El pasado 20 de enero pasado en Estados Unidos, mientras Donald Trump asumía la presidencia, el empresario y encargado del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), Elon Musk, realizó un gesto muy similar al saludo nazi. Este se transmitió en vivo para todo el mundo, generando polémica en redes sociales (1,2,3).
Hechos como este suponen un gran desafío de cara a cómo las nuevas generaciones reaccionan y se posicionan frente a temas relacionados a las violación de derechos humanos, genocidios y simbología que glorifique a dictadores.
Visión actual sobre Pinochet y la dictadura
Fast Check en 2023, en el marco de los 50 años del Golpe Militar, realizó un reportaje de cómo se ve hoy la figura de Pinochet en redes sociales como TikTok, donde muchas veces se muestra al dictador glorificado, dando una falsa impresión de sus diversos delitos.
En nuestro país, particularmente, la dictadura sigue dividiendo a las personas. Un estudio de 2023 arrojó que casi un 33% de los chilenos está de acuerdo o muy de acuerdo con el golpe de Estado de 1973 y que el 30% considera que fue bueno o muy bueno para Chile.
Sin embargo, este tipo de posiciones no se limita a la esfera privada, pues autoridades como Camila Flores e Ignacio Urrutia, o incluso rostros de televisión se han mostrado abiertamente como pinochetistas. En redes sociales el panorama no es distinto, pues hay múltiples perfiles que se declaran abiertamente seguidores del ex general (1,2,3,4).
Muchas de estas figuras políticas y del espectáculo relativizan, justifican o directamente niegan sucesos de la dictadura militar. Uno de los casos más recordados en televisión fue el momento en que la animadora de televisión, Tonka Tomicic, le solicitó en 2019 a Hermógenes Pérez de Arce, abogado y defensor del régimen de Pinochet, que abandonara el programa tras negar en vivo la violación sistemática de los derechos humanos durante dicho periodo.
«Estamos hablando de un nivel de negacionismo que yo realmente lo encuentro muy peligroso», le recrimina Paulo ‘Polo’ Ramírez, que participaba como panelista en dicha ocasión.
¿Qué es el negacionismo?
El negacionismo es la actitud que se adopta cuando se quiere negar un hecho histórico o científico, aún teniendo los argumentos pertinentes para esto. Coloquialmente, es ‘negar lo innegable’.
En el artículo publicado por la Universidad de Oxford «El negro es blanco y el blanco es negro», se incorpora la definición sobre el negacionismo que entregan los hermanos Hoofnagle. Ellos lo definen como el «empleo de argumentos retóricos para dar la apariencia de un debate legítimo donde no lo hay».
En una asesoría técnica parlamentaria realizada por el doctor en Estudios Avanzados en Derechos Humanos, Jaime Rojas, sobre los «Principales aspectos del negacionismo en Chile», se afirma que:
En Chile no existe una ley que prohíba los discursos que nieguen, justifiquen, minimicen o exalten las graves violaciones a los derechos humanos, enfrenta cuestionamientos pues podría constituir una restricción a la libertad de expresión, fuera de las hipótesis aceptadas en los distintos sistemas de protección de los derechos humanos.
Dentro de la misma asesoría, Rojas explica que se han presentado distintos proyectos de ley «destinados a sancionar a quienes nieguen, justifiquen o minimicen los delitos de lesa humanidad ocurridos durante la dictadura cívico militar chilena». Estos son:
- Boletín N° 8049-17 (2011): Sanciona con cárcel a quienes nieguen, justifiquen o minimicen los delitos de lesa humanidad cometidos en Chile.
- Boletín N° 11949-17 (2018): Modifica el Código Penal, y las leyes N°s 20.393 y 20.609, para sancionar el negacionismo respecto de las violaciones a los derechos humanos cometidas en Chile, y la incitación a la violencia y a la discriminación contra personas o grupos de personas.
- Boletín N° 14.118-07 (2021) : Incorpora al Código Penal el delito de negacionismo de los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el período que indica.
