El segundo tiempo del Gobierno está en marcha, pero no exento de problemas en las negociaciones en el Congreso. Gael Yeomans, diputada por Convergencia Social, lanza sus críticas a la derecha por tener un «ánimo» de obstaculizar los avances de la administración de Gabriel Boric. A su juicio, desde la oposición no ha habido autocrítica sobre hechos del pasado: «Ahora, prácticamente, todo es culpa de quiénes se movilizaron, ya no le llaman estallido social, sino delincuencial».
Por Elías Miranda
Terminada su tercera Cuenta Pública, el oficialismo saca cuentas por su gestión que se extiende por más de dos años, buscando establecer un relato de retorno a la normalidad. «El Gobierno del Presidente Boric logró estabilizar al país», esbozaba una minuta que circuló por grupos de WhatsApp antes de la cita nacional.
Para la diputada Gael Yeomans (Convergencia Social-Distrito 13), hay un evidente «ánimo» para que el Gobierno no avance en sus reformas, enfatizando precisamente en la discusión tributaria y de pensiones. En conversación con Fast Check CL, Yeomans proyecta este segundo tiempo que le resta al Gobierno.
Aunque todavía no se conocen los alcances que tendrá el proyecto del CAE, la diputada que forma parte de la Comisión de Hacienda de la Cámara Baja, responde: «No entiendo por qué generó tal polémica, cuando los compromisos estaban: superar el sistema de financiamiento y terminar con ese sistema, presentando un proyecto que se hiciera cargo».
“Lo que yo he visto expresado, una y otra vez, es que hay un ánimo para que el gobierno no avance en sus reformas”
— Cerrada la tercera Cuenta Pública, desde la oposición apuntaron hacia el anuncio del aborto, porque es un tema que, según afirma el senador Macaya, polariza ¿Qué visión tiene de esa postura?
Primero, creo que es muy lamentable la actitud que ha tenido la oposición frente a este anuncio, que además, no era sorprendente en la medida que era parte del programa de Gobierno, por lo mismo, podría eventualmente haber sido parte de esta Cuenta Pública o de otras atrás.
Lo lamentable es que la actitud es a cerrar debates, a hacer una pataleta de cabro chico durante ese mismo momento, de donde salen algunos parlamentarios de la Cuenta Pública sin escuchar al Presidente, demostrando que para algunos cuando no les gustan algunos temas, prefieren la imposición, coartar el debate y no el diálogo democrático.
— Siguiendo sus palabras, entonces, ¿comparte la visión del presidente de su partido, Diego Ibáñez, de que hay una especie de “antigabrielismo”?
Lo que yo he visto expresado, una y otra vez, es que hay un ánimo para que el gobierno no avance en sus reformas, obstaculizando, ya sea alargando debates innecesariamente, a comprometerse en cuestiones que no cumple, por ejemplo: dijeron que iban a aprobar rápidamente el cumplimiento tributario, si se aprobaba separadamente del resto de la reforma tributaria, y sigue ahí dilatándose en el Senado.
— Si en el escenario que plantea, en el que la oposición obstaculiza reformas importantes, entonces, ¿cuáles son esas transformaciones sociales implementadas por esta administración?
En lo que le ha correspondido, y es del Gobierno, se han logrado avances como en el copago cero, en los mismos anuncios que realizó el Presidente en la Cuenta Pública. Esto busca salir de una idea que tiene que ver con dejar al Estado escuálido, y buscar darle más poder, más facultad, darle más recursos y hacerse cargo de las necesidades sociales. Esas son las tesis que se ven el Congreso en juego. Ahora, como reitero, creo que hay aspectos es donde se ha logrado avanzar, otros han requerido también impulsos a algunos acuerdos como fue el royalty minero que se vio en el Congreso o la ley de responsabilidad parental, que ha permitido miles de millones en pago de pensiones de alimentos que se adeudaba.
“Se actúa coordinadamente en generar ayudas económicas que no incrementen la inflación”
— ¿Hay espacio todavía para el programa de Gobierno o actualmente las circunstancias obligan a gobernar sobre la contingencia?
Creo que el deber del Gobierno es impulsar, seguir sosteniendo la posibilidad y la esperanza de que se logren acuerdos y se logre avanzar en reformas. Nos queda un año y medio todavía de este periodo y, además, porque la voz de la ciudadanía tampoco está tan impávida viendo como pasan todas las cosas en el Congreso. También hay que tener en atención, el grado de desaprobación que tiene actualmente la oposición, está llegando a un 7% según las encuestas.
— Pero el fenómeno de desaprobación es transversal.
Por cierto. Y también debiese ser parte de la evaluación política que haga la derecha, que qué tanto rédito sale para ellos obstaculizar todas las agendas que son necesarias y urgentes para la población chilena. Va a ser nulo y solamente para su nicho, para hablarle al mundo de Kast y de la ultraderecha, y creo que el país es más que la ultraderecha.
