El alcalde titular de Rancagua, Emerson Avendaño, explica cómo ha sido asumir el municipio en medio de una crisis financiera producida por la administración anterior, con un ex alcalde acusado por fraude al fisco. Sobre aquello, comenta que hechos como este “hacen que la gente se decepcione de la política”. Por otra parte, aborda cómo ha sido para la ciudad el cinematográfico robo del camión Brinks, suceso que desencadenó un operativo de proporciones y una investigación de la cual cada día se conocen nuevos antecedentes.
Por Álvaro Marchant
El pasado 12 de junio el Tribunal Electoral Regional de O’Higgins decidió remover al entonces alcalde, Juan Ramón Godoy, de su cargo luego de acoger el requerimiento ingresado por concejales de Rancagua. En aquella instancia, el organismo tomó la decisión por contravención grave a las normas de probidad administrativa y notable abandono de deberes.
Meses antes, en abril de este año, Godoy fue formalizado tras ser acusado de fraude al fisco, malversación de fondos públicos, cohecho y soborno. En la audiencia, el tribunal decretó prisión preventiva para el exjefe comunal. Así las cosas, alguien debía asumir como jefe comunal de Rancagua. Esa persona fue Emerson Avendaño (Independiente-FA), quien luego de la aprobación de los concejales del municipio, se transformó en el nuevo alcalde de la ciudad.
El nuevo alcalde comenzó su gestión con un robo cinematográfico en su comuna, ocurrido el pasado viernes 16 de agosto. En lo que pareció un plan diseñado con anterioridad, un grupo de delincuentes atracaron un camión blindado de la empresa Brinks, logrando sustraer $12 mil millones. El hecho terminó con 20 imputados y la solicitud de renuncia inmediata del Prefecto General de la PDI, Hugo Haeger Bórquez.
En medio de su intensa agenda, el alcalde de Rancagua, Emerson Avendaño (33 años), conversa con Fast Check CL acerca del desafío que ha significado asumir el cargo, la situación de seguridad en la ciudad y el millonario robo del camión Brinks.
“Administrar siempre me ha gustado pero nunca me proyecté como alcalde para elecciones a un futuro”
—¿Cómo ha sido asumir alcaldía Rancagua a tan corta edad y en el escenario en el que lo hizo?
La verdad es que ha sido intenso, yo creo que esa es la palabra que mejor define este periodo y administración. Asumir un municipio, sobre todo uno grande como el de Rancagua, ya de por sí es algo complejo, pero aun más cuando pasó por un proceso donde una autoridad fue destituida y con todo el revuelo que llevó eso.
Esto al final hace que la gente se decepcione de la política y cueste que crean en uno. Además, de todos los embates económicos que esto significó, donde tenemos una corporación en una crisis tremenda, colegios que lamentablemente no fueron atendidos en su minuto y que ahora están teniendo resultados negativos en lo que es su infraestructura.
—¿ En qué estado se encontraba la municipalidad cuando asumió?
En un estado de sobredotación tremendo a nivel municipal, sobredotación en sus corporaciones, deudas por más de 7.000 millones de pesos con muchas demandas de proveedores y un ánimo muy bajo de los funcionarios.
La comunidad ve una ciudad que está botada y se siente abandonada, eso repercute también en los funcionarios pero, de momento, hemos podido salir adelante. Las calles están más limpias, se han aplicado planes de recolección, así que por lo menos hemos escuchado buenos comentarios en ese sentido.
—¿Cree que el hecho de la administración anterior, todo lo que se hizo, ha repercutido en la opinión que la gente pueda tener de su gestión?
Sí, pero por desconocimiento. En ese sentido la gente piensa que uno estuvo cuatro años, entonces, al final, nos juzgan con que no se ha hecho nunca nada y cuesta hacer entender que llevamos solo tres meses.
Por eso tomé la decisión de no presentarme a ninguna elección, siendo que podía presentarme como reelecto a concejal o reelecto a la alcaldía. Siento que este periodo es uno de transición, donde la persona que se hiciera cargo de la situación del municipio, tenía que dedicarse al cien por ciento. Una elección no daba para hacer ambas cosas.
