Este miércoles 15 de enero miles de ciudadanos del medio oriente pudieron respirar más tranquilos, luego de que se anunciara un acuerdo de alto al fuego entre Hamás y el gobierno de Israel en la zona de Gaza.
A pesar del acuerdo, Israel bombardeó zonas de Gaza este jueves, donde murieron 73 personas y resultaron heridas otras 230. En tanto, el acuerdo se activará desde este domingo, según anunciaron ambas partes.
El acuerdo incluye el intercambio de rehenes y el cese a los ataques mutuos, en su primera fase, por 42 días. También incluye que los desplazados en Gaza puedan trasladarse a sus ciudades de origen y el permiso del paso de ayuda humanitaria para Gaza. De todas formas, desde el gobierno de Netanyahu amenazan con evaluar nuevamente la tregua luego de esta primera parte de su aplicación.
En tanto, Benjamin Netanyahu afirmó que su gabinete no se reunirá para votar sobre el acuerdo de alto el fuego hasta que “Hamás acepte todos los elementos del acuerdo”, en un hecho que amenaza con descarrilar meses de trabajo diplomático y de negociaciones, para poner fin al conflicto que ya suma 15 meses.
Según la planificación de Israel, durante estos días el gabinete de Netanyahu tendrá que votar por aprobar o no el acuerdo al que se llegó en Qatar. Según analistas internacionales, eso le ha traído roces con sus ministros más extremistas, que no quieren abandonar el ataque a Gaza, en especial su ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich.
Una de las interrogantes que se ha desprendido es si el nuevo acuerdo es diferente al propuesto hace ocho meses atrás. Ante esta premisa, el analista internacional, Fernando Wilson explica si bien es cierto que el tratado tiene muchas similitudes con el anterior, el escenario dicta mucha diferencia a de ese entonces.
“Hoy día Hamás está en una posición masivamente más débil que en las ocasiones anteriores e Israel está mucho más fuerte. Hezbollah no solamente está golpeado militarmente, sino que aislado de Irán por la caída del régimen sirio”, comenta Wilson.
Ahora bien, el analista recalca que estos tipo de tratados son “estructuralmente muy frágiles” dado a que dependen del comportamiento que tengan los liderazgos en terreno, principalmente de algunos grupos de Hamás.
Hasta ahora, desde octubre del 2023 han muerto más de 46.000 personas por los ataques de Israel a Gaza, mientras que el primer ataque de Hamás dejó 1.200 muertos y más de 250 rehenes.
Ceder rehenes podría constituir uno de los flancos de este acuerdo, ya que en ocasiones anteriores, este ha sido el punto que ha desencadenado nuevamente el conflicto.
“No podemos olvidar que el primer cese al fuego en esta guerra terminó precisamente porque Hamás no fue capaz de entregar los prisioneros que se había comprometido por una confusión”, subraya Wilson.
Dos presidentes y un acuerdo: el impacto de EE.UU en el conflicto Hamás-Israel
“¿Quién cree usted que merece el crédito por esto, señor presidente: usted o Trump?”, preguntó este miércoles una periodista al final de la conferencia de prensa que dio el presidente Biden para anunciar el acuerdo de cese al fuego. “¿Eso es una broma?”, respondió Biden sonriendo, para luego retirarse del salón de prensa.
Y es que la duda ronda por los pasillos de la Casa Blanca, después de que se supiera que el acuerdo al que se llegó esta semana es muy parecido al que impulsó Biden en mayo del año pasado, que finalmente no llegó a buen puerto.
El presidente Biden, por su parte, intentó mostrar el acuerdo como uno de los principales logros en relaciones exteriores en su gobierno y afirmó que “el alto el fuego fue desarrollado y negociado por mi equipo y será implementado en gran medida por la administración entrante”.
A días de asumir el cargo de presidente de Estados Unidos, Trump no dejó pasar la oportunidad de ponerse la medalla.
“Este acuerdo de alto el fuego ÉPICO solo podría haber sucedido como resultado de nuestra histórica victoria en noviembre, ya que le indicó al mundo entero que mi administración buscaría la paz y negociaría acuerdos para garantizar la seguridad de todos los estadounidenses y nuestros aliados”, publicó Donald Trump en su red social Truth Social.
“La verdad puede estar en algún punto intermedio. Según un alto funcionario de la administración Biden, los equipos de Trump y Biden forjaron una alianza improbable para asegurar el complejo alto el fuego durante una transición marcada por la animosidad y la desconfianza”, describió The Guardian en un análisis que publicó este jueves.
Según trascendidos, Trump envió a negociar a Steve Witkoff, después de que Biden le invitara a trabajar juntos por un acuerdo entre Netanyahu y Hamás. Incluso Witkoff fue enviado solo a Israel para hablar con el presidente de Israel, en una reunión que The Guardian definió como “tensa”.
Por su parte, en sus apariciones públicas Netanyahu llamó primero a Trump para agradecerle “por su ayuda para avanzar en la liberación de los rehenes y ayudar a Israel a poner fin al sufrimiento de docenas de rehenes y sus familias”.
Para Fernando Wilson una de las figuras claves en la negociación fue el secretario de Estado de Joe Biden, Antony Blinken, a quien calificó el “obrero de este proceso”. Sin embargo, recalca en que la llegada de Donald Trump también jugó un rol clave, sobre todo en la postura de Hamás.
“De alguna manera, Israel, a contar del 20, quizás no esté dispuesto a aceptar cosas que hoy día sí puede aceptar y por lo tanto claramente hay una hay un interés en eso sobre precedente”, afirma el analista internacional.
Se sabe que, entre sus promesas de campaña, Trump se comprometió a dar fin a la guerra en Gaza y a quitar el respaldo económico que Biden proporcionó al gobierno de Israel durante los últimos meses. Esto, se cree, generó una presión extra para que Israel buscara un acuerdo antes de que Trump asumiera la presidencia, el 20 de enero.
“Este acuerdo, incluso si se completa, va a ser un evento de orden táctico coyuntural importante, pero no va a significar un cambio estructural dentro de la política exterior y las relaciones dentro del sistema de poder latino de Medio Oriente”, concluye Wilson.