Lucho Miranda, comediante: “Mi próxima meta es internacionalizar mi carrera”

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Lucho Miranda, comediante, es uno de los grandes triunfadores de la edición pasada del Festival de Viña. A meses de su presentación el comediante repasa cómo han sido estos meses y relata el trabajo detrás de su show que lo ha llevado a recorrer el país.


Por Álvaro Marchant

Luis Miranda, más conocido como “Lucho Miranda“, fue uno de los grandes triunfadores de la última edición del Festival de Viña. El comediante logró quedarse con los máximos reconocimientos del evento. Posterior a su presentación en Viña del Mar, el comediante, en conversación con Fast Check CL, cuenta que “ha aumentado mucho la exposición”, algo que se contrapone con su personalidad tímida, aunque en el escenario no lo parezca.

El comediante nació el 30 de enero de 1995, sin embargo, durante su nacimiento sufrió una asfixia por ocho minutos que desembocó en una parálisis cerebral espástica.

Lucho Miranda aborda cómo ha sido confeccionar su show “Oscuro”, el cual presenta desde abril del presente año y con el que ha recorrido distintas ciudades del país. Sobre éste cuenta que la presencia de personas discapacitadas se dio de manera orgánica y, en un principio “me sentía como obligado a contar un chiste, ahora ya sé que no es necesario tratar de ser siempre chistoso”.

Los chistes son los mismos solamente que el comediante va cambiando

—¿Cómo han sido estos meses post Festival de Viña? ¿Cuáles han sido los principales cambios en tu vida?

Así como cambios, claramente ha aumentado mucho la exposición, ahora mucha gente me reconoce en la calle, eso ha sido un gran cambio. También siento que el nivel de trabajo es distinto, porque antes no preparaba un show para 100 personas y ahora tengo que estar preparado para actuar frente a más gente. Es bacán, pero igual la ansiedad que te genera actuar para tantas personas es brígida.

—Sobre el show “Oscuro”, ¿esto nace post Festival de Viña o lo tenía pensado de antes? ¿Cómo fue ese proceso?

Tenía la esperanza de que la palabra “Oscuro” se pegara en el festival y pegó menos mal. Entonces quería hacer este show a partir de eso, del nombre. Y, desde ahí, fui escribiendo la rutina y fue complicado, porque para un comediante escribir una rutina nueva es muy difícil. Por ejemplo, la rutina que presenté en Viña eran chistes que venía contando desde el principio, entonces no me costó tanto llegar a ese show. Y también porque fue un trabajo de varios meses.

En este show (Oscuro) me vi obligado a escribir en un mes y sentí esa presión. Empecé a actuar en abril 2024 con “Oscuro”, pero todavía sentía que le faltaba algo, yo creo que recién se concretó y quedó bonita en mayo-junio.

—En una entrevista que diste a otro medio, cuentas que por ser “cuadrado” te cuesta improvisar en los shows y cambiar cosas ¿Cómo ha sido este proceso de escribir la rutina, modificarla e improvisar con la gente?

Me cuesta el interactuar todavía con la gente y creo que muchas personas también se han dado cuenta. Las primeras interacciones que yo subía se notaba que había un manejo distinto y ahora ya no le tengo miedo a conversar. A mi me cuesta salir o pasar mucho tiempo afuera, porque me cuesta interactuar.

—¿Ha sufrido grandes cambios la rutina durante estos meses?

Yo he ido cambiando. Al final los chistes son iguales, pero uno los cuenta de manera distinta, coloca un tono de voz distinto. Entonces, le doy más prioridad a eso, al final los chistes son los mismos, solamente que el comediante va cambiando.

Siempre se ha hablado de la discapacidad a través de la condescendencia

Me comentabas que eres una persona tímida y que te cuesta improvisar, pero en redes sociales constantemente publicas cápsulas de videos hablando con la gente de forma fluida, ¿cómo ha sido esa experiencia?

Ha sido muy bacán. Me empecé a dar cuenta que había mucha gente con discapacidad que iba a los shows. Y nosotros, después de las presentaciones, nos damos el tiempo de sacarnos fotos con la gente y tenemos ese feedback. En esas instancias mucha gente me decía “me sentí identificado con eso” y es bacán.

Y después dije “necesitamos crear contenido para las redes sociales para que la gente vea que hay un show que está funcionando, que la gente se ríe”. Pero, no podía quemar mis chistes porque tengo pocos, entonces dije “hagamos esta interacción”. Y ha salido súper bien.

Me he encontrado con gente muy simpática, con historias de vida, a veces brígidas (sic), pero que se toman todo con mucho humor y eso hace más fácil para mí tirar chistes ante esa persona. Ella me devuelve el chiste, entonces ha sido muy divertido. Es como un diálogo.

