Desde 2012 que el centro de engorda de salmones Huillines 3, de la empresa salmonera canadiense Cooke Aquaculture, viene produciendo salmones sobre el margen legal y sin ningún control, según datos de la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA). Es más, Huillines 3 está ubicado dentro del Parque Nacional Laguna San Rafael, en la región de Aysén.
Según la Superintendencia del Medio Ambiente, organismo encargado de fiscalizar este tipo de empresas, en Huillines 3 Cooke tiene autorizada la producción de 125 toneladas de salmón o el cultivo de máximo 50 mil ejemplares por ciclo. La concesión para operar el centro fue entregada en el año 2000, por la Subsecretaría de Marina, por lo que no ha sido evaluada por el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA).
A pesar del límite de 125 toneladas, en 2012 Cooke cosechó 2.691 toneladas. En 2014, fueron 6.649 toneladas. En 2016, alcanzó las 3.673 toneladas. Es más, en 2019 llegó a las 8.111 toneladas, un 6.400% sobre lo autorizado, hecho informado por Interferencia. En 2020, fueron 5.163 toneladas. El último ciclo, de octubre de 2022, contempló la cosecha de 408.100 salmones, 358 mil más ejemplares de los autorizados.
Cabe señalar que en la industria salmonera, para el tratamiento de peces se utilizan sinónimos agrícolas tales como sembrar, cultivar y cosechar.
La SMA tardó en reaccionar. Recién en abril de 2021 abrió un procedimiento sancionatorio contra Cooke, acusando la modificación del centro Huillines 3 sin su evaluación ambiental correspondiente.
Sin embargo, Cooke logró dilatar durante 24 meses la tramitación del procedimiento. Recurrió a la Corte de Apelaciones en tres ocasiones, alrgando el proceso con órdenes de no innovar. Incluso el Consejo del Salmón, la organización gremial salmonera, se hizo parte con un recurso ante el Tribunal Ambiental para sumarse como tercero interesado a la causa.
Aún así, la SMA consiguió dar curso al procedimiento.
SMA paraliza el centro salmonero
En el marco de este dilatado procedimiento sancionatorio, la Fiscal Instructora División de Sanción y Cumplimiento, Gabriela Tramón Pérez, ingresó una solicitud de paralización de las actividades de Cooke en el centro de engorda Huillines 3. Esta fue aprobada por el Tercer Tribunal Ambiental de Valdivia el pasado 14 de diciembre.
En el escrito, al que accedió Fast Check CL, la fiscal de la SMA acusa diversas circunstancias que “dan cuenta de la existencia de un peligro de daño inminente al medio ambiente, a través del inicio de un nuevo ciclo productivo en el CES Huillines 3, con la pronta siembra de 600.000 ejemplares de salmónidos en estructuras de cultivo de salmónidos ya instaladas al interior del Parque Nacional Laguna San Rafael, todo al margen del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental”.
Según la solicitud de la SMA, fue el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca), quien le informó, el pasado 22 de noviembre, del proyecto de Cooke para sembrar 600.000 salmones a partir del 18 de diciembre en el centro ubicado en el Parque Nacional San Rafael.
Considerando que el centro Huillines 3 no cuenta con una resolución de calificación ambiental que autorice su actividad, la SMA apunta a que la siembra “implica agravar la situación ambiental en que se encuentra el área (…), acrecentando con ello los efectos ambientales asociados a la actividad intensiva de acuicultura que se desarrolla al interior del Parque Nacional Laguna San Rafael”.
En esta línea, la paralización del centro de Cooke considera:
- La detención de las obras u acciones relacionadas a la inminente siembra de 600.000 ejemplares
- Un reporte semanal con el registro diario de las existencias al interior del centro
- Registros fotográficos que permitan verificar la paralización
- Un informe final que dé cuenta de la implementación de la medida impuesta
Tras su aprobación, desde el pasado 23 de diciembre Cooke ha remitido dos cartas a la SMA informando sobre las existencias al interior del centro Huillines 3.
