El jurista y militante del Partido Liberal, Rodrigo Rettig, conversa con Fast Check sobre la tensión que existió en lo últimos días en materia internacional con Venezuela, su visión acerca de la crisis de seguridad en Chile, las próximas elecciones municipales y el Frente Amplio. Respecto de este conglomerado —que será partido próximamente— afirma que «carece de profundidad ideológica».
Por Álvaro Marchant
Intensa podría ser el adjetivo más pertinente para calificar las últimas dos semanas de la política chilena. El puntapié inicial fue la odisea por formar acuerdos de cara a unas primarias municipales, la cual tomó extensas jornadas a los diferentes partidos políticos. No siendo suficiente, el pasado lunes, el batacazo de la diputado Karol Cariola como nueva presidenta de la Cámara de Diputados calentó los ánimos en la Oposición.
Sin embargo, eso no sería todo, ya que las declaraciones de Nicolás Maduro sobre la inexistencia del Tren de Aragua y la responsabilizar al ex presidente Sebastián Piñera por la llegada masiva de venezolanos, terminaron por encender al mundo político, causando el rechazo de manera transversal, incluyendo el Gobierno.
En medio de una convulsionada semana, el abogado y político del Partido Liberal, Rodrigo Rettig, conversa con Fast Check CL sobre los temas que marcaron la agenda esta semana; haciendo un recorrido desde elecciones municipales, medidas en seguridad y la discusión en materia de relaciones exteriores».
“La candidatura de Aldo Duque me parece sumamente peligrosa”
— ¿Cómo ves el panorama general de las elecciones municipales?
Veo una Oposición un tanto dispersa en relación a la unidad que existe en el Oficialismo, a pesar de que hay ciertas disputas que se han visto posterior al acuerdo que se firmó hace una semana aproximadamente. Pero, objetivamente, se ha definido un pacto de transversalidad que va desde la DC hasta el PC, y eso debería tender a redituar en la elección municipal. Por tanto, veo un oficialismo con diferencias, que siempre van haber, pero con claro norte de estar habitando el mismo buque. A diferencia de la oposición, que yo creo que sus votos van a verse dispersado por esto mismo.
— ¿Crees que el factor seguridad puede influir en perder comunas que son del Oficialismo, por ejemplo, el caso de Municipalidad de Santiago?
Santiago, sin duda, es una comuna de interés por ser la capital de la República, y que por el factor delictual, efectivamente el Oficialismo puede perderla. Sin embargo, ese peligro se disipa en la medida de que Aldo Duque quiera ir a la elección de la alcaldía, puesto que esta persona le resta votos a las candidaturas o la candidatura que vaya a ir de la derecha tradicional. Por lo tanto, creo que si se produce la asistencia final de la papeleta final del señor Duque, la posibilidad de que la alcaldesa Hassler salga reelecta es verosímil.
— Y en el caso de que fuera Sebastián Sichel ¿ves tan viable esa reelección?
Yo creo que entre Sichel, Duque y, eventualmente, un republicano se dispersan votos entre ellos mismos. Sichel representa mucho más al mundo de la centro derecha que de la centro izquierda, por lo tanto, toda la centro izquierda va a estar detrás de una candidatura única y la derecha va a estar con votos dispersados, porque habrá más de una candidatura probablemente.
En la medida en que vaya más de un candidato por el sector diestro, efectivamente la actual alcaldesa puede salir reelecta. El ajedrez de la política.
— ¿Qué te parece esta candidatura de Aldo Duque?
La candidatura de Aldo Duque me parece sumamente peligrosa. Los abogados tenemos tenemos el legitimo derecho, y es nuestra garantía constitucional, de ejercer nuestra profesión donde nos plazca, defender a quien queramos defender. Al mismo tiempo, todo imputado, desde el delito menos grave al más grave tiene derecho a defensa: eso en todas las democracias occidentales.
Pero, eso es muy distinto y no puede hacerse vista gorda de que el señor Duque continuamente ha representado a narcotraficantes, personas imputadas y condenadas por crimen organizado.
El artículo 61 de la Ley de Drogas, ley 20.000, dice que los abogados defensores privados que representen personas imputadas por la Ley 20.000 no pueden ejercer cargos públicos en el Estado.
Entonces surge la pregunta de: un abogado que, a través de los últimos años, continuamente, ha representado a imputados y condenados por el crimen organizado ¿va a dejar de tener nexos con aquellas personas que representó?
“Lo que debe efectuarse es un capitalismo distinto al que actualmente rige en Chile”
— Pasando a otro tipo de elecciones ¿cómo ves una eventual candidatura de Evelyn Matthei a las presidenciales?
Me parece que es una política de varias décadas que ofrece garantías de gobernabilidad y de respeto por la democracia. Parecería de perogrullo y algo que todos los políticos deberían tener, pero no todos lo tienen. Si por mi fuera, incluso yo haría campaña por Evelyn Matthei, si es que al otro lado estuviera José Antonio Kast.
— ¿Qué cartas pondrías a competir con Matthei ?
