Harold Alarcón, presidente de ex alumnos INBA, se refiere al trágico incendio ocurrido el pasado miércoles en el colegio, el cual terminó con más de treinta estudiantes quemados, cuatro de ellos en riesgo vital. Alarcón, comenta que este año la violencia se había reducido , pero que con el corto periodo de los rectores se afecta la gobernabilidad dentro del colegio.
Por Álvaro Marchant
Durante la mañana del pasado miércoles, dentro del Internado Nacional Barros Arana (INBA), se vivió un hecho sin precedentes en la historia de la educación chilena. La explosión de elementos incendiarios al interior de un baño del establecimiento dejó a 35 alumnos con quemaduras, cuatro de ellos con un diagnóstico crítico.
La tragedia puso sobre la mesa, nuevamente, la crisis de seguridad que se vive al interior de los liceos emblemáticos, siendo foco de críticas tanto las autoridades del internado como el municipio.
En medio de las constantes visitas que hace a las familias de los afectados por el incendio, Harold Alarcón, presidente de los ex alumnos del INBA, conversa con Fast Check CL y repasa el momento en el que sucede este incidente, sobre el que comenta que “la violencia estaba quedando en el pasado”.
“Me duele que a los chicos los estigmaticen“
—¿Cuál es el ánimo de la comunidad del INBA?
Estamos súper choqueados con lo que ocurrió, de hecho, el lunes vuelven a clases. Se va a hacer un plan de contención para poder organizarnos sobre cómo volver, porque no puede ser que se haga borrón y cuenta nueva.
Ayer me tocó acompañar al centro de estudiantes a la mutual y a la Posta Central, y si bien todos ellos quieren estar con sus compañeros, no los pueden ver. Entonces, llegan a la sala de espera, están ahí, conversan con los papás y con sus amigos.
—¿Qué se sabe sobre el origen del incendio?¿Han podido armar el rompecabezas del suceso?
Como yo no estaba ahí, no entiendo qué fue lo que pasó. Hay una investigación en curso respecto a esto. Hace mucho tiempo que nosotros no teníamos bombas molotov en el colegio. En este tiempo no habíamos perdido clases, era un año casi normal, el calendario lo llevábamos al día.
El panorama acá es muy distinto a lo que pasa en el Instituto Nacional o en el resto de los colegios, porque los demás sí tienen muchos problemas, pero nosotros no. Hubo algunos intentos de salida, pero salen a dos o tres encapuchados y como son tan pocos, después se entran.
Una de las versiones que hay, es que se estaba desarrollando una actividad tradicional de los cuartos medios, en donde bajan de los dormitorios, molestan a los más chicos, les meten miedo, pero es algo histórico, una acción muy antigua. Aunque las nuevas generaciones han hecho una tradición que no es tradición, sino que es una tontería: se suben al tercer piso y ahí arman una lista negra, hacen una especie de funa y tiran petardos.
Por lo que entiendo salieron en grupo, por eso habían tantos encapuchados y se mezclaron algunos que eran disidentes, que eran la mayoría, con los que querían salir a cortar calles, pero no concretaron el cortar las calles y después se devolvieron al baño a sacarse la capucha y ahí pasó todo.
—¿Cuál es su opinión sobre la criminalización del estudiantado a raíz de hechos como estos?
Me da pena, porque el estudiantado de este año ha sido súper tranquilo, se han portado súper bien, estamos en clases y tenemos actividades durante todo el día. Entonces, me duele que a los chicos los estigmaticen, y de hecho en la prensa salían imágenes del año 2017-2016, y las muestran como si fueran actuales, cuando eso no ha ocurrido este año.
En 2022, sí hubieron micros quemadas y existieron muchas salidas. En 2023 esa violencia bajó y ya no volvimos a tener problemas con el Ejército, los chiquillos hicieron algunas salidas, fueron alrededor de 16, que son hartas y no queremos justificarlas, las condenamos, pero el nivel de violencia ha venido bajando.
Estábamos trabajando en comunidad para bajar los índices de violencia, porque los cambios en la educación no son instantáneos y lo que hagamos ahora tiene un efecto en varios años más. No hay ningún mecanismo mágico para hacer que algo cambie ahora y asegure que el próximo mes no habrán más salida o el próximo año no hay más salida, eso no ocurre. Hay muchos estudiantes que vivieron el estallido social, estuvieron en pandemia y no convivieron con sus compañeros, vienen con una carga emocional súper alta. No los justifico, pero ahí está el origen de un círculo de violencia que es súper difícil de eliminar.
“La represión en ningún caso es la solución“
— Esto sin duda marca un precedente en la historia de la educación secundaria, pero no es la primera vez que pasan hechos de este estilo. ¿Quién debería responsabilizarse por este tipo de situación?