“Una producción mayor a la permitida presenta un mayor nivel de impacto”
En su presentación, la fiscal de la SMA desarrolla las posibles afectaciones que produciría la siembra de 600.000 salmones al medioambiente, el que cabe recordar que está en el Parque Nacional San Rafael.
Dicho parque incluye más de dos millones de hectáreas, además de la totalidad de los Campos de Hielo Norte. Según la Superintendencia, “el parque destaca por la protección de especies de fauna, aves y flora”. Además, apunta a que la Corporación Nacional Forestal (CONAF), en su Plan de Uso Público del parque, identificó como amenaza directa “la contaminación de suelos y/o fuentes de agua por basuras de actividades intensivas (acuicultura, empresas salmoneras)”.
La primera afectación descrita es que la alimentación a los salmones interviene tanto en la columna de agua como en el fondo marino a través del alimento no consumido y los desechos generados por los mismos peces.
“Estos fenómenos aumentan la cantidad de nitrógeno y fósforo de los sistemas acuáticos, disminuyendo el oxígeno disponible”. Ello también estimula “la aparición de algunos organismos y la ausencia de otros, alterando en definitiva los ecosistemas acuáticos”.
Según la SMA, una producción mayor a la permitida presenta un mayor nivel de impacto y riesgo ambiental al evaluado. Sin embargo, cabe recordar, que este riesgo no ha sido medido de acuerdo a las nuevas leyes ambientales a través del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA).
Elusión al sistema de evaluación ambiental
Considerando los procesos de sobreproducción, la fiscal de la SMA elabora una hipótesis sobre la elusión al SEIA por parte de Cooke.
El argumento apunta a que, si bien el centro Huillines 3 es una concesión acuícola otorgada de forma previa a la entrada en vigencia del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, “el proyecto no hizo ingreso respecto a proyectos con ‘una producción anual igual o superior a treinta y cinco toneladas’”.
Al carecer de autorización del SEIA, llamada Resolución de Calificación Ambiental (RCA), el proyecto de Cooke determinó un umbral de operación de 125 toneladas y un ingreso máximo de hasta 50.000 salmones.
Con estos antecedentes, la SMA argumenta que “la sobreproducción [2012-2023] en Huillines 3 constituye una actividad que no cuenta con una RCA favorable”. Por lo que debería hacer ingreso al SEIA para obtener una y operar dentro del marco legal.
Un proceso sancionatorio que lleva dos años paralizado
Desde el comienzo del proceso sancionatorio en 2021, Cooke ha dilatado su tramitación por más de 24 meses en distintas sedes judiciales. Al respecto, la SMA desarrolla una línea de tiempo.
Durante 2021, 2022 y 2023, Cooke ingresó tres recursos de protección contra la Superintendencia. En las tres ocasiones, los recursos fueron admitidos a trámite por la Corte de Apelaciones de Coyhaique.
En total, el procedimiento sancionatorio fue paralizado por más de 18 meses. Sin embargo, en 2021 y 2022, la SMA tuvo que llegar hasta la Corte Suprema desestimar los reclamos de Cooke. En 2023, hizo lo propio en la Corte de Coyhaique.
Otra medida tomada por la salmonera fue la solicitud de término del procedimiento en octubre de 2022. Según Cooke, el entonces director nacional subrogante de la SMA, Emmanuel Ibarra, había emitido declaraciones que darían cuenta de una falta de objetividad e imparcialidad de esta entidad. No obstante, el reclamo fue desestimado y el procedimiento siguió su curso.
El caso escaló hasta la organización principal del gremio. En agosto de 2023, el Consejo del Salmón solicitó ingresar al procedimiento como tercero interesado. La solicitud fue rechazada por la SMA, por lo que el gremio recurrió al Tercer Tribunal Ambiental.
Mientras el tribunal juzgaba, el proceso estuvo paralizado otros seis meses, concretando dos años paralizado.
No fue hasta junio de 2024, con el Tercer Tribunal Ambiental acogió la reclamación del Consejo del Salmón, que finalmente ingresó como tercero al procedimiento contra Cooke.
Desde entonces, finalmente, el proceso se tramita normalmente ante la Superintendencia.