A fines de diciembre el actual hombre más rico del planeta, Elon Musk, dueño de Tesla, de la red social X (antes Twitter) y asesor cercano de Donald Trump, publicó una columna en el diario alemán Welt, dando su apoyo explícito al partido de derecha Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán), conglomerado acusado por la inteligencia alemana de “extremista”.
Su apoyo venía siendo evidente en sus publicaciones en la red social X, en donde días antes Musk había publicado en su cuenta que “Sólo la AfD puede salvar a Alemania”.
Entre el post de X y la publicación de la columna en Welt sólo pasaron unos días, que dejan en evidencia el intento de Musk de influir en la política alemana, ad portas de las elecciones parlamentarias del 23 de febrero y cuando la AfD, según encuestas, tendría el segundo lugar en las preferencias políticas ciudadanas.
En la columna Musk asegura que el partido de extrema derecha es la “última chispa de esperanza” para Alemania y asegura que las políticas de los partidos tradicionales alemanes “han provocado estancamiento económico, malestar social y erosión de la identidad nacional”.
Respecto a si la AfD sería un partido de extrema derecha, Musk se justifica aduciendo a la relación de pareja de la líder del conglomerado.
“La descripción de la AfD como de extrema derecha es claramente errónea, considerando que Alice Weidel, la líder del partido, tiene una pareja del mismo sexo de Sri Lanka. ¿Eso te suena a Hitler? ¡Vamos!”, señaló Musk en su columna.
Según un artículo de The New York Times, Weidel y Musk mantienen una comunicación fluida. Incluso el post de X que días antes subió Musk fue respondido por la líder del partido con la frase “¡Sí! Tienes toda la razón”.
“Lo que piensa Elon Musk tiende a ser, en última instancia, lo que piensa el presidente de Estados Unidos. Y si Estados Unidos adopta una posición oficial a favor de los neonazis en Alemania, es absolutamente catastrófico”, señaló al New York Times el senador demócrata Chris Murphy.
Musk en Alemania
En 2019, Musk anunció la construcción de una fábrica de Tesla en las cercanías de Berlín y empezó las obras antes de obtener todos los permisos. En menos de tres años ya estaba en funcionamiento y recibiendo críticas por su resistencia a la sindicalización de sus trabajadores. Desde esos años, Musk se ha mostrado más opinante en redes sociales sobre la política alemana, hasta el punto de llamar “narr”, que se puede traducir como “payaso”, al canciller Olaf Scholz.
“No sabemos qué razones puntuales tendrá Musk para sacar esta columna, pero hace poco abrieron una gran fábrica en Alemania de Tesla, y es una de sus fábricas más grandes del mundo e imagino que sus principales intereses son económicos. Me da la sensación que es una oportunidad para él para hacer negocios y vincularse al comercio internacional”, comenta a Fast Check CL el periodista chileno que vive en Alemania y colaborador de Deutsche Welle, Tomás Gutiérrez.
“En general los alemanes no son tan asiduos a las redes sociales, pero X tiene muchos usuarios y Musk podría influir a través de X”, agrega Gutiérrez.
Respecto a las reacciones que ha tenido el apoyo explícito de Musk a la AfD, afirma que la reacción ha sido de un transversal rechazo de parte de todos los partidos políticos.
“Desde la perspectiva política, no le ha gustado a nadie lo que está pasando. En lo personal, creo que el sistema político alemán es bien estructurado, suele ser ordenado y tranquilo. Y esto se ha tomado con sorpresa, porque no es habitual que suceda, los partidos políticos no lo han tomado bien y algunos hablan de intervencionismo electoral, ya que el partido de la AfD está catalogado como ‘sospechoso’ de ultraderecha, por eso es un partido que el gobierno vigila bien de cerca”, consigna Gutiérrez.