Por Felipe Arancibia
El 27 de junio de 2023, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) ordenó la clausura definitiva del mini zoológico ubicado en el Parque Pedro de Valdivia, administrado por la Municipalidad de La Serena.
Si bien el trámite administrativo sigue su curso y el minizoo sigue funcionando, a partir de la denuncia, la Dirección de Control Interno de La Serena inició una auditoría que descubrió un verdadero caos administrativo y de cuidado animal dentro del recinto.
Desde personal insuficiente para administrar el recinto, una licitación dudosa y hasta la posesión de aves rapaces sin registro, fueron parte de los hallazgos de la unidad contralora del municipio, que desde octubre tiene a su alcalde, Roberto Jacob, destituido por notable abandono de deberes.
Ahora bien, la auditoría –publicada el pasado 25 de octubre– apunta a una sobreestimación en el presupuesto para alimentación del mini zoológico de La Serena.
Según Control Interno, el costo presupuestario proyectado era de $180.000.000. Sin embargo, al segundo trimestre de este año, el gasto en la cuenta del minizoo apenas superó los $61 millones, “valor que representa el 34.14% de ejecución (…) poco más de un tercio del total asignado”.
En entrevista con los fiscalizadores, el Jefe de Recintos Municipales, Michael Rivera Aracena, “indicó que ignoraba el monto del presupuesto asignado al Parque Pedro de Valdivia, del mismo modo indica ignorar cómo se estima y/o proyecta dicho presupuesto. Tampoco conoce detalles respecto de los gastos generados en el lugar, ni si aquel presupuesto asignado cubre dichos gastos”.
Minizoo de La Serena no tiene registro de los animales
Uno de los puntos más críticos es que el organismo no pudo acreditar la cantidad de animales que habitan actualmente en el parque Pedro de Valdivia, ni la existencia de un registro ni marcaje de las especies exhibidas.
Según el organismo contralor, durante su inspección recibió dos listados con la nómina de especies y cantidad en existencia de las mismas, uno de junio 2024 y otro con data de agosto 2024
Sin embargo, se halló una discrepancia de al menos 75 animales entre los registros. Discrepancia que, además. no se encontraría respaldada, pues no se tuvo “a la vista registro alguno del destino de dichas especies”.
Un peuco con orden de decomiso
“Es más, en inventario de fecha 05 de agosto 2024, no está registrado un peuco, que, en visita a terreno realizada al parque por profesionales de la Dirección de Control Interno, pudo ser visualizado”, acota la auditoría.
En esta línea, el reporte indica que además de la clausura indicada por el SAG, el organismo fiscalizador ordenó decomisar “los ejemplares de la fauna silvestre que no posean documentación de origen”. Entre ellos, el peuco.
No obstante, la Dirección de Control halló “en visita a terreno, que a la fecha no existe cumplimiento de esta disposición, desconociendo las gestiones asociadas al debido cumplimiento de la misma.”
Ahora bien, Control Interno acota que no tiene certeza sobre las acciones de la Municipalidad de La Serena para revertir las órdenes de clausura y decomiso.
Si bien los auditores tuvieron a la vista un documento emitido por el ex alcalde Jacob en que se apela a la decisión del SAG, “dicho documento no está fechado, ni cumple formalidad para acreditar que se presentó la revisión indicada. Es más, no fue posible garantizar que el mentado documento fuese debidamente evacuado al Servicio Agrícola y Ganadero, ni se logra evidenciar su recepción”.
Alimentación defectuosa en el minizoo
La Dirección de Control Interno también apuntó a la alimentación de los animales del minizoo de La Serena.
Según la auditoría, se advirtió “que la dieta alimenticia proporcionada a la fauna residente en el mini zoológico, no cumpliría a cabalidad con las recomendaciones realizadas por el SAG”.
En este sentido, durante la auditoría el organismo de control tuvo a la vista tres instructivos de alimentación para los animales. Sin embargo, “ninguno de los documentos enviados cuenta con data de elaboración, al mismo tiempo nada dicen sobre su vigencia, tampoco identifican el autor ni las fuentes sobre las cuales se trabajan”.
Más grave es que “los tres instrumentos tenidos a la vista presentan diferencias en cuanto a la cantidad y el tipo de alimentación a proporcionar a los animales, igualmente no se consideran todas ni las mismas especies en los distintos pliegos referidos”.