No sabría decirte quién debería responsabilizarse, pero lo que sí sé es que la manera de cambiarlo es trabajar en la comunidad educativa con los profesores, los asistentes, buscando contener a los chiquillos. La represión en ningún caso es la solución y criminalizarlos menos.
A mi modo de ver, una de las cosas más importantes es que en los últimos diez años nosotros hemos tenido un rector por año. Los rectores no alcanzan a terminar sus periodos, y así la gobernabilidad dentro del colegio es muy difícil de tomar. Duran un año, el próximo año llega otro, cambia todo su equipo, cambia las reglas y así constantemente. Es una locura y un daño para la comunidad educativa.
— En cierto punto, ¿hay un grado de responsabilidad de la municipalidad?
Creo que como sociedad nos hemos establecido desde la municipalización, sin embargo, no hemos establecido una lógica de que la educación pública debería ser lo mejor. Y, la educación en general de todos estos colegios debería ser prioritaria en cuanto a financiamiento y administración, pero ha sido abandonada.
No sé si la municipalidad sea culpable, porque han pasado montones de alcaldes, de distintos lados políticos, y la violencia sigue igual, nadie tiene una receta mágica para esto.
— Parte de la oposición pidió la salida inmediata de la rectora del internado. ¿Considera que es una opción viable que abandone el cargo en este contexto?
No lo veo. Yo creo que sería trágico y una pérdida la salida de la rectora, porque significa volver a iniciar, sería retroceder tres años. Es fatal jugar con la educación así, por algo también algunos políticos duran cuatro años en el cargo.
“Es muy raro el querer reactivar un foco de violencia ahora”
—¿Piensa que la Ley Aula Segura es una medida suficiente para frenar la violencia en los establecimientos educacionales?
Hay mucha ignorancia sobre Aula Segura, hay gente que dice que no se aplica pero nosotros no podemos no aplicar las leyes. Aula Segura lo que hizo fue que nos forzó a cambiar los reglamentos internos y todos los colegios lo hicieron. En el caso del INBA también está actualizado de acuerdo a las leyes actuales. Entonces, no puedes decir que no se aplica, porque los reglamentos internos están acorde a la ley. Cuando la critican yo creo que muchos ni siquiera la conocen.
— Un fuerte opositor a la ley es el presidente del Colegio de Profesores, quien dice que es una normativa que no tiene sentido
Sí, pero en el fondo los que critican muchas veces no conocen cómo tiene que ser el mecanismo. En el colegio se aplica el debido a proceso a todos los estudiantes que estén involucrados en eventos de estas características. Aula Segura hace que el trabajo administrativo sea más largo, pero el colegio lo hace y lo seguirá haciendo.
—¿Cuáles son las demandas que se mantienen históricamente en el INBA?
No hay ningún petitorio, no hay ninguna cosa no resuelta. Hemos recuperado la pintura, la fachada del colegio, los pasillos están limpios, hay baños, las salas están recién reacondicionadas por fondos del Mineduc y se está avanzando en la infraestructura del colegio.
En general, no ha salido un petitorio. La moda de la anarquía y los anarcos, al final lo que buscan es provocar el caos. En verdad son grupos muy difíciles de entender, no entiendo mucho la lógica de ellos.
Me extraña que la Fiscalía o los grupos de investigación no puedan llegar a estas personas y saber si alguien las financia. No creo que sean los estudiantes que estén juntando plata para comprar overoles.
—Se abrió una arista de investigación que podría vincular a los apoderados con el hecho ¿Qué piensa de esto?
En realidad no sabría qué decir. Quizás algunos lo deben hacer pero también tiene una logística. ¿A quién le conviene en este momento? Por eso es súper sospechoso en este momento, justo antes de las elecciones, que ocurra una cosa así dentro del INBA, cuando no había ocurrido nada hace mucho tiempo.
¿A quién le conviene en este momento? Por eso es súper sospechoso en este momento. ¿Por qué alguien quisiera reactivar la violencia en el INBA? Porque eso siempre lo dicen en las redes sociales. Es muy raro el querer reactivar un foco de violencia ahora, un foco que quizás antes sí existía. Yo no te miento, hace años atrás lo había.
Es súper sospechoso todo lo que ocurre. Me da la lata de que nos vengan a buscar o tratar de reactivar algo que para nosotros ya es pasado. La violencia estaba quedando en el pasado.
—¿Ha podido conocer la percepción que tiene alguno de los jóvenes involucrados?
Los chicos están muy arrepentidos de lo que hicieron. Muchos de ellos, estando quemados, pedían perdón. Ojalá sea el último episodio del internado antes de perder a otro compañero. Hay mucho dolor, porque esas familias están sufriendo mucho, y van a sufrir por mucho tiempo.
Hay profesores que quedaron muy choqueados porque conocen a sus estudiantes, saben cuándo se iniciaron. Son adolescentes que adolecen de muchas cosas y cometieron un error: estar en el lugar donde no tenían que estar, por tratar de hacer una gracia.