Catalina Lufín, presidenta de la FECh: “En su discurso, el Presidente Boric tuvo una actitud bastante negacionista”

En un año clave para educación, Catalina Lufín —presidenta de la FECh— asume la federación de estudiantes de la principal universidad de la nación, militante comunista, critica la actitud del gobierno en resolver algunas agendas importantes del movimiento estudiantil y la "actitud negacionista" del Presidente Boric, en el marco del fallecimiento del expresidente Piñera y su rol en el Estallido Social.
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En un año clave para educación, Catalina Lufín —presidenta de la FECh— asume la federación de estudiantes de la principal universidad de la nación, militante comunista, critica la actitud del gobierno en resolver algunas agendas importantes del movimiento estudiantil y la “actitud negacionista” del Presidente Boric, en el marco del fallecimiento del expresidente Piñera y su rol en el Estallido Social.


Por Elías Miranda

En Canela, región de Coquimbo, Catalina Lufín Pacheco (22) se encuentra realizando trabajos voluntarios junto a la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), organización que encabeza desde principios de septiembre de 2023. “No fue fácil”, reconoce, retomar una mesa directiva que estuvo sin dirección durante cerca de cuatro años.

La falta de quórum y baja participación del estamento estudiantil han sido los aspectos más críticos de la FECh en el último tiempo. En conversación con Fast Check CL, Catalina Lufín —estudiante de Literatura Hispánica y militante de las Juventudes Comunistas—, comenta que «si bien en un inicio hubo voluntad de avanzar en educación, ha sido tremendamente insuficiente lo que se ha hecho en el área».

“No creo que sea necesario decirle al movimiento estudiantil que tengan que evaluar sus prioridades”

— Fueron años en que la representación estuvo muy mermada, donde no había quórum para la elección de una mesa directiva, ¿en qué pie está hoy la FECh desde que asumiste la presidencia?

Ha sido muy complejo este proceso de reinstalar la federación, luego de alrededor de cinco años sin una directiva electa en todas sus facultades. La verdad que para nosotros esa instalación es una prioridad del período y posicionar a la FECh como un organismo que contribuye y que participa del desarrollo de la política nacional.

— Esas dificultades en quórum y baja participación estudiantil en el último tiempo, ¿a qué lo atribuyes? ¿desconexión? ¿sobrepolitización?

Son hartas cosas. La caída o esta reinvención de la participación en el movimiento estudiantil es multifactorial. Y, a mi criterio, una de los factores más importantes no tiene que ver con una desconexión de los dirigentes versus las bases, sino que con algo mucho más relevante, que es que en algún punto de la última década, el movimiento estudiantil va agotando su agenda de movilización y proyecciones hacia el futuro.

Catalina Lufín, presidenta de la FECh. Imagen cedida.

En 2011, la consigna era el acceso gratuito a la educación, y cuando avanzamos llegamos al 60% de la gratuidad, la necesidades van cambiando. La dificultad de ajustar lecturas para la contingencia de cada periodo nos ha, en buena medida, complicado de volver a participar como un actor tan relevante en comparación a otros años.

— La presidenta de la FEUC, Catalina Jofré, en entrevista con este medio (lea aquí), señaló que el movimiento estudiantil debería replantearse sus prioridades, ¿compartes esa reflexión?

Cualquier movimiento social tiene que estar permanentemente evaluando sus prioridades, porque así funciona la historia. No creo que sea necesario decirle al movimiento estudiantil que tengan que evaluar sus prioridades, es una responsabilidad más colectiva que compartida. La agenda ha ido cambiando desde el 2011 a la fecha, porque hay problemas que se van solucionando de manera parcial.

“Vamos a tomar medidas de presión si es que el Gobierno actúa con intransigencia”

— ¿Cuál es tu balance de lo que el Gobierno ha avanzado en educación hasta la fecha?

Si bien en un inicio hubo voluntad de avanzar en educación, ha sido tremendamente insuficiente en lo que se ha hecho en el área. En definitiva, mucho menos de lo que uno esperaría de un conjunto de líderes cuya génesis es el movimiento estudiantil. Y, por lo mismo, uno creería que se tomase más en consideración la voz de los movimientos sociales, del Confech, de los secundarios. Creo que ha sido bien decepcionante, en parte, no encontrar tantos puntos de encuentro como uno presupuestó, mirando la composición del Gobierno.

Catalina Lufín, presidenta de la FECh. Imagen cedida.

— El CAE, una promesa de campaña, todavía no tiene un plan concreto de condonación, a casi dos años de mandato, ¿ves una actitud coherente por parte del Gobierno en esta materia?

