Vladimir Putin asumió su quinto mandato como presidente de Rusia en una ceremonia realizada en el Kremlin. Con 71 años, Putin continúa al mando, enfrentando tensiones globales y una oposición interna cada vez más silenciada. En este sentido, y a pesar de las tensiones con países occidentales, Putin afirmó estar abierto al diálogo, incluso en cuestiones de armamento nuclear. Con esta reelección, Putin podría permanecer en el poder hasta 2030, sumando así tres décadas al frente del Kremlin.
Por Fast Check CL
Vladimir Putin ha jurado hoy su cargo en una cuidada ceremonia en el Kremlin, marcando así el inicio de su quinto mandato como presidente de Rusia. A sus 71 años, Putin continúa en el poder, gozando de un dominio político interno sin precedentes y enfrentándose a una apagada y reprimida oposición.
La ceremonia de investidura tuvo lugar en el Kremlin, donde Putin juró respetar y proteger los derechos y libertades del hombre y del ciudadano, cumplir y defender la Constitución, proteger la soberanía y la independencia, la seguridad y la integridad del Estado, y servir fielmente al pueblo. Este juramento se realizó con la mano derecha sobre un ejemplar de la Constitución, que Putin reformó en 2020 para eliminar el obstáculo legal que le impedía seguir en el Kremlin.
Durante su discurso de investidura, según consigna DW, Putin ofreció diálogo a Occidente en materia de seguridad y estabilidad estratégica, aunque defendió la creación de un nuevo orden mundial. En este sentido, Putin afirmó: “Nosotros no rechazamos el diálogo con los países occidentales. Depende de ellos”.
Cabe destacar que Putin, quien fue reelegido el 17 de marzo pasado con un histórico resultado de más del 87% de los votos, podrá permanecer al frente del Kremlin hasta 2030, sumando así 30 años en el poder.
Conflictos internacionales
En el escenario internacional, Putin está atrapado en una confrontación con países occidentales, a los que acusa de utilizar a Ucrania como vehículo para intentar derrotar y desmembrar a Rusia. Sin embargo, Putin afirmó que no rechazaba el diálogo con Occidente, incluido el tema de las armas nucleares.
A más de dos años después de la guerra en Ucrania, Putin dijo que quería “inclinarse” ante los soldados rusos allí y declaró que su aplastante reelección en marzo era una prueba de que el país estaba unido y en el camino correcto.