Por Álvaro Marchant
Hace dos semanas se llevaron a cabo las elecciones municipales en todo el territorio nacional. Los resultados, para bien o para mal, le dieron un cierto balde de realidad a los partidos, que ya comienzan a mover sus cartas para las elecciones parlamentarias y presidenciales de 2025.
Así las cosas, son varios los parlamentarios que ya cumplieron el ciclo máximo establecido por la ley, por lo cual no pueden ser reelectos. Uno de ellos es el senador y presidente del Partido por la Democracia (PPD), Jaime Quintana.
En medio de la discusión de la Ley de Presupuestos 2025, el senador conversa con Fast Check CL acerca de sus planes después de las parlamentarias, la situación del PPD y la ministra Tohá, y la reciente salida del subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara, sobre la que comenta que “es una pérdida de experiencia para el gobierno en general”.
“Espero que mi vínculo esté muy ligado a la educación desde que salga del Congreso en un año y medio más”
—Senador, ante la imposibilidad de ser reelecto, ¿Cuáles son sus próximos pasos en la política? ¿A qué se orientará?
Yo soy profesor de literatura y siento que es una parte de mi vida que dejé suspendida o interrumpida porque llevo muchos años en política. Estuve dos periodos como diputado y termino dos periodos como senador, entonces llevo un buen tiempo en el Congreso. Y siento, hoy día, más que nunca, que la pedagogía, sobre todo en el Congreso en el último tiempo, me aproximó mucho a los temas de educación y de seguridad. Hay un vínculo muy estrecho y creo que hay mucho que hacer.
Hay una dimensión de la política que es muy concreta, práctica y tiene que ver con acercarse a los establecimientos, cosa que yo hago desde hace mucho tiempo, trabajar con jóvenes, porque muchas veces uno advierte que cuando a esos jóvenes no se les vincula tempranamente con otro tipo de opciones, a veces toman trayectorias complejas, delictuales. Entonces, yo espero que mi vínculo esté muy ligado a la educación cuando salga del Congreso en un año y medio más.
— O sea, se quiere desligar en cierta parte de la política
No de la política del todo, porque lo que te acabo de decir es que el trabajar con los estudiantes, el mirar sus caminos vocacionales, trayectorias estudiantiles, y muchas veces contribuir con un granito de arena a dejar otras opciones que también se presentan en nuestros adolescentes, creo que tiene un sentido práctico, concreto, muy relevante, por lo menos para mí.
— En una entrevista que dio el martes dijo que no estaba en sus planes formar parte de algún ministerio ¿Es una puerta completamente cerrada?
Le tengo mucho respeto a la gente que está en el gobierno, incluso a la que está entrando ahora, pero tomé una opción para estar en el Congreso hace harto tiempo, y es un compromiso también con la gente de mi región que me respaldó. Y por lo tanto, creo que por muy comprensible que sea, porque a veces hay personas que han adquirido experiencia en el Congreso, pero yo, si bien nunca lo he demonizado, tampoco he aplaudido que los gobiernos —que por cierto todos lo han hecho— saquen a los parlamentarios del Congreso.
—Pero para usted ¿está esa posibilidad cerrada totalmente?
No estoy en esa línea, nunca he estado en esa línea. No me he planteado ese tema, tengo muy clara cuál es mi responsabilidad hoy día. Soy senador hasta marzo del 2026, y esa es mi tarea, y por lo tanto, no puedo pretender otra cosa.
“Tengo un compromiso con este colectivo político y yo siento que aún me queda algún tiempo en esta conducción partidaria, pero no es fácil”
— ¿Y cuál será su futuro en el PPD? ¿Va a seguir ligado fuertemente a la gestión del partido o es un aspecto que quiere dejar de lado?
Ser presidente de un partido es una tarea muy desgastante, demasiado exigente en estos tiempos, sobre todo en un contexto de baja valoración de la política y no tengo ningún problema en reconocerlo. Pero, además, tienes mucha fragmentación, donde cualquier partido nuevo llega se instala y te quiere ocupar el espacio, de mala manera muchas veces. Entonces, yo soy de los que creen que aquí hay que hacer normar de mejor manera el sistema político y la manera en cómo se crea un partido. Hoy día estoy cumpliendo esta labor en el partido, que no es grata te quiero decir, pero alguien tiene que cumplirla.
Tengo un compromiso con este colectivo político y yo siento que aún me queda algún tiempo en esta conducción partidaria pero no es fácil.