— ¿Nunca fue tu aspiración alcanzar el puesto de alcalde?
No, para nada, por lo menos no en el corto plazo. Obviamente, cuando veíamos que se avecinaba el tema del juicio del exalcalde Juan Ramón Godoy, sabíamos las consecuencias que podía tener.
Administrar siempre me ha gustado, pero nunca me proyecté como alcalde para elecciones a un futuro. Ahora, por el hecho de haber estado acá, claramente uno dice “sí, podría ser más adelante”, pero de verdad que mucho más adelante. Los costos, tanto personales como familiares, han sido altos.
“El asalto fue la guinda de la torta”
— El robo al camión Brinks ha estado en el centro de la noticia y cada día salen nuevos antecedentes. Ante esto ¿qué impacto tuvo en la ciudad el suceso?
Tuvo un impacto de crear y formar terror en toda nuestra comuna. Yo creo que ninguna ciudad de Chile está acostumbrada a vivir esto. Es algo que nos sorprende a todos. Nosotros como municipio, son pocas las facultades que tenemos en temas de seguridad coercitiva.
No obstante ello, nosotros por lo menos vamos a hacernos parte de la causa en el sentido de que hubo obstrucción a la vía pública, hubo temor a la comunidad, se quemaron vehículos.
También solicitarle al Gobierno central que pueda disponer de mayor seguridad en las comunas cercanas a la Metropolitana, porque al final todo lo que hacen allí, repercute en las comunas aledañas, como por ejemplo los operativos que hacen en contra del comercio ambulante en Santiago. Al final, esos comerciantes vienen en el tren a trabajar a Rancagua, porque tenemos menos policías.
— ¿Qué le parece de que se haya pedido retiro inmediato al jefe de la prefectura de la PDI?
La verdad es que esas prácticas como de retiro inmediato, si no se hacen investigaciones, son para salvaguardar la institución, no es para estar buscando responsables; uno esperaría que por lo menos esas personas que las instituciones creen que pueden tener algún inconveniente o hayan cometido alguna infracción, omisión o delito, se les pueda investigar y sancionar de manera correcta. El retiro es básicamente para después enterrarlo como un ciudadano y no como un funcionario de la institución.
Y no es que esté defendiendo a la persona, sino que creo que basta de expiar las culpas como institución. No basta simplemente con sacar a las personas, con transparentar qué pasó realmente. Eso yo creo que es lo que quiere la gente, el qué pasó, por qué se dieron esas cosas.
“Se cometieron irregularidades con las listas de espera, se jugó con la vida y murieron personas”
— Contraloría detectó irregularidades en la lista de espera del hospital de Rancagua, así como en otros recintos hospitalarios del país. ¿Qué impacto ha tenido este hecho en Rancagua?
Nosotros hemos visto dificultades en las derivaciones y ahora entendemos por qué se pueden dar esas dificultades, porque hay un desorden administrativo que hace que las listas de espera se prolonguen más y se priorizan a otras personas, que es una práctica que no corresponde, porque afecta directamente la vida de las personas. ¿Cuántas personas han muerto porque en realidad se prioriza a otras sobre la gravedad que ellas tengan? Es algo que indigna por lo menos al municipio de Rancagua y a toda la comunidad.
— ¿Qué decisión pretendes que tome el Minsal ante esta situación?
Que se haga el sumario administrativo correspondiente, que las personas que estaban ligadas a eso se suspendan de sus funciones, que pongan a personas idóneas allí y se investigue y sancione con todo el rigor de la ley. Cuando uno está en el servicio público, toda decisión es una decisión de vida.
Se cometieron irregularidades con las listas de espera, se jugó con la vida y murieron personas. No sabemos cuántas, no tenemos identificados los nombres, pero cambiar la priorización afecta la vida de las personas y eso tiene que ser investigado y sancionado.