El 22 de junio de 2023 la abogada Leonarda Villalobos se reunió con Luis Hermosilla y Daniel Sauer en Alonso de Córdova para grabar en secreto el audio sacudió al país. Desde entonces, y con la divulgación de los chats de WhatsApp de Hermosilla, supremos, ministros de la Corte, políticos y empresarios han entrado en el ojo del huracán llamado Caso Audio.
Sin embargo, Luis Hermosilla tardó un año y dos meses en tomar acciones contra Villalobos por la grabación del audio. En comparación, Daniel Sauer tardó menos de un mes: en diciembre de 2023 ya había demandado a su ex abogada por la divulgación del registro.
No fue hasta el pasado 4 de febrero que la defensa del abogado hoy en prisión preventiva, encabezada por su hermano Juan Pablo Hermosilla, presentó una querella contra Leonarda Villalobos. El escrito imputa a la abogada de grabar conversaciones de carácter privado, violación del secreto profesional y prevaricación.
Según la querella, el día de la grabación del famoso audio “Leonarda Villalobos manipuló deliberadamente a mi representado, utilizando su posición para obtener información de manera ilícita, contaminando dicha ilicitud a todas las investigaciones que tienen origen en la aludida grabación”.
Para la defensa, “Villalobos habría usado el secreto profesional como una herramienta para garantizar la confianza de Luis Hermosilla, traicionando los principios legales y éticos que rigen la profesión, pues manipuló las circunstancias en beneficio de sus propios fines personales, a costa de su colega y de su cliente [Daniel Sauer]”.
Con ello, Hermosilla denuncia haber sido “vulnerado sin respeto alguno su derecho legal y constitucional a la presunción de inocencia, siendo condenado anticipadamente tanto en cada sede jurisdiccional como en la opinión pública”.
Una puesta en escena
En su querella, los Hermosilla describen el día de la grabación del audio como parte de una puesta en escena por parte de Leonarda Villalobos.
En esta línea, según los denunciantes, la abogada habría orquestado la reunión solicitando la asistencia de Luis Hermosilla “para presuntamente ayudarla con unas deudas y obligaciones profesionales de un cliente complicado: Daniel Sauer Alderstein”.
“La puesta en escena de la aludida reunión puede interpretarse como un acto cuidadosamente calculado por Leonarda Villalobos, diseñado para obtener información comprometedora, bajo la apariencia de un encuentro profesional y confidencial. Lo anterior resulta especialmente significativo, ya que se trataba de un encuentro entre abogados y clientes, por lo tanto, compartían no solo una relación profesional sino también un deber mutuo de confianza y obligaciones tanto legales como derivadas de la ética de la profesión”, apunta la querella.
Para los Hermosilla, el contexto de confianza y la puesta en escena son determinantes en su imputación.
“Fueron las circunstancias aprovechadas estratégicamente por la querellada para crear un ambiente en el que Luis Hermosilla habló libremente, utilizando expresiones exageradas, bravuconerías y alardes para ‘ayudar’ a Leonarda Villalobos y conseguir el financiamiento que buscaba, sin sospechar que sus palabras serían registradas, ni mucho menos difundidas a la totalidad del país”, argumenta el escrito.
Un árbol envenenado
Ahora bien, la querella desliza apreciaciones respecto a la legalidad del audio como prueba para acusar e investigar a Luis Hermosilla.
El escrito argumenta que “más allá de ser una simple grabación ilícita, [el audio] constituye el presupuesto basal de la doctrina del ‘árbol envenenado’, la prueba ilícita original, que reviste de ilicitud todo el resto de evidencias, actuaciones y procedimientos que han surgido a raíz de esta grabación”.
Y va más allá. El origen “ilícito” del audio habría contaminado con “dicha ilicitud a todas las investigaciones que tienen origen en la aludida grabación. La elección del momento, el lugar, y los métodos empleados para registrar y difundir las conversaciones demuestran un grado de intencionalidad que no deja lugar a dudas sobre la transgresión de los derechos fundamentales de Luis Hermosilla Osorio y el quebrantamiento de los estándares éticos y legales de nuestro ordenamiento jurídico”.
Hermosilla contra Fiscalía, otra vez
Como ha sido parte de la estrategia de la defensa levantada por Juan Pablo Hermosilla, la querella también apunta al Ministerio Público y las filtraciones de los chats y carpetas del caso Audio.
El escrito apunta a que la grabación de Villalobos no fue enviada como denuncia a Fiscalía, sino que “fue dirigida directa y específicamente al fiscal adjunto Felipe Sepúlveda Araya, circunstancia que, al menos, llama la atención, considerando lo cuestionados que últimamente están los fiscales y el Ministerio Público, debido a la gran cantidad de filtraciones de carpetas investigativas ocurridas en el tiempo reciente”.
En esta línea, los denunciantes solicitaron llamar a declarar en calidad de testigos a los fiscales Felipe Sepúlveda y Lorena Parra. Además de a Rodrigo Topelberg -socio de los Sauer- y a su esposa, Yael Speisky Rozenbaun, y Daniel Sauer. Incluso solicitan la declaración de Nicolás Sepúlveda, periodista que destapó el caso.
Otra diligencia solicitada es “requerir a María Villalobos Mutter la entrega de sus equipos telefónicos (celulares), a fin de que sean objeto de una pericia que permita determinar la trazabilidad del audio grabado subrepticia e ilegítimamente”.