Entonces es bien mezquino, y creo que es una trampa en la que están cayendo, el hacerle tanto caso a esos discursillos, porque finalmente van a traer repercusiones probablemente electorales, pero también repercusiones en lo social.
— Hace algunos días circuló una minuta con la que se afirmaba que “el gobierno del Presidente Boric logró estabilizar al país”. ¿Cuáles son los aspectos que se lograron estabilizar?
Primero, en materia económica, los números hablan respecto a la inflación que es una acción coordinada con el Banco Central, pero hay también el rol que le toca al Gobierno en materia de la política fiscal y, en ese sentido, se actúa coordinadamente en generar ayudas económicas que no incrementen la inflación, que eran elementos súper importantes, sobre todo en estos primeros años. Yo creo que se ha logrado estabilizar, además no solo eso. Estamos hablando de la estrategia nacional del litio y de incrementar las inversiones extranjeras.
— Dentro de ese diagnóstico, ¿considera al TPP-11 y la ley Naín-Retamal como aspectos que posibilitaron la estabilidad del país?
Sobre el TPP-11, todos saben del debate que hubo. A mi juicio, habían más salidas, y había propuesta que fue rechazada para generar acuerdos complementarios que permitieran potenciar más la economía de nuestro país. Creo que zanjado ese debate, el hecho de resolver debates que tiene el Congreso pendientes, también hace que por ejemplo en materia de inversiones, quienes están pensando sus pies en el país puedan ya tener un grado de estabilidad y certidumbre respecto de cuáles son las reglas del juego.
“Es difícil hablar a priori cuando el contenido no está sobre la mesa”
— Hay un diagnóstico compartido en el oficialismo respecto del CAE, pero la ministra Tohá evitó hablar de condonación y dijo estar usando otros términos, ¿cuál es la acepción correcta para el proyecto que será ingresado en septiembre?
Sé que con el contenido del proyecto vamos a saber de lo que estamos hablando, es difícil hablar a priori cuando el contenido no está sobre la mesa y genera más fricciones que, quizás, son inconducentes y falsas.
Cuando el objetivo, a mi entender, es terminar con el CAE, terminar con tener sistemas de financiamiento basado en el endeudamiento de la familia y no financiar a la banca para devolver la plata desde el Estado, porque el Estado tiene que pagar a la banca con intereses.
Ese mecanismo que es ineficiente, no replicarlo, sino pasar a un mecanismo que se haga cargo de una manera más directa de este problema. Y por otra parte, respecto de la deuda que tienen las familias, en el algo debe ser el gesto de una reparación gradual, que sea progresiva, pero de que la reparación exista.
— ¿Y no hay ahí una falta de estrategia de estar debatiendo sobre condonación, cuando todavía no se ingresa el proyecto?
Lo que pasa ahí, es que se generó una discusión por prensa. Cuando en realidad el gobierno se comprometió durante la discusión de la ley de presupuesto, a fines del año pasado, y se comprometió cuando estábamos todos los parlamentarios en la Comisión Mixta. No entiendo por qué generó tal polémica, cuando los compromisos eran de palabras: superar el sistema de financiamiento y terminar con el CAE, presentando un proyecto que se hiciera cargo.
“Ahora, prácticamente, todo es culpa de quiénes se movilizaron, ya no les llaman estallido social, sino delincuencial”
— Sobre la unificación del Frente Amplio. Con una votación del 7% de participación en RD y un 23% en el caso de CS ¿En qué está pensando el Frente Amplio para conectar con la base militante?
Creo que dado que vamos a hacer un mismo proyecto, creo que también tanto la participación como el resultado, hay que medirlo de esa forma, no separadamente por los partidos. Hubo una intención explícita del más del 80% en concreto, de la militancia que participó y que está de acuerdo con tener un mismo partido. Ahí me pasa que el desafío, ya no es hablarle a cada uno de los militantes, sino en cómo construimos un proyecto político común, de izquierda, socialista, feminista, situado en este Chile, del siglo XXI y de los desafíos futuros.
— ¿Usted se siente representada por el mea culpa que ha hecho el Presidente, “sobre actitudes” que tuvieron en el pasado como oposición?
Cuando uno está haciendo política in situ, es importante recoger las señales que se puedan dar desde el Presidente de la República, me parece que tiene el deber, siendo el Presidente de la República de asumir que para hacer que el país avance, él tiene que representar al país y no solamente a nuestro partido.
Como parlamentaria, como militante, yo sé lo que hicimos durante el periodo de Gobierno anterior, cómo nos comportamos con el Gobierno de Sebastián Piñera; pero también sé cómo ellos se comportaron con nosotros y cómo ellos se comportaron con el pueblo de Chile, en su momento.
Y esa autocrítica respecto de la derecha no la he visto. Ahora, prácticamente, todo es culpa de quiénes se movilizaron, ya no les llaman estallido social, sino delincuencial. Es decir, aquella movilización tan amplia y masiva que hubo en las calles, ahora se transformó en poco menos que una movilización de delincuentes y eso no es así.