¡Salmones con piojos!: El problema que aqueja a las industrias pesqueras de Chile

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Desde la región de Los Lagos hasta Magallanes, los centros de cultivo de salmón se han visto enfrentados constantemente al contagio de piojos de mar, también conocidos como caligus. Infección que, hasta el momento, solo es controlada con el uso de pesticidas, lo cual tiene graves consecuencias para otras especies que residen cerca de las jaulas.


Por Francisca Toledo

Es de conocimiento público que la industria del salmón es una de las más importantes en el país. De hecho, la trucha y el salmón son el tercer producto más exportado en Chile, después del cobre y el litio.

De acuerdo a SalmonChile, entre enero y marzo de 2023 los productos de la industria salmonera totalizaron 1.765 millones de dólares. Y se exportaron 271.357 toneladas a países como Estados Unidos, Japón y Brasil.

A pesar de ser una industria multibillonaria, hay un problema que los aqueja desde hace años. Se trata de los piojos de mar, también conocidos como caligus (género), perteneciente a la familia Caligidae.

Piojos de mar: un problema de hace décadas

La industria del salmón en Chile comenzó a funcionar en la década de los 80 y tuvo un salto exponencial durante los años 90.

De esta forma, Chile llegó a convertirse en el segundo principal productor de salmones a nivel mundial. Siendo el salmón del atlántico (Salmo salar), el salmón coho (Oncorhynchus kisutch) y la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss) las principales exportaciones del país.

Pero el aumento de producción también trajo consecuencias, una de las más graves fue el piojo de mar. El primer registro de caligus en la industria salmonera chilena data de 1981, cuando se encontraron salmones coho infestados de la especie Caligus teres.

Aunque la especie predominante hoy en día es el piojo Caligus rogercresseyi. Esta fue encontrada por primera vez en 1997, cuando infectó los cultivos de salmón atlántico y trucha arcoíris.

¿Qué es el Caligus?

Como bien mencionamos, el principal piojo de mar presente en los cultivos de salmones en Chile, corresponde al Caligus rogercresseyi.

Estados del caligus – Fuente: Sernapesca

De acuerdo al Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), este ser vivo «es un copépodo ectoparásito marino que afecta a la salmonicultura chilena. Parasita la piel de los salmones, como también, varias especies de peces silvestres, como por ejemplo róbalo Eleginops maclovinus, el reservorio natural del parásito, y el pejerrey Odonthestes regia».

El Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) coincide con esto y agrega que debido al aumento de la salmonicultura en aguas marinas y salobres – ambiente propicio para el crecimiento del caligus – el parásito se trasladó a los centros de cultivo de salmones.

De igual manera, detalla que la densidad de los peces en confinamiento – en los centros de cultivo – favorece la reproducción de este tipo de parásitos. Además de aumentar la patogenisidad de los mismos.

¿Cómo afecta a los salmones?

Los piojos de mar afectan de manera importante a los salmones. Desde IFOP explican que «afecta la condición del pez, disminuyendo la calidad de la carcasa, provocando pérdida de peso, induciendo estrés, entre otras cosas».

Sernapesca también especifica que «estos piojos se alimentan del mucus de los peces, piel y probablemente de sangre, produciendo lesiones por erosión y daño enzimático, pudiendo ocasionar una falla osmorregulatoria de su huésped», asegura Sernapesca.

«Las parasitosis producen además, una condición de stress que ocasiona una disminución en el sistema inmunológico, dejando a los peces más susceptibles a enfermedades secundarias como bacterias y virus», añade.

La infección por Caligus rogercresseyi se denomina caligidosis y en Chile es considerada como una enfermedad de Alto Riesgo clasificada en Lista 2 (enfermedad endémica). Esto quiere decir, que es de importancia y puede ser objeto de programas de vigilancia sanitaria.

Por tales motivos, los caligus son señalados como una de las mayores amenazas para la salmonicultura y se busca eliminarlos de los cultivos con diferentes pesticidas aprobados en Chile.

Los pesticidas como una solución

De acuerdo a un estudio (aquí) publicado en 2021 por Oceana, en Chile las infestaciones con piojos de mar son tratadas con pesticidas.

Sernapesca, hasta agosto de 2019, tenía registrado once productos antiparasitarios para el control de caligidosis en salmones. Estos fármacos contienen algunos de los siguientes pesticidas:

  • Azametifos
  • Benzoato de emamectina
  • Deltametrina
  • Lufenurón
  • Peróxido de hidrógeno

El estudio de Oceana afirma que, a través de los años, la sensibilidad de los piojos de mar contra los antiparasitarios ha disminuido. Por lo tanto, su resistencia a ellos aumentó.

Información que también fue confirmada por un estudio realizado por el Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola (Incar), de la Universidad de Concepción. Como también, por el mismo Sernapesca.

Esto quiere decir que, para eliminar los piojos de mar en los salmones chilenos es necesario utilizar altas cantidades de antiparasitarios.

¿Cuáles son las consecuencias?

Son varias las consecuencias de este fenómeno. Por una parte están los costos económicos y por otra los problemas que se generan en el ecosistema.

Según la revista científica Frontiers, «la unidad de costo del salmón del Atlántico ( S. salar ) aumenta en un precio promedio de US$ 1,4/kg, debido a las medidas de control contra C. rogercresseyi. Como resultado de la producción de la industria chilena (…) el costo de estas medidas ascendió a ~US$ 1 billón».

De igual manera, como consecuencia del uso de químicos en las jaulas de cultivo, otros seres vivos presentes en el área también se ven afectados de manera negativa. Este sería el caso de los crustáceos, tales como: langostas, jaibas y camarones.

Los efectos en crustáceos pueden variar dependiendo del compuesto antiparasitario, la distancia y el tipo de especie. Algunos de los impactos pueden ser parálisis completa – lo que dificulta su alimentación – e, incluso, la muerte.

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