En el último tiempo los vapers o cigarrillos electrónicos son tendencia entre jóvenes y adultos, pero detrás de su uso hay un importante perjuicio para la salud: adicción, riesgos cardiovasculares y cáncer pulmonar. Aunque recientemente se han implementado regulaciones en el país para controlar su uso, persisten dudas por su eficacia y seguridad, especialmente en la aplicación terapéutica.
Por Fast Check CL
El vapeo, a través de cigarrillos electrónicos, es una práctica aparentemente inofensiva, la que, sin embargo, se ha convertido en un tema de preocupación mundial para la salud pública, debido a sus potenciales efectos nocivos. El asunto acaparó la atención luego de que un joven de 22 años en Estados Unidos, estuviera al borde de la muerte por su uso, teniendo que recibir un trasplante de ambos pulmones.
En Chile, la popularidad de los vaporizadores ha aumentado significativamente en la última década, especialmente entre los jóvenes. A pesar su comodidad, expertos advierten sobre los riesgos ocultos detrás de estos dispositivos.
Fast Check CL revisó evidencia y conversó con uno de los expertos en Chile especializado en el área. Todas las personas con quienes este medio conversó, concluyen que existen riesgos portenciales para la salud. Este año comenzó a regir en el país la normativa que regula la venta de vapers y con ello se abre la interrogante sobre cuánto sabemos sobre los posibles efectos de los cigarrillos electrónicos y vapeadores.
¿Qué es vapear?
El vapeo, o vaping, implica inhalar y exhalar líquido vaporizado a través de dispositivos electrónicos que funcionan con pilas. El vapeo ha ganado popularidad entre jóvenes y adultos. Solo en Estados Unidos, hasta 2021, eran cerca de 55 millones de personas que utilizan estos aparatos.
Se trata de una cultura milenaria que puede retrotraerse al antiguo Egipto, donde se usaban rocas calientes para vaporizar hierbas con fines medicinales, detalle el sitio especializado All4flavours.
En Chile, el año 2022, la Asociación de Vapeadores de Chile estimaba que existe un mercado de 300.000 a 350.000 personas consumidoras de sus productos.
¿Cómo se vapea?
De acuerdo a los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para esta práctica están los vapeadores, los cuáles están hechos de plástico y/o metal, y contienen una batería que calienta un líquido llamado e-Liquid, el cual se vaporiza y se inhala.
En los años 60, Herbert A. Gilbert ideó el primer cigarro electrónico, que más tarde se conocería como vaper. En 2007, Hon Lik, un farmacéutico chino, obtuvo la patente de este dispositivo y comenzó su fabricación y distribución en todo el mundo.
Actualmente, precisa la OMS, son 34 los países que prohíben su venta, 88 no han establecido una edad mínima para comprarlos y 74 carecen de normativas.
¿Qué dice la evidencia?
A partir de la evidencia recabada, disponible en el buscador avanzado de Epistemonikos, es posible encontrar una serie de estudios que dan cuenta de los riesgos que conlleva el vapeo para la salud.
La documentación disponible, tanto de instituciones estadounidenses como académicas, dan cuenta que existe «evidencia sustancial» de que si un joven o un adulto joven usa un cigarrillo electrónico, tiene un mayor riesgo de usar cigarrillos tradicionales. A continuación, dejamos constancia de estudios en el que se concluyen sus efectos:
- Caracterización del vapeo en adolescentes y opiniones de los padres sobre el protocolo de vapeo en adolescentes
- Estimación de la dosis de sustancias químicas de los cigarrillos electrónicos depositadas en las vías respiratorias humanas mediante vapeo pasivo.
- Un estudio longitudinal de usuarios de cigarrillos electrónicos.
Por ejemplo, un estudio de la Universidad de Carolina del Norte, encontró que los dos ingredientes principales que se encuentran en los cigarrillos electrónicos o vapers -propilenglicol y glicerina vegetal- son tóxicos para las células y, que cuantos más ingredientes haya en un líquido electrónico, mayor será la toxicidad.
Asimismo, otro estudio devela que los vapeadores también contienen acroleína, un herbicida que se utiliza principalmente para matar las malas hierbas.
¿Cuáles son las enfermedades asociadas?
En conversación con Felipe Rivera, especialista en enfermedades respiratorias y tabaquismo del Servicio de Neumología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, señaló que el vapeo puede producir, en un largo plazo, cáncer pulmonar, fibrosis pulmonar y daño intersticial pulmonar.
