La muerte de Guillermo Teillier: el hombre que autorizó el atentado a Pinochet y recuperó el protagonismo del PC

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A eso de las 3:27 de la madrugada, ha fallecido Guillermo Teillier, el líder del Partido Comunista que autorizó el atentado contra Augusto Pinochet en 1986 y recuperó el protagonismo del colectivo en el Congreso. Fast Check CL asistió al velorio del ex timonel y repasó los principales hitos del que, hasta hoy, era el hombre fuerte del comunismo chileno.


Por Elías Miranda

Enigmático. Con esta definición podría decirse que Guillermo Teillier calza a la perfección. Aunque en el plano político, sus definiciones estaban lejos de ser un enigma o un misterio, como el que por tantos años lo tuvo viviendo en la clandestinidad durante la dictadura de Augusto Pinochet.

Perspicaz en los movimientos del Partido Comunista de Chile (PC), tienda que presidió entre 2005 y el 29 de agosto de 2023, día en que finalmente se produce su fallecimiento. Respetado por viejas y nuevas generaciones comunistas; Teillier murió junto a los suyos, en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, donde los reportes de su estado de salud eran cada vez más frecuentes. 

Su muerte se registra en un periodo significativo: la conmemoración de los 50 años del Golpe de Estado que derrocó a Salvador Allende. Como si se tratara de un reflejo, Teillier deja el partido en un rendimiento similar (guardando las proporciones) a los tiempos de la Unidad Popular (UP).

Y es que su liderazgo durante todos estos años no es menor: fue el enlace militar del PC en los año 80’, cargo con el que supervisaba las operaciones del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), brazo armado del partido. Fast Check CL fue hasta su velorio en el ex Congreso Nacional y desempolvó alguno de los hitos que marcaron la vida del que, hasta las 3:27 de la madrugada de hoy, era el hombre fuerte del comunismo chileno.

Los militares al poder

Una vez concertado el Golpe de Estado en 1973, las opciones que tenía no eran muchas, por no decir ninguna: pasar a la clandestinidad fue una obligación. Como militante del PC —donde ingresó en 1958 con solo 15 años de edad— la persecución en su contra fue inmediata. Su rostro figuraba en postes, paredes y diarios en Valdivia, ciudad en la que por entonces residía junto a su familia (esposa y tres hijos). 

Meses antes, había postulado como diputado por la zona en la lista de la Unidad Popular, lo que finalmente no prosperó. Así, retomó su rol como profesor de Castellano (aunque sin titularse), profesión que ejercieron sus padres durante largos años. Con la caída de la UP el 11 de septiembre, las aulas quedarían relegadas de su vida.

Choqueado por la muerte Allende y con los militares siguiéndole la pista, partió a Santiago a refugiarse, donde contaba con una extendida red de contactos. Allí, pasó varios meses articulando las deterioradas redes del partido, cuando en junio de 1974 fue aprehendido. Pasó dos años detenido en diversos recintos —como en el subterráneo de la Academia de Guerra de la Fuerza Aérea— donde fue torturado y sometido a una serie de tormentos. Incluso, llegó a decir que hubo muertes y violaciones sexuales a su alrededor.

De Academias y Subterráneos: Laboratorios de Tortura del Chile Escondido. Ocean Sur (2012).

«Yo pensaba que no iba a sobrevivir. ¿Qué nos salvó? Que un compañero nuestro que murió en el hospital de la Fach, producto de las torturas, un conocido le dio la posibilidad a la señora para que lo fuera a ver y ahí todo el mundo supo que nosotros estábamos presos en ese subterráneo y dio la voz de alarma», confesó Teillier en una entrevista.

Motivado por aquellos días de tortura, escribió su primera y única novela literaria, llamada: De academias y subterráneos. Laboratorios de tortura del Chile escondido, en la que relata -en tercera persona- esa tormentosa experiencia. 

Luego de su paso por los recovecos de la Fach, fue trasladado a algunos campos de concentración en la región de Valparaíso, ubicados en Ritoque y Puchuncaví. Para 1976, Teillier fue soltado junto a otros presos y compañeros de partido. Sin ver a su familia, el PC le ofreció el exilio; sin embargo, prefirió quedarse, sin saber lo que vendría después en el transcurso del régimen militar.

15 años de soledad: la internación de armas y el atentado a Pinochet

Nacido en Santa Bárbara (Biobío) en 1943, hijo de León Fernando Teillier Lemec y Guillermina del Valle Vidal (de ella proviene su nombre), es apodado en instancias de camaradería como «Papi Willy». Buena parte de su vida estuvo acompañado por su familia, situación que contrasta con los 15 años en los que estuvo recluido en la absoluta soledad, cambiando de identidad y profesión para no ser descubierto (más información aquí).

Decidió no acercarse a lo suyos por temor a represalias. Con casi dos años detenido, sabían quién era. Teillier —quien fue viudo de Nidia Viveros y padre de tres hijos: Fernando, Lorena y Pablo— comenzó a retomar su vida en una empresa constructora ligada a un familiar, mientras que en paralelo intentaba (en un escalafón menor) remendar a un golpeado PC

Guillermo Teillier. Créditos: Agencia Uno.