La auditoría tomó el “Plan de manejo alimentario” del minizoo de La Serena y lo comparó con el instructivo del SAG, descubriendo “que la alimentación proporcionada al cóndor, peuco, zorro chilla, tortuga terrestre africana y cotorras australianas no concuerda con la indicación emitida por el ente fiscalizador”.
“En el caso de gallinas y conejos en documento municipal establece libre demanda en consumo de algunos alimentos, hecho que difiere de las proporciones indicadas en los estándares técnicos que establecen la adecuada tenencia”, apunta el organismo.
Incluso se destacó el caso específico de la dieta de la tortuga terrestre, referida simplemente como “frutas y verduras”.
Las irregularidades en la licitación de la carne para el minizoo de La Serena
La adquisición de carne para los animales fue otra de las irregularidades detectadas en el minizoo de La Serena.
Según la auditoría, el 13 de junio de 2023 el municipio contrató mediante convenio marco una orden de “Corte tapapecho-marinado bolsa de 1 K unidad importado, IV región” por $11.845.500, IVA incluido.
No obstante, se constató que al 30 de agosto el minizoo había recepcionado 978.54 kilogramos de carne, entre tapapecho y posta paleta, por un valor de $7.337.396.
“Sobre este punto, es posible advertir que la adquisición en comento incumple las disposiciones asociadas al proceso de compras, toda vez que lo estipulado en las especificaciones técnicas no se ejecutó en la práctica”, señaló el órgano.
Minizoo de La Serena funciona sin plan de manejo sanitario
Ahora bien, el cuidado de los animales también fue cuestionado por la auditoría.
El hecho más grave descubierto fue la ausencia de un Plan de Manejo Sanitario que aborde la vacunación, limpieza, desinfección, control de vectores, entre otros. Si bien, tras consultas de los fiscalizadores, llegó un supuesto reglamento a sus manos, este contaba “con tres hojas, [pero] no cuenta con la formalización para tales efectos”.
En terreno, los fiscalizadores hallaron que el minizoo de La Serena no cuenta con un lugar idóneo para la ejecución de tratamientos preventivos y curativos. Esto, en vista que la sala de operaciones se encuentra en un container habilitado como la oficina de la veterinaria.
Según la auditoría, el container “no cumpliría con las particularidades mínimas de una sala de procedimientos. Primeramente, porque el lugar de ingreso para las especies es, literal, entre los escritorios un espacio reducido e incómodo”.
En esta línea, apuntó al inadecuado manejo de residuos corto punzantes y procedimentales y la falta de equipos de inmovilización y contención física y química de los animales.
Irregularidades en el pago de honorarios y falta de control jerárquico
Otro de los puntos que tocó la auditoría fue la cantidad de personal asignado al minizoo de La Serena.
Según la auditoría, para su funcionamiento diario el parque cuenta con un equipo de 11 personas: un administrador, un veterinario, un profesional de apoyo administrativo y 8 operarios. Todos contratados a honorarios y sin un reglamento que fije sus labores y rutinas.
Además, Control Interno detectó que el personal no alcanzaría para cubrir el total de horas de operatividad del parque. Esto, a pesar de que en entrevista con los fiscalizadores los trabajadores declararon “cubrir horarios más extensos que los señalados en sus contratos, y en ocasiones turnarse para asistir los fines de semana”.
No obstante, el órgano concluye que “lo descrito carece de registro documental alguno, del mismo modo no se refleja en el detalle al tiempo de la emisión de las respectivas boletas de honorarios como horas extras”.
En este sentido, tras una revisión documental, Control Interno detectó incongruencias entre la remuneración consignada en los contratos y el valor pagado. Siendo los sueldos percibidos menores a los acordados.
En este sentido, la auditoría acusa de falta de control administrativo y jerárquico dentro del parque, considerando que el Jefe de Recintos Municipales declaró que la “supervisión es más bien global, sin conocer ni prestar atención a los detalles”.
Falta de reglamentos
La auditoría también constató la falta de redes húmeda y seca, extintores bajo llave y sin instructivo, falta de botiquín, incumplimientos en la mantención de senderos, vías de vacunación y señalizaciones.
Así también, se apunta al mal estado de baños, camarines, receptáculos de basura, además de carecer de reglamento de higiene y seguridad, de un plan de emergencia y evacuación.