Al menso trece carabineros de la Segunda Comisaría de Santiago fueron detenidos por presunta corrupción, hurto y cohecho, tras una investigación detallada de la Fiscalía Centro Norte y la unidad de Asuntos Internos. Estos oficiales habrían exigido dinero a comerciantes de origen chino en el barrio Meiggs y otras áreas a cambio de protección, además de tener vínculos con vendedores ambulantes y traficantes de drogas. Las detenciones se produjeron después de un allanamiento sorpresa liderado por la fiscal Marcela Adasme, tras rumores de coimas y corrupción dentro de la comisaría.
Por Fast Check CL
Al menos trece carabineros fueron arrestados este jueves en Santiago por su presunta vinculación con delitos de cohecho, apremios ilegítimos, hurto, tráfico y detención ilegal. Esta acción es el resultado de una exhaustiva investigación realizada por la Fiscalía Centro Norte y la unidad de Asuntos Internos de Carabineros, y según la Fiscalía, los uniformados pertenecen a la Segunda Comisaría de Santiago.
De acuerdo con fuentes policiales, y en base a lo consignado por 24 Horas, estos funcionarios habrían estado cobrando dinero a comerciantes de origen chino en el Barrio Meiggs y otros sectores a cambio de ofrecerles protección. Además, la investigación reveló que estos policías mantenían vínculos con vendedores ambulantes, personas con antecedentes penales y traficantes de drogas. Los detenidos pasarán a control de detención el viernes 24 de mayo, mientras las diligencias investigativas continúan.
Hace meses que habían comenzado a circular rumores en la Segunda Comisaría de Santiago sobre el pago de coimas y la relación de ciertos policías con comerciantes y delincuentes. Estas sospechas fueron reportadas al Departamento de Asuntos Internos, lo que dio inicio a una investigación por parte de la Fiscalía Centro Norte, para que luego de semanas de seguimiento, la fiscal jefa de Análisis Criminal, Marcela Adasme, liderara un allanamiento sorpresivo en la comisaría, que resultó en las detenciones.
Los detenidos son miembros de la Escuadra de Control Orden Público (ECO), una unidad encargada de realizar operativos preventivos en zonas conflictivas del centro de Santiago, como los barrios Brasil, Yungay y Meiggs. Sin embargo, en lugar de cumplir con sus deberes, estos policías se dedicaban a extorsionar a los comerciantes, exigiendo pagos a cambio de no reportar sus actividades ilícitas.