La represión del régimen asediaba al mundo de la izquierda en 1977, por lo que el PC —encabezado por Luis Corvalán desde la Unión Soviética— le extendió una propuesta: formar parte de la dirigencia del partido en la clandestinidad. La tarea, lejos de ser fácil, no hizo sentido en un principio ¿Por qué asumir este rol, cuando los militares y servicios de inteligencia tenían su identidad real en los registros? Pero la respuesta tenía cierta lógica: ¿Por qué sospecharían que un militante fichado estaría detrás del reordenamiento de las fuerzas comunistas? Por ese año es que coincide con una histórica comunista, Gladys Marín.

Ya en 1980, es elegido para encabezar la jefatura militar del PC, por lo que pasó a ser el responsable de coordinar los movimientos del FPMR, brazo armado del partido por ese entonces. En medio de viajes que realizó a Cuba a mediados de los años 80’, coordinó personalmente con Fidel Castro la internación de armas en Chile. El objetivo era claro: una guerra de guerrillas para derrocar al régimen de Augusto Pinochet.

Armas de Carrizal Bajo. Créditos: Archivo Universidad Diego Portales.

En 1986, en lo que el PC denominó el «año decisivo», las armas que llegaron desde Cuba recayeron en las costas de la región de Atacama, en la pequeña localidad de Carrizal Bajo. Pero errores de procedimiento terminaron por empañar el plan: el armamento fue requisado por agentes de la Central Nacional de Informaciones (CNI).

Luego de fracasar con la internación de armas, Sebastián Larraín —identidad que ocupaba Teillier en la clandestinidad— tendría un objetivo mayor: atentar contra la vida de Pinochet.

En un departamento de Las Condes, sector en que estaba la mayor parte del tiempo, autorizó el atentado estando a un par de cuadras de la casa de Pinochet. La poca distancia que lo separaba de él, lo puso nervioso. Así lo explicó en 2006: «Y cuando llegamos les digo ‘pero, huevón, dónde me traen’ y me dicen: ‘pero mejor, acá vas a estar más protegido».

Se enteró del atentado en ese lugar, sin saber si Pinochet seguía vivo: «En el sector se notaba la desesperación de los sectores de derecha, yo creo que les produjo una conmoción muy grande porque ellos no sabían quiénes habían sido. Primero, no creían que había sido el Frente, pensaban que era un sector de los militares que se estaba rebelando», dijo años después.

Como todos saben, la Operación Siglo XX —denominación al plan para matar a Pinochet— fracasó. Aunque murieron algunos escoltas, el dictador se libró de la muerte.Teillier, quien autorizó la acción del FPMR por su rol como jefe militar, señaló años después que el fallido atentado en el Cajón del Maipo fue un «acto patriótico».

Una despedida solemne

—¡Compañero Guillermo Teillier!

—¡Presente!

—¡Compañero Guillermo Teillier!

—¡Presente!

—¡Ahora!

—¡Y siempre!

—¡Ahora!

—¡Y siempre!

Así vitoreaban los militantes de las Juventudes Comunistas a Guillermo Teillier, apostados en la entrada del ex Congreso Nacional, vestidos con camisas de color burdeo y levantando las banderas del colectivo. Varios de los presentes se veían afectados, mientras otros levantaban el puño al alto con el sol de frente. Tenían que despedir al más sabio de los suyos.

Poco a poco comenzaban a reunirse figuras y jerarcas del PC, entre ellas: Daniel Jadue (alcalde de Recoleta), Daniel Nuñez (Senador), Bárbara Sepúlveda (ex convencional), Laurato Carmona (secretario general del PC), Nicolás Cataldo (ministro de Educación), Irací Hassler (alcaldesa de Santiago) y Jorge Arrate. Al igual que los presentes en las afueras del palacio, esperaban la entrada del féretro al lugar. Se sumaron al velorio: Diego Pardow (CS), Nicolás Grau (CS) y Jeanette Jara (PC).

El Presidente Gabriel Boric —quien en horas de esta mañana decretó luto nacional por su muerte— asistió en medio de aplausos y saludos de los asistentes.

Presidente Gabriel Boric llegando al ex Congreso Nacional para velar a Guillermo Teillier. Créditos: Agencia Uno.

La instancia, que convocó distintas edades con vivencias totalmente disímiles, tuvo un relato común: «Una persona que luchó toda su vida por la justicia social y que entregó una vida de consecuencia, que es lo que hoy día estamos reconociendo. Y particularmente, un dirigente que además abrió muchos caminos, no solo a las nuevas generaciones, sino que también a las mujeres. Una persona visionaria», destacó la alcaldesa Hassler en el lugar.

En un tenor similar, el ministro Nicolás Cataldo se refirió al fallecido timonel comunista: «Es evidente el esfuerzo por construir desde la unidad más amplia posible —y cuando hablo de la unidad más amplia, incluso con sectores de centro— muy nítidamente. Eso marca el diseño que el PC tuvo durante todo este tiempo».

Pese a que en otra época ha gozado de una mejor salud electoral, Guillermo Teillier deja al PC en protagonismo: en 2010 retornó al poder mediante sufragio popular (no sucedía desde antes del quiebre democrático en 1973); para el actual periodo, cuenta con 12 representantes en la Cámara de Diputados y dos en el Senado. Esto último no ocurría desde 1969. Además, participó de la segunda administración de Michelle Bachelet y, en la actualidad, tiene al partido fundado por Luis Emilio Recabarren en el corazón del Gobierno.

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