Un nuevo giro ha tomado el caso de los misteriosos restos humanos hallados en Ñuñoa, cuando las autoridades policiales han confirmado el interrogatorio a una monja, como parte de las investigaciones en torno a este perturbador descubrimiento.
Por Fast Check CL
El hallazgo inicial de restos humanos encontrados en una bolsa, ocurrido el pasado 8 de abril en calle Las Talaveras, desencadenó una serie de diligencias por parte de la PDI, que llevaron al allanamiento de un domicilio cercano en calle Los Jardines, donde residen religiosas. Esta acción revela un inquietante vínculo entre el lugar de residencia de las religiosas y el macabro descubrimiento.
En este contexto, las indagatorias revelaron que los restos pertenecen a una mujer de aproximadamente 60 años de edad, cuya muerte se estima ocurrió hace al menos seis meses.
Sin embargo, la atención se ha centrado en el interrogatorio a una monja, quien según registros de cámaras de seguridad habría transportando los restos en un carro de feria antes de abandonarlos en la calle Las Talaveras. Este giro en la investigación ha descartado la participación de un hombre que previamente había sido considerado sospechoso.
De acuerdo a un testimonio de una vecina al matinal Contigo en la mañana, “siempre se veían dos religiosas, a veces llegaban en taxi o salían con su carrito de feria, pero siempre eran dos. Nunca fue una casa de acogida, sí se veía que hacían arreglos, y se veía que tenían fondos para poder hacerlos”.
Según lo que consigna 24 Horas, el subprefecto Juan Luis Fonseca, jefe de la Brigada de Homicidios Metropolitana, ha confirmado que hasta el momento no se han encontrado evidencias de trauma atribuible a terceros en los restos, lo que sugiere una posible muerte natural o causada por otros medios no violentos.
Mientras tanto, el Servicio Médico Legal continúa con las labores para identificar plenamente a la víctima, cuya muerte y posterior abandono de sus restos plantean aún más preguntas que respuestas en este intrigante caso.