No obstante, todos estos siguen en primer trámite constitucional y no han logrado convertirse aún en ley. «Tampoco existe una ley marco sobre reparaciones en caso de violaciones a los derechos humanos, limitándose a leyes particulares», agrega Rojas.
Libertad de expresión y negacionismo
Otro factor que toma relevancia en esta discusión es la libertad de expresión y las eventuales fronteras que puede alcanzar. En la asesoría parlamentaria de Jaime Rojas, y también en la moción de 2021 recién mencionada, se explica que, por ejemplo, países como Alemania, Francia, Suiza, Austria, Bélgica, España, República Checa, Liechtenstein y Letonia han legislado al respecto.
En este contexto, la voz de figuras como Cäcilie Schildberg, alemana y representante de la Fundación Friedrich Ebert en Chile, es crucial. Su trabajo en la fundación está enfocado en fomentar el respeto por estos principios, especialmente en tiempos donde las amenazas a la democracia y los derechos humanos son cada vez más evidentes.
Schildberg asegura que observa con «gran preocupación los fenómenos globales actuales que tienen rasgos racistas, autoritarios y fascistas, y estoy profundamente convencida de la importancia de respetar los derechos humanos y la democracia».
Schildberg comenta a modo de ejemplo que la trivialización o negación del holocausto en Alemania es un delito punible y regulado por el artículo 130 del Código Penal alemán, cuyas multas llegan hasta entre tres y cinco años de prisión. A esto, agrega:
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Pero en Alemania, no solo está prohibido negar el Holocausto; desde 2022, negar otros genocidios y crímenes de guerra también es punible. Así lo decidió el Bundestag alemán a finales de octubre 2022, endureciendo así el derecho penal. La aprobación, la negación y la trivialización flagrante de los crímenes de guerra y los genocidios entran así en el delito penal de «incitación al pueblo» en un nuevo párrafo cinco del artículo 130. Negar el Holocausto ya es un delito punible, en cualquier caso, sin la restricción de que la paz pública deba verse perturbada.
La libertad de expresión es uno de los pilares fundamentales de una sociedad democrática. Sin embargo, este derecho debe ser comprendido no solo como un privilegio, sino como una responsabilidad. Expresar opiniones, ideas y creencias libremente permite el intercambio de perspectivas, favoreciendo el debate constructivo.
Jóvenes negacionistas
El negacionismo en Chile afecta principalmente a la comprensión de su historia reciente, especialmente en temas como las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet. Al negar o minimizar estos hechos, se perpetúan divisiones sociales, se dificulta la reconciliación y se debilita la confianza en las instituciones democráticas.
El sociólogo, Magíster en Comunicación y Cultura con Diplomado en Masculinidades y Cambio Social, Andrés Kogan Valderrama, expresa:
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Me parece que hay un resurgimiento de la figura de Pinochet en jóvenes, principalmente hombres, no sólo por la aparición de nuevas derechas negacionistas en el país, sino también por el descrédito y desconfianza que se tiene al sistema democrático actual, lo que es muy preocupante, debido a que se empieza a relativizar lo que es una dictadura y las consecuencias brutales que trae al respecto.
Si bien cada persona es libre de expresar su propia opinión, se debe cuestionar qué tan peligroso el negacionismo puede llegar a ser. El sociólogo Andrés Kogan continúa:
Las repercusiones del negacionismo son enormes, ya que lo que hace es poner en duda principios básicos de derechos humanos universales, los cuales no debieran tener discusión alguna por nadie, ya que debieran ser el marco básico para una convivencia democrática en cualquier país del mundo.
Es por esto que el negacionismo puede generar múltiples efectos. Kogan observa también que puede ser «muy peligroso, ya que el día de mañana puede llegar un presidente a Chile, así como pasó en Brasil o Argentina que explícitamente niegue o relativice las violaciones a los derechos humanos y el carácter dictatorial del gobierno de Pinochet».
Que un presidente relativice o incluso niegue la dictadura de Augusto Pinochet y las violaciones a los derechos humanos que en ella se produjeron, podría afectar gravemente la idea de democracia que buscamos proteger, concluye Kogan.
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