La lectura es un hábito que hoy, 23 de abril, se celebra en todo el mundo, ya que se conmemora el Día Internacional del Libro. Leer es un aprendizaje básico en la vida pero ¿entendemos la importancia que tiene para nuestra salud y desarrollo? ¿Qué tan frecuente leemos a consciencia, por gusto o por querer aprender algo nuevo? En Fast Check CL te contamos los beneficios que hay detrás de leer un poco todos los días.
Por Paula Altamirano O.
Cuando somos pequeños, seguramente, una de las primeras cosas que aprendemos al entrar al colegio es leer y escribir. Básico para comenzar el desarrollo escolar. Una habilidad que trasciende fronteras y que es prácticamente utilizada todo el tiempo, en la vida moderna. Pero ¿qué pasa cuando no se genera el hábito de la lectura?
Hoy, que se conmemora el Día Internacional del Libro, Fast Check CL presenta este Especial para referirse a los beneficios para la salud que trae consigo la lectura, así como también una guía para introducir la costumbre al día a día.
Día Internacional del Libro
Este relato, entonces, busca fomentar la lectura, de la misma que lo intenta la celebración de cada 23 de abril, donde el libro se convierte en un símbolo de bienestar y educación.
Este día fue proclamado como el Día Internación del Libro y del Derecho de Autor por la Organización de las Naciones Unidas, para la Educación, la Ciencia y la Cultura, más conocida como UNESCO en 1995, al tratarse de una fecha simbólica para la literatura universal, pues coincide con la desaparición de los escritores William Shakespeare, Miguel de Cervantes e Inca Garcilaso de la Vega.
«Este día rinde homenaje a los libros y a los autores y fomenta el acceso a la lectura para el mayor número posible de personas. Trascendiendo las fronteras físicas, el libro representa una de las invenciones más bellas para compartir ideas y encarna un instrumento eficaz para luchar contra la pobreza y construir una paz sostenible»
Organización de las Naciones Unidas, para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)
Los efectos de la lectura
La lectura no es una actividad exclusiva del mundo intelectual, ni tampoco un campo en el que no se pueda entrar desde cierta edad. De hecho, es un comportamiento que cada persona debería introducir en sus vidas para potenciar sus capacidades cognitivas. Para profundizar en ello, Fast Check CL conversó con diversos especialistas en el tema.
Mayor aprendizaje y entendimiento de las cosas
En primer lugar, Luis Pinedo, psicólogo de la Red Salud UC CHRISTUS, con quien nos sumergimos en el tema, comenzando con el hábito de la lectura, explica:
«A través de este ampliamos nuestro vocabulario y lenguaje: entre más palabras conozcamos, mejor vamos a poder describir y entender el mundo. En la medida que conozco las cosas, las puedo manejar y las puedo entender. Eso me otorga la lectura: aprendizaje».
Y añade: «Puedes ver en una persona, según la cantidad de palabras que maneja, si sus hábitos de lecturas están mal o no (…) por ejemplo, si te mueves en un ambiente limitado de manejo de palabras, verbos y transmisión de ideas través del lenguaje. El mejor acceso al lenguaje y las palabras es la lectura, por eso tan importante fomentar que se entreguen lecturas adecuadas a las etapas del desarrollo, en el caso de la educación escolar».
Aquí el psicólogo clínico se detiene y expresa determinantemente: «Es que gran parte de lo que uno aprende, a través de la lectura y la sutileza de las palabras, nace desde la motivación».
Lectura desde la niñez
A partir de lo anterior, Pinedo abre un espacio para referirse al aprendizaje mediante la lectura desde la infancia, y la importancia de, dentro del sistema educacional escolar, enseñar con textos que se amolden a las etapas de desarrollo y que motiven a seguir leyendo, a través de temáticas atractivas para el niño o niña.