—¿Cómo evalúa el contexto actual del PPD?
Sorteamos de la mejor manera que pudimos la elección municipal y regional. Y el PPD hoy día tiene que pensar, como todo el resto, en cuáles son los mejores escenarios para la elección parlamentaria y presidencial del próximo año.
Creemos que el socialismo democrático, sí o sí, tiene que llevar a una candidatura y pensar en las primarias legales y ojalá las próximas semanas, empezar a discutir una base programática. Porque yo estimo que los futuros gobiernos no van a cumplir íntegramente su programa, los últimos tres gobiernos, incluido este, no cumplieron o no van a cumplir su programa.
Más bien los gobiernos tienen que aspirar a enfrentar de buena manera las contingencias que se presentan: los problemas, las crisis políticas, entre otras cosas. Eso es gobernar hoy día, y por lo tanto, el desafío tiene que ser ese.
—¿Cree que al gobierno le pasó la cuenta venir con muchas ideas? Al final, ¿otra cosa es con guitarra?
Exactamente, creo que probablemente es de los gobiernos que, si bien no va a cumplir buena parte de lo que comprometió, va a ser de los que mejor logró enfrentar las coyunturas y cuestiones inesperadas, como la crisis que tenemos hoy del caso Monsalve. El gobierno va a zafar de esto y vendrá otro problema y lo va a enfrentar.
No hay ninguna comparación en que los temas que le ha tocado enfrentar a este gobierno, lo ha hecho mejor que los que le tocó a Piñera y a Bachelet II. Los gobiernos en el futuro van a tener que ser más flexibles en lo programático y tal vez comprometer tres grandes cosas importantes a conseguir en los cuatro años.
“El gobierno no estaba preparado para un misil como el que recibió”
—¿Usted cree que el caso Monsalve lo manejaron bien?
No, creo que el caso Monsalve tuvo problemas porque fue un golpe demasiado fuerte, tan difícil como inesperado, y por lo tanto, como es una situación penal, estrictamente personal, el gobierno no estaba preparado para un misil como el que recibió.
Pero también digamos que ésta no es una crisis convencional, en donde la crisis detona a raíz de una mala política pública implementada, de un caso de corrupción o de una situación de ejecución presupuestaria, por dar tres ejemplos. Ésta es una crisis que nace de un conflicto esencialmente personal, y por lo mismo, debe radicarse lo más pronto posible en sede penal y el gobierno debiera sacar este lío de La Moneda.
—¿Cree que ha sido injusta un poco la responsabilidad que se le atribuía a Carolina Tohá?
Totalmente injusto, es pasarse a varios pueblos por parte de la oposición. Yo te aseguro que si el presidente, cuando tiene conocimiento, hubiera sacado a Monsalve, el planteamiento de la derecha, que siempre tuvo una alta valoración por Monsalve, habría sido de calificar al gobierno de irresponsable por sacar a una persona que tiene a cargo la seguridad del país sin recabar todos los antecedentes. Esta es una oposición que le ha pegado al gobierno y a la ministra Tohá en particular.
— ¿Cómo se recupera la confianza en el Ministerio de Interior y en las políticas de seguridad, considerando todo lo ocurrido con Monsalve?
Lo que pasa es que Monsalve es una cosa inédita, que nadie buscó, nadie sabía cómo enfrentar una situación así y a cualquier gobierno le puede ocurrir. Pero esto es un hecho fortuito desde el punto de vista de los acontecimientos que le ocurren a los gobiernos. Fortuito y gravísimo, pero no surge de un mal manejo del gobierno. Uno puede acusar el mal manejo o que las cosas pudieran haberse hecho mejor, pero es post suceso.
Por eso esta arremetida de la derecha, esto de enjuiciar a ministras mujeres por lo que hacen hombres, me parece que es francamente el mundo al revés.
—Pero el cuestionamiento surge de manera casi natural, ¿Cómo se sigue al final confiando en el Ministerio del Interior cuando pasan este tipo de cosas? ¿Cómo se retoma la senda? Porque es un golpe duro, no por nada renunció Ana Lya Uriarte y hoy día el subsecretario Vergara.
Bueno, yo creo que esa senda pro seguridad no se interrumpió en ningún momento porque no depende solo de la autoridad civil, por supuesto en gran medida sí, porque hay aspectos legislativos, administrativos, de reforzamiento de las policías, de coordinación de las policías que hace el Ministerio de Interior. Y en eso, Carolina Tohá nunca ha dejado de estar encima de los temas que competen a su cartera.
