de Profesores, repasa la compleja situación que se vive al interior del INBA y enfatiza en que este es el hecho más trágico que se ha vivido al interior de un colegio. En la misma línea, comenta que lo ocurrido “a los profesores nos supera totalmente”.
Por Álvaro Marchant
El incendio ocurrido el pasado miércoles en el Internado Nacional Barros Arana (INBA) ha provocado un sinfín de reacciones, desde peticiones de renuncia a la rectora del establecimiento hasta criticas a la Ley Aula Segura.
En entrevista con Fast Check CL, el presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, entrega su visión del incidente desde el gremio que representa y afirma que “criminalizar no es el camino”.
Sobre la realidad de la educación secundaria, Aguilar cuenta que “hay que darle atención y prioridad a la educación pública y darle más recursos”. Por otra parte, asegura que a la Ley Aula Segura “requiere muchos cambios” aún.
—¿Qué opinión tiene el Colegio de Profesores sobre lo ocurrido en el INBA?
Es una tragedia, una tragedia horrible. No creo que sea exagerado decir que es la situación más trágica que ha ocurrido al interior de un colegio en la historia de la educación chilena.
Tampoco recuerdo haber leído que antiguamente hubiera ocurrido una situación donde hay 35 estudiantes heridos, varios en riesgo de vital, lo brutal que fue todo lo que ocurrió, lo terrible. La comunidad está muy golpeada, mis colegas profesores están realmente muy afectados, porque además ellos fueron la primera línea. Fueron los que socorrieron a los estudiantes, varios tuvieron contacto directo con los quemados, otros los transportaron a la urgencia porque las ambulancias obviamente demoran en llegar, entonces fue un momento terrible.
—¿Cómo se recupera una comunidad educativa después de esto?
Ahora viene un proceso muy difícil de estrés postraumático, que sin duda iba a venir, porque fue muy fuerte. Niños con el cuerpo quemado completo se tiraban encima de los profesores pidiendo ayuda, fue una cuestión muy dramática. Yo me quebré cuando vi por primera vez los videos que andan circulando, imagínate los que lo vivieron.
—¿Cómo cree que ha sido la reacción del gobierno al respecto? El ministro dijo que no hay petitorio de los estudiantes.
Claro que hay unos grupos que hace rato realizan acciones y petitorios, no pertenecen al grupo estudiantil más práctico, por así decirlo, que levantan un petitorio y que en base a eso se moviliza. Hay unos grupos que simplemente realizan acciones, pero no hacen una solicitud específica. Entonces es bien incomprensible, para la misma comunidad y para la autoridad qué es lo que se pide. Y esto ya viene ocurriendo hace un tiempo, yo creo que a esto se refería.
“En educación, esperábamos más de este gobierno”
— Si bien la experiencia es terrible ¿Cómo sanciona lo que pasó?
Por la envergadura de la situación, el problema ya ha pasado a cargo de instituciones como la Fiscalía, y ellos deberán hacerse cargo del proceso investigativo. Y nosotros creemos que es bueno que se investigue, que se mire a fondo la situación y se determinen responsabilidades. Es necesario eso y estamos en la idea de que eso ocurra.
Hasta ahora, nosotros teníamos la sensación de que el hecho es grave, y no solo en este terreno de los encapuchados y los overoles blancos. También en otras situaciones de violencia escolar, como agresiones de apoderados, se hacían las denuncias y no pasaba nada. No había mayor investigación, le daban poca prioridad yo creo, entre las muchas cosas que tiene que hacer la Fiscalía, y nosotros siempre hemos demandado que esto sea prioritario, porque el efecto que producen estos hechos es muy grave.
— ¿Usted está de acuerdo con criminalizar este tipo de acontecimientos?
Yo creo que la criminalización no es el camino. De hecho, entre los estudiantes que están heridos hay algunos que no estaban realizando ninguna manifestación, sino que iban caminando por ahí.
Entonces, la criminalización tiene el grave problema de que es súper al boleo, no es específica, no aporta en lo más mínimo. Nosotros creemos que se deben enfrentar los problemas graves. Hoy día ocurren eventos complejos en muchos colegios del país, este caso tiene específica connotación de overoles blancos, pero hay un problema serio, y el más grave problema de la educación chilena hoy día es el problema de convivencia escolar y lo que está ocurriendo en las relaciones entre los miembros de las comunidades.
— ¿Por qué les tomó tanto tiempo tomar medidas concretas frente a esta violencia?
Yo creo que es un problema complejo, sin duda. De alguna manera, yo creo que se le ha hecho el quite por lo mismo, por la complejidad que tiene. Pero ese es el peor de los caminos, porque cuando se deja estar el problema, ya pasó la noticia, se calman las cosas y volvemos a lo de siempre, y eso no es una buena política. En Chile se da mucho no solo en esto, en muchos campos, como cuando queda la escoba en un estadio de fútbol, ya aparece de nuevo el tema, pero si no pasan incidentes el problema se olvida.
— Desde la perspectiva de lo educacional ¿Cree que el actual gobierno debería hacer más? ¿O considera que aún se encuentra en deuda con este tema?
