En los 12 meses que funcionó la extinta Convención Constitucional, Fast Check realizó 63 verificaciones de contenido, de las cuales 49 resultaron ser completamente falsas. En cambio, el proceso actual solamente cuenta con 13 verificaciones en la misma cantidad de meses. En este especial, Fast Check detalla las disimilitudes que hay en la frecuencia de desinformación entre el antiguo y nuevo proceso constitucional, que tiene un 83,6% menos de desinformación que el anterior.
Por Maximiliano Echegoyen
La bandera e himno nacional serían eliminadas o que el Estado iba a expropiar las casas de los chilenos, fueron alguna de las afirmaciones que verificó Fast Check durante el primer proceso constitucional, aquel que empezó con el