Para mi es muy coherente que se hable de la condonación de la deuda, pero no es suficiente, en el sentido de que más allá de que se condone a quienes hoy en día están en una situación compleja de deuda, a lo que tenemos que avanzar es a erradicar el CAE como política pública, porque es insostenible y lo que genera es deuda al Estado, que luego tiene que hacerse cargo.

— Pero todavía está entrampada esa discusión. Más allá de los anuncios, todavía no se conoce el plan y la discusión legislativa puede demorar.

El tema legislativo puede demorar también, porque no hay mayoría del oficialismo en la Cámara, y ahí la Derecha, como lo ha hecho siempre, pone trabas para el avance de derechos fundamentales de mujeres, estudiantes y diversidades. Claro que nos podemos encontrar con problemas dentro del Congreso Nacional, pero creo y espero, que sea una prioridad dentro del Gobierno.

— ¿Y si ese compromiso no se cumple, están dispuestos a movilizarse?

Por supuesto que sí, y no solamente por compromisos de campaña. Nosotros tenemos demandas con proyección a largo plazo, además de recoger las cuestiones históricas del movimiento estudiantil como la condonación de la deuda, el acceso a la educación superior y avanzar a la gratuidad universal.

Evidentemente que vamos a tomar medidas de presión si es que el Gobierno actúa con intransigencia, o no cumple las promesas que se hicieron durante la campaña.

“Proyectos como la Educación Sexual Integral (ESI) son medulares cuando queremos tener un modelo educativo focalizado en la infancia…”

— En línea con lo que comentó la presidenta de la FEUC, ¿te parece que hay una agenda identitaria, que no están bien puestas las prioridades?

No, y lamento mucho que se hayan utilizado esas palabras, porque creo que la agenda relacionada con aspectos de género o reconocimiento de pueblos originarios, no es una agenda identitaria, sino que es una agenda integral para con la sociedad de este país. Encuentro bien lamentable que entre dirigentes jóvenes usemos términos tan conservadores.

Proyectos como la Educación Sexual Integral (ESI) son medulares cuando queremos tener un modelo educativo focalizado en la infancia y en la prevención de la violencia. No es una agenda identitaria.

— ¿La ESI como política prioritaria de este gobierno podría ir de la mano con agendas que están al debe, como la educación primaria y secundaria?

Por supuesto, plantearlo como una dicotomía es no comprender que la ESI pone a las infancias como prioridad y es una herramienta preventiva a la vulneración infantil. Este proceso de recuperación de aprendizajes post-pandemia, por ejemplo, para tener nuevamente estas habilidades de sumar, leer, escribir; no solo se refiere al contenido, sino que también implica reconocer a los estudiantes como participantes activos de la educación que reciben, y en eso, claro que entra la ESI.

En su discurso, el Presidente tuvo una actitud bastante negacionista

Catalina Lufín, presidenta de la FECh. Créditos: Universidad de Chile.

— Como militante de las Juventudes Comunistas, ¿compartes las declaraciones del alcalde Jadue, respecto de que hubo un excesivo “blanqueamiento” de la figura del expresidente Sebastián Piñera en el discurso de Gabriel Boric?

Yo diría que eso no son solamente palabras del alcalde. Es algo que sentimos y que fue bien lamentable y dolió en varios movimientos sociales. En su discurso, el Presidente tuvo una actitud bastante negacionista, a propósito de poner en tela de juicio las violaciones a los derechos humanos, más de 3.700 daños de trauma ocular. Eso no tiene que ver con una mirada distinta a lo que fue el estallido social, sino que con derechamente negar hechos.

Comparto esa crítica del exceso de blanqueamiento que ha existido hacia la figura del presidente Piñera. Ha sido bien triste que desde el gobierno actual, particularmente el Presidente, haya hecho un proceso tan duro de dar pie atrás sobre las críticas, sobre las querellas que se presentaron en algún momento cuando eran oposición, siendo que en realidad ahí se estaba tomando un camino por la defensa de los derechos humanos.

— La diputada Carmen Hertz se refirió a esto como «forma de negacionismo», ¿no crees que hay ahí, quizás, una profunda autocrítica?

Es una expresión de negacionismo en la medida en que se pone en tela de juicio las violaciones a los derechos humanos, y se habla de qué interpretaciones distintas de lo que fue el estallido social, cuando ese tipo de eventos no caben en interpretaciones. Hay una forma de mirar los hechos, y esas formas son reconocer a las víctimas afectadas con trauma ocular, y no abordarlo desde una crítica política.

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