Michelle Bachelet a ojos cerrados. Yo creo que ella tiene una responsabilidad que, por mucho que cacareen, de que cómo es posible que por tercera vez tenga un mandato. Y bueno, hay una realidad de la cual hacerse cargo por parte del progresismo, y es que no hay lideres con un carisma y con un contenido como el de Michelle Bachelet. Además, Matthei está disparada en 25 puntos. Uno analiza el mismo periodo de la elección anterior, es decir, un año y medio antes y los disparados estaban en 10-12 puntos; Matthei está en 25. Evidentemente, Michelle Bachelet es una candidata que, probablemente, le ganaría a Evelyn Matthei.
— ¿Qué piensas del progresismo o esta Izquierda más renovada como el Frente Amplio (FA)?
Yo creo que el FA, en general, carece de profundidad ideológica, que le permita tener un diagnóstico correcto en un cien por ciento, y esto lo enlazo con los dos procesos constitucionales fracasados, en particular el primero.
Esto queda gráfico con la respuesta del presidente Boric cuando dijo que había que superar el capitalismo, cuando el capitalismo no se debe superar, no existe en Occidente, los estados de bienestar más profundos del mundo son estados de bienestar capitalistas. Lo que debe efectuarse es un capitalismo distinto al que actualmente rige en Chile, producto de una visión política que nutre a este sistema, que es el neoliberalismo. Pero, si el capitalismo fuera nutrido por una versión filosófica-política más progresista, este capitalismo como resultado de lo anterior, va a tender a ser con mayor justicia social.
“Un país como El Salvador, que tiene cárceles como las de Bukele, es una dictadura, no una democracia”
— Es un hecho que estamos en una crisis de seguridad y bajo esta premisa ¿qué medidas deberían implementarse o robustecerse para contrarrestar este fenómeno?
Un aumento de recursos al Ministerio Público, específicamente a la Unidad de Análisis Financiero (UAF). Este es un tema central, porque el crimen organizado se nutre por el dinero, el dinero es movido mayoritariamente en cuentas corrientes, las cuentas corrientes son operadas por bancos, los bancos son sujetos obligados por el artículo tercero de la ley de análisis financiero.
Esos sujetos obligados, que son los bancos, deben alertar a la UAF cuando hay movimientos bancarios que no se condicen con la habitualidad, para que la UAF reporte al Ministerio Público y este pueda investigar a las bandas de crímenes organizados, formalizarlas, acusarlas y sacarlas de circulación.
Por otra parte, en la frontera, necesitamos militares cuidando. Aquí hay un problema grave de migración irregular del cual tenemos que hacernos cargo y el sector progresista no puede hacer la vista gorda.
— ¿Crees que las autoridades están al debe en garantizar la seguridad en la población?
Es una buena pregunta, porque hay una tensión entre subirse al carro populista de la Derecha; que siempre va a jugar con la carta de seguridad y, través de ideas simples, hacer frente a problemas complejos como es la delincuencia y la seguridad pública.
Desde el año 2003 que la Encuesta CEP identifica, continuamente, todos los años de que la delincuencia es el principal problema del país, mucho antes del alza de los delitos violentos y homicidios. Entonces, esa información que te otorgan esas encuestas, será genuina o habrá un factor incidente en que, pase lo que pase, estés en una tasa de leche o en un guerra mundial, la gente va a poner a la delincuencia como número uno.
El progresismo tiene que entender que los medios de comunicación cumplen un factor y esto hay que explicarlo no atacando a los medios de comunicación, sino que abordando esto como una problemática nacional de la cual debemos reflexionar.
— A partir de lo planteado por Kast esta semana de que deberían construirse cárceles y separar a los chilenos de los venezolanos, colombianos, etc. ¿Qué piensas de esta afirmación?
Tengo un sentimiento a favor de lo que dijo y otra mitad que no. Hay un problema carcelario en Chile del cual hay que hacerse cargo y construir nuevas cárceles. Incluso más, segundo argumento a favor de José Antonio Kast, esos recintos deberían estar determinados por peligrosidad, es decir, hacer una cárcel expresamente en materia de crimen organizado. Entonces, la necesidad de nuevas cárceles existe.
Pero de ahí a “bukelizar” o pretender establecer de que en la cárcel no debe haber respeto a los derechos humanos de las personas que están ahí, eso no lo comparto.
La pregunta que debemos hacerle a la ciudadanía es ¿usted quiere una dictadura o una democracia? Un país como El Salvador, que tiene cárceles como las de Bukele, es una dictadura, no una democracia.
— ¿Crees que la ciudadanía, en cierto punto, ha optado por ciertas conductas cercana a regímenes dictatoriales, por ejemplo, el hecho de solicitar a militares en las calles, pedir “mano dura”, etcétera?
Si, claramente, y la gente no tiene la culpa de querer mayor seguridad, porque hay una crisis de delitos violentos pero cuando la historia de la humanidad te exhibe que cuando uno por tener más seguridad pierde libertades el estado vía mayor seguridad termina comiéndote completamente como ciudadano, y siempre esas historias terminan mal. Que los militares estén zonas fronterizas y resguarden la infraestructura critica me parece totalmente atendible.da de que si va a ser una colaboración eficaz o no.