—¿Cómo enfrentas estas experiencias más fuertes?

Antes me sentía como obligado a contar un chiste, ahora ya sé que no es necesario tratar de ser siempre chistoso. Intento escuchar la historia, no me presiono tanto, aparte lo que te digo, me ha pasado que las personas últimamente ya saben cómo es la dinámica, ellos vienen con sus chistes ya listos.

— ¿Sientes que le has dado un cierto sello a tu show con este tipo de interacciones?

Sí, siento que ha sido genial en ese sentido darme a conocer por ese lado, que es un tema muy poco tocado también. Siempre se ha hablado de la discapacidad a través de la condescendencia. Entonces entregarle un poco de humor ante estas situaciones, que normalmente la gente dice como “Uy, qué penita” es bacán y me da gusto. Me da gusto ver comentarios de que la gente ha disfrutado esta nueva forma de tomarse temas como la discapacidad.

¿Qué te pasaba cuando hablaban con ese tipo de condescendencias?

Antes me molestaba más, ahora no me lo tomo mal. Sé que hay muchas de educación que no se hablan. No es culpa de la persona que me hable con condescendencia, solamente que no se ha informado, o no sabe qué es lo que tengo. Entonces, no es culpa de la persona, sino que es culpa de la sociedad.

Nunca se ha hablado de la discapacidad como algo no malo. Siempre se le considera como algo malo y creo que ya es tiempo de hablarlo como algo que pasa o que puede pasar.

¿Sientes que poco a poco se ha dejado de lado ese trato condescendiente?

Sí, claro, cada vez ha aumentado eso, o disminuido, no sé cuál es la palabra (ríe). Pero cada vez hay menos gente que tiene esa actitud, porque es más normal ver gente con discapacidad, es más normal ver chistes sobre eso, es más normal ver cómo una persona con discapacidad puede hacer su vida normal.

Creo que más que el humor tenga límites, cada uno debe ponerse límites

—¿Cuál era la idea o el concepto que quería plasmar en esta rutina?

Es una rutina relativamente esporádica, porque cuento muchas cosas del Festival de Viña, como lo que pasó post festival. Trato de que el humor oscuro salga más flote, hay mucha gente que pensó que yo me censuré en Viña por este humor oscuro, y no es así, entonces acá busco darle más espacio a eso y buscar otras cosas que me gustan.

—¿Te gusta el humor negro?

Sí, me gusta mucho. Siento que el humor negro está maltratado últimamente. La palabra “humor negro” se ha llevado a estos chistes que son pobres. Hay muchos chistes que dicen ser humor negro y no lo son.

Por ejemplo, cuando buscas humor negro en internet y sale una lista de 10 chistes que son sobre gente de África, o gente pobre, o de la Teletón, ahí falta algo.

Para mí la gracia de este tipo de humor es cuando una persona, un comediante cuenta una desgracia, o lo que la gente piense como una desgracia, y la transforma en humor.

—Existe esta premisa de que el humor no tiene límites o que no debería tenerlos, ¿qué piensas de esa idea?

Sí, o sea, claramente el humor tiene límites, y siento que uno tiene que ponerse los límites. Porque como comediante no puedes hablar de todo, aunque quisieras hablar de todo, y no es necesario que uno lo haga. Creo que más que el humor tenga límites, cada uno debe ponerse límites.

—¿Cuáles son tus límites en el humor?

Hay ciertas cosas que no puedo hablar porque no tengo tanta información, ahí está mi límite. Cuando hay ciertas cosas que no manejo, para qué la voy a hablar en el escenario, entonces, como que al final mis límites son culturales más que de otra índole.

—Siempre se dice que el tema del Festival de Viña es como la cúspide de lo que uno puede aspirar. Y tú ya lo lograste. Entonces, ¿qué le gustaría hacer ahora, cuáles son sus metas?

Quería ir a Viña para hacerme conocido. Porque la idea era que todos los proyectos tuvieran el doble de cariño o el doble de potencia. Y después de Viña me sorprendió la cantidad de gente de otros países que me han hablado. Todavía no caigo en cuenta de eso.

Mucha gente me ha hablado de Argentina, México, países de Centroamérica, de España también, que quieren que yo vaya para allá. Yo lo atribuyo a que igual mi humor es de poca actualidad nacional. Generalmente, hablo de cosas que me han pasado a mí o cosas que yo creo que pasan en todos los países. Entonces eso me ha ayudado mucho a convivir con el público extranjero. Mi próxima meta es internacionalizar mi carrera.

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