Uno siempre espera que las autoridades, cualquiera sean sus signos, hagan más. En educación, esperábamos más de este gobierno, pero para ser justos, el problema en realidad viene desde antes. Los overoles blancos empezaron con el exalcalde Alessandri en Santiago, y hoy día esos sectores bajan vestiduras, pero cuando sucedieron los incidentes no fueron capaces de parar el problema de los overoles blancos.
—¿Usted cree que el programa Aula Segura es una medida perdida?
Aula Segura no sirvió de absolutamente nada, fueron puras cuestiones efectistas, mediáticas, comunicacionales pero al final puro show.
—¿Qué propuestas haría al respecto para remediar esta situación?¿Qué cambios implementaría?
Hay que hacer muchos cambios, pero hay que hacer cambios en el currículum, para que sea mucho más vinculado a los intereses reales de los jóvenes. Hay que darle atención y prioridad a la educación pública y darle más recursos.
Hay cuestiones que tienen que ver también con problemáticas que se levantan, por ejemplo, cuando tú tienes baños insalubres, cuando tienes infraestructuras en pésimo estado que se cae a pedazos, cuando tienes salas incómodas, cuando tienes un número de alumnos por sala excesivo, obviamente el profesor no puede hacer un trabajo más personalizado. También hay muchos estudiantes con graves problemas sociales y tampoco son atendidos en tema salud mental. En Chile tenemos un déficit de salud mental grave y eso se expresa en los colegios y en los consultorios municipales.
El protocolo dice que si tú tienes un alumno con un problema grave, en la educación pública tienes que mandarlo al consultorio municipal, y ahí al que tiene un problema de salud mental le van a dar un calmante y para la casa, el problema sigue exactamente igual, no tiene acceso a tratamiento. Si va al hospital, le van a dar hora para un año y medio más. Para la mayoría de la gente en Chile no es asequible la consulta privada que en algunos casos puede llegar hasta los 100 mil pesos.
— Entonces, para combatir directamente el tema de la seguridad en los colegios ¿Qué medida propondría?
El currículo consiste en la selección de contenidos que vamos a enseñar. Y el currículum no se está haciendo cargo de la realidad, porque no pone en el centro la convivencia escolar. Hay otras cosas a las cuales se le da mucha más importancia y al final termina siendo absolutamente inútil, porque qué aprendizaje y qué calidad de la educación puede haber cuando la convivencia está alterada del modo en cómo lo hemos llegado a ver.
Hay muchas frases vacías en el debate sobre educación, por ejemplo, cuando se habla de la calidad de la educación, y no se relaciona con lo que exactamente se está haciendo o qué es lo que el sistema nos obliga a hacer a nosotros, los profesores. Nos presionan todo el tiempo para obtener rendimiento y no hay preocupación por la educación emocional, no hay preocupación por lo social, sino que hay que rendir. Y así estamos.
“Queremos que se investigue con un fiscal con dedicación exclusiva”
— ¿Cuál es la responsabilidad de los profesores en esta materia?
Va a sonar algo autorreferente, porque soy profesor, pero yo creo que nosotros hacemos lo que podemos con condiciones muy adversas, muy precarias, en la mayoría de los colegios de Chile. Hacemos lo que podemos y si no fuera por nosotros, creo que la situación sería todavía peor de lo muy malo que está.
Trabajamos en condiciones muy difíciles. Siempre se puede mejorar y siempre podemos modernizarnos en nuestros métodos y a lo mejor de repente somos medio aburridos para los estudiantes, pero se acepta que puede haber algo que uno deba revisar.
— ¿Cree que eso también pasa por modernizar la estrategia de los profesores?
Sí, también pasa por eso. Pero si tú quieres hoy día innovar, el sistema no te lo permite porque te obliga a ver otros temas. Además, tenemos un currículum súper vertical que se impone y la exigencia está ahí para cumplirla, aunque tú muchas veces sabes, percibes y te das cuenta que no es lo que realmente necesitan los jóvenes, tenemos que cumplir con ciertos rendimientos y que se pasen todos los contenidos.
— ¿Cuáles son las posibilidades que tienen los profesores o el plan de acción ante hechos de esta magnitud?
No, nos supera totalmente. O sea, ahí mismo en el INBA, es un colegio que son casi dos manzanas que tiene un montón de formas de ingresar al colegio, de repente algunos colegas tuyos han dicho “¿Cómo, no controlan?”. Claro, es super fácil decirlo desde afuera, pero tienes mil estudiantes y un lugar con mínimo personal, sin condiciones de seguridad, de protección, con rejas fáciles de saltar. Es difícil, muy difícil.
— En este caso delicado, donde hay jóvenes en riesgo vital ¿Cree que posterior a esto, cuando se recuperen, debería abrirse un proceso investigativo?
Sí, ya se está investigando y nosotros queremos que esa investigación llegue a fondo, a la fiscalía y con un fiscal con dedicación exclusiva. Nosotros creemos que es necesario y toda la comunidad está dispuesta a colaborar con esa investigación, y que efectivamente se determine exactamente lo que pasó y los responsables.