Interior y seguridad, interior y las policías son lo mismo. Yo creo que hoy día, afortunadamente, hay un trabajo bien estrecho, colaborativo entre el Ministerio de Interior y ambas policías, y eso le da una fortaleza para enfrentar estas tensiones y crisis políticas.
“La salida de Vergara es una pérdida de experiencia para el gobierno en general“
—El presidente dijo que no iba a haber cambio de gobierno, pero esta misma semana hubo una serie de cambios en la subsecretarías, entre ellas la de Vergara ¿Hay una especie de contradicción?
Lo que pasa es que el presidente esta semana dijo que no había un cambio de gabinete y eso finalmente es lo que ha ocurrido, que no hay cambio, no salen ministros. Y lo que también pasó es que habían subsecretarías que iban a cambiar y dentro de esas estaba Vergara, que entiendo que también tiene algunas opciones electorales y eso no es nuevo para nosotros. Lo que pasa es que ya mucho habíamos descartado esa opción porque habíamos conversado con Vergara en algún momento.
Entendemos esta renuncia, si bien nos sorprende un poco, pero entendemos que también tiene que ver con opciones electorales.
—¿Cómo evalúa la gestión de Vergara?
Yo creo que no hay alcalde que no te diga que Vergara fue un subsecretario que le atendía el teléfono a todo el mundo, que logró bajar los proyectos y los fondos concursables a cada uno de los territorios, a las comunas. En materia de prevención se venía haciendo un trabajo bien constante de esos que no dan fruto, lamentablemente, de inmediato ni a corto plazo. Estoy seguro que el tiempo va a ser muy justo en la evaluación a Vergara.
—¿Fue el mejor momento para sacarlo de la cartera?¿Podría haber terminado en Interior este último tramo de gobierno?
Vergara venía del comienzo del gobierno y es de las personas que más conocían los temas de seguridad en el gobierno. Probablemente el que más. Porque venía analizando y trabajando hace por lo menos dos años los temas de seguridad. Era una persona que conocía el tema y creo que la salida de Vergara es una pérdida de experiencia para el gobierno en general. Es como cuando tú sacas de cabeza a los altos mandos, pierde experiencia policial y tiene una pérdida de experiencia también en materia de seguridad.
—¿Cómo está actuando el PPD para blindar a la ministra Tohá de cara al último tramo de gobierno?
O sea, nosotros siempre hemos respaldado a Carolina Tohá porque es una persona con experiencia, tremendas capacidades y una dedicación en las materias que están a su cargo como pocas veces se ven. Y nos parece que hoy día la principal prioridad que tiene el gobierno, que tiene el país y el PPD es la seguridad.
—¿Considera que el tema de seguridad le puede pasar la cuenta a la izquierda? Porque esta materia siempre fue una bandera que alzaba la derecha pero a la izquierda le costaba adherirse.
La izquierda tenía, y debe reconocerlo, hasta hace algún tiempo atrás, algunos complejos a la hora de abordar los temas de seguridad. Hoy día yo creo que, puede que algunos sí, pero el grueso del oficialismo, del progresismo chileno no tiene ningún complejo en los temas de seguridad. Hoy día encuentras normativas y propuestas duras de parte de la izquierda y la centro-izquierda, pero mucho más viables que el lenguaje simplista que utiliza la derecha.
—¿Para el estallido social la condena de la violencia llegó muy tarde entonces? ¿No es una postura que ha tenido siempre clara la izquierda?
Yo creo que la nueva mirada de algunos sectores de la izquierda, que no tenían en materia de seguridad, surge con el presidente Boric. Creo que el presidente fue fundamental en este cambio de percepción y en comprender que la seguridad es un bien social, es un derecho de la persona, la seguridad, y por lo tanto el trabajar por ella es tan importante como luchar por una mayor equidad salarial.
—¿Cuáles son los principales legados materiales que deja este gobierno?
Yo creo que este gobierno va a lograr parte importante de su agenda, como las 40 horas, el copago cero en materia de salud, la reforma de pensiones, que yo creo que este gobierno la va a sacar. Este es el gobierno que va a lograr mucho más allá de lo que la Concertación en su momento hubiera querido lograr y voy a ir más lejos, mucho más allá de lo que el gobierno de Piñera hubiera querido lograr. Y precisamente por eso yo creo que la carrera presidencial no está clausurada para nuestro mundo.