«Aquellos que tienen productos tóxicos, que tienen productos que producen cáncer, que producen fenómenos inflamatorios e, incluso, aquellos que contienen nicotina, la mayoría son adictivos. Por lo tanto la inocuidad, no existe», sostiene el doctor Felipe Rivera.
Pese a que queda por estudiar a cabalidad sus efectos en el largo plazo, Rivera sostiene que ya hay indicios claros de su impacto en el sistema cardiovascular, pues podría ser «altamente probable que los vapeadores causen ese daño», agrega.
Rivera complementa: «Nosotros nos demoramos 50 años o más en demostrar que el cigarrillo hacía daño, porque es largo plazo, al igual que el cigarrillo electrónico, que produce daños agudos de muy baja intensidad (…) Pero el gran daño que produce es a mediano y largo plazo».
Sobre lo anterior, estudios complementarios sostienen la posibilidad de que quienes consumen, tienen un mayor riesgo de tos y sibilancias, junto con un aumento de las exacerbaciones del asma. En ese sentido, consigna un estudio, el acetaldehído, la acroleína y el formaldehído; «son los principales aldehídos tóxicos presentes en el humo del cigarrillo (electrónico), y contribuyen al riesgo de enfermedades cardiovasculares y pulmonares no cancerosas».
¿Es tratamiento para dejar el cigarro?
Uno de las hipótesis que se levantó con su masiva venta, es que el vaper o cigarrillo electrónico, permitiría remplazar el cigarro convencional, a modo de tratar contra la adicción a este tipo de vicios. Pero las instituciones y expertos en la materia son escépticos de esta receta.
Para el doctor Felipe Rivera, esto «no se consigue ni con los vapeadores, ni con aquellos que son los cigarrillos electrónicos, porque una mayoría de trabajos demuestran categóricamente que, aquellos que han utilizado el vapeador, si bien algunos dejan de utilizar el cigarro común y corriente, a lo largo del tiempo, un porcentaje enorme empieza a fumar dual: es decir, electrónico o vapeador, más cigarrillo tradicional».
American Lung Association, organización dedicada a preservar la vida pulmonar, asevera que no se ha encontrado ningún tipo de vaper o cigarrillo electrónico que sea seguro y eficaz para ayudar a que los fumadores dejen de fumar.
De todas maneras, no está demostrado que el uso de vapers sean eficientes -en el largo plazo- como método para dejar de fumar. Pero sí existe evidencia convincente sobre su papel en la adicción a la nicotina, situación que alerta a la comunidad y expertos en salud pública. En tanto, su uso en jóvenes aumenta el riesgo de inicio de consumo de cigarrillos tradicionales. Ver aquí.
A esto, la OMS agrega que los jóvenes que consumen este tipo sustancias, mediante vapers o cigarros electrónicos, tienen casi tres veces más probabilidades de fumar cigarrillos posteriormente.
¿Qué pasa en Chile?
Sin ir más lejos, el pasado 4 de enero, se promulgó en el Diario Oficial la Ley N.º 21.642, que introduce cambios y modificaciones en la regulación de los productos relacionados con el tabaco. Entre lo más destacado está la prohibición a la venta de cigarrillos electrónicos a menores de edad y asimilar a productos de tabaco los sistemas electrónicos de administración de nicotina.
La normativa también establece restricciones en la publicidad, prohibiendo la venta y distribución gratuita de estos productos a menores, y prohíbe la instalación de máquinas expendedoras automáticas en lugares de salud.
No obstante, a juicio de un artículo de policy brief, elaborado por la Unidad de Transdisciplina, Redes e Interfaz de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile, indica que esta nueva modificación también establece algunas medidas que se alejan de recomendaciones internacionales, como la OMS y la Unión Europea.
Ejemplo de lo anterior es que la concentración máxima de nicotina definida por la Unión Europea es de 20 mg/ml de líquidos, y un volumen máximo de 10 ml para los cartuchos o repuestos de los vapers. En contraste con Chile, donde quedaron establecidos 45 mg/ml y 40 ml, respectivamente.
Además, desde la recomendación diseñada por la Unidad de Transdisciplina, sugieren como reglamento a la ley, la inclusión de un impuesto sobre la venta de este tipo de aparatos, así como otros productos de tabaco no combustible y sus accesorios. Otro punto que considera el documento, es que si en caso de que estos dispositivos se destinen a fines terapéuticos, solo sea válida si la indicación cuenta con la aprobación del Instituto de Salud Pública (ISP), como tratamiento para una patología específica de acuerdo con el Código Sanitario.