«Probablemente si tú a una niña o niño pequeño le entregas en el colegio un texto que no es una buena selección, es decir, que no es de su interés, este probablemente lo lea un rato y deje de prestarle atención. Pero si se trata de un texto escogido debidamente por el Ministerio de Educación, el cual responda a sus necesidades, se podrá generar un aprendizaje más fluido», explica Pinedo.
Aquí entra a la conversación el Dr. Pablo Soto, psiquiatra especialista en trastornos neurocognitivos, quien ubica como la niñez, el mejor momento para desarrollar el hábito de la lectura, «no es que sea imposible después de más viejo, pero obviamente será más complejo porque tendrá un proceso de adaptación, que no necesariamente será tan rápido como puede ser de niño».
La motivación como motor del aprendizaje
Por tanto, y tal como comentaba el psicólogo Pinedo, la motivación juega un rol importante, que el Estado debiese tomar como una estrategia para potenciar la lectura. Del mismo modo, llevado a cualquier etapa de la vida, esta motivación también puede ser usada para cultivar el hábito: «Si una persona es fanática del deporte y le pasas un texto sobre deporte, lo va a leer motivada porque le gusta, le interesa, y genera algo en ella», ejemplifica el psicólogo.
aumento de la Reserva cognitiva
Uno de los efectos de la lectura más relevante para una buena conservación de la cordura es que genera una mayor reserva cognitiva, pero ¿qué es la reserva cognitiva? El Dr. Pablo Soto, responde:
«Es el estanque de reservas para tolerar mejor ciertas enfermedades cerebrales, trastornos cognitivos o del envejecimiento. Mientras más reservas tengamos, envejeceremos de mejor manera y con buena salud mental». Por tanto, explica Soto, para llegar a ese objetivo se deben realizar actividades que sean cogntivamente exigentes, es decir, que nos hagan pensar, analizar, organizar, imaginar, etc.
Por parte, el especialista Luis Pinedo aclara que la lectura «a diferencia de la televisión o los videos, estimula otras áreas del desarrollo cognitivo: pensar con imágenes y crear nuevos escenarios que nos ayudan a comprender las sutilezas del mundo».
- ¿Y Qué Pasa Con Las Personas Que Su Lectura Se Basa, Por Ejemplo, Solo En La Revisión De Redes Sociales? ¿Basta solo la acción de leer para crear reservas cognitivas?
La respuesta es no, pues no representan un esfuerzo para el cerebro. Luis Pinedo explica con un ejemplo: «¿Has visto cuando en las redes sociales salen mensajes en que cambian algunas letras por números y te preguntan si pudiste leerlo? La mayoría podría hacerlo porque el cerebro asimila las figuras, las interpreta y las entiende. Lo mismo pasa con las redes sociales: es un lenguaje que la mente ya conoce, entonces no se crean nuevas conexiones cerebrales ni nuevos escenarios, como pasa con la literatura y los textos de aprendizaje».
Prevención de enfermedades asociadas a la vejes y el desgaste cognitivo
Tal como explican ambos especialistas de la salud, la lectura estaría asociada a la prevención de enfermedades de la vejez y problemas cognitivos. ¿Cómo cuáles? La enfermedad de Alzheimer y Demencia Senil, entre otras patologías similares.
El Dr. Soto explica a través de una ejemplo de investigación: «En un estudio vimos el riesgo de tener enfermedades cognitivas a los 75 años, a través del análisis de las actividades de ocio coginitivas que desarrollaban a los 60. Estas predecían la capacidades de tener enfermedades asociadas al desgaste cognitivo (como Alzheimer), y arrojó que las personas que hacían más actividades culturales o que los hacían pensar más, como la lectura, tenían un mejor resultado 15 años después».
Pero, en el caso de una persona que ya padece una enfermedad de esta índole, la calidad de vida de esta, si posee una mayor reserva coginitiva, será mejor. Así lo explica Pinedo: «Las personas que han tenido la enfermedad de Alzheimer, y han ocupado mucho su cerebro, probablemente este tendrá mejores estrategias complementarias, porque siempre está completando lo que nos falta. Así que, mientras más palabras tengamos, más ideas, más discusiones, mayor cantidad de conexiones neuronales generamos».
Guía para introducir la lectura en tu vida: ¿Cómo me inicio en ese hábito?
Fast Check CL a partir de conversaciones que sostuvo con las escritoras y expertas en temas de letras y literatura: Rocío Rodríguez Ferrer, académica del Departamento de Literatura de la Facultad de Letras de la Universidad Católica (UC) y Andrea Jeftanovic, Doctora en literatura de la Universidad de Santiago (USACH), fabricó un listado de pasos para introducir a quien sea en la aventura de la lectura:
1. Disponerte a leer y solo hacerlo: Lo fundamental es querer leer. Para hallar motivación es bueno buscar un tema de interés. El único método eficaz es de lleno comenzar la lectura, y aventurarse hasta encontrar una que sea de su gusto.
2. Leer todos los días: Es importante proponerse leer ojalá todos los días unos minutos e ir aumentando gradualmente el tiempo destinado a ello, «hasta que llegue el día en que no sea necesario pensarlo como obligación, sino que el cuerpo y el espíritu lo reclame, que se extrañe la lectura», ilustra la académica, Rocío Rodríguez.
3. Hacerte socia/o de la biblioteca pública: A pesar de que Chile aún se mantiene el impuesto del 19% a los libros, es importante la adquisición de estos para el fomento de la lectura, sin embargo, existen otras alternativas: asistir a la biblioteca, por ejemplo, y tener credencial para sacar periódicamente diferentes lecturas: «Son espacios infinitos donde uno puede encontrar lo que le gusta», comenta, la escritora, Andrea Jeftanovic.
4. Compartir lectura: Por último, es indispensable compartir el gusto por la lectura. Mostrarle a otros lo que te gusta leer y viceversa, abrirse a expandir los preferencias lectoras. Jeftanovic, argumenta: «Muchas veces a la lectura se llega por contagio. Es bueno conversar con aquellos que sí hacen de la lectura un mundo habitable cotidianamente y que puedan compartir el placer que les supone el leer, por ello, una recomendación si quieres generar un hábito sólido, sería meterse a un club de lectura o algo así».
Recomendaciones en pandemia
Por último, para terminar este Especial, dado que el país se encuentra, en general, bajo un estado de encierro, las escritoras citadas nos entregan algunas recomendaciones para iniciar en este momento el hábito de lectura, o para quienes ya gozan de ella, y no saben qué hojear, aquí algunas sugerencias.
Andrea Jeftanovic, la doctora en literatura de la USACH, primero expresa: «Bajo el contexto de pandemia, leer desde el encierro, desde la soledad, te ayuda a reconocer la labor del escritor, y empatizar con su trabajo. Te lleva hacia adentro, hacia el ser complejo, lo humano. Te acerca mucho más a lo que es la experiencia humana, porque somos seres complejos, al igual que las historias que creamos y contamos».
Dicho lo anterior, Jeftanovic, en esta ocasión, recomienda a una serie de escritoras: Marta Brunet, Gabriela Mistral, Diamela Eltit, María Elena Gertner, Mercedes Valdivieso. «Ellas rompieron muchos cánones y crearon una lectura poderosa», manifiesta.
Por último, la académica de Literatura de la UC, Rocío Rodríguez Ferrer, que habla desde sus preferencias, recomienda al autor y poeta Miguel Hernández para estos tiempos difíciles. Sin embargo, asevera: «Mi recomendación iría, más bien, por sacudirse los prejuicios. Por ampliar el concepto de lo válidamente literario. Por rodearse de lo literario en cualquier vasija. La música, por ejemplo. Buscar, tantear, encontrar. Hasta ir formando una biblioteca personal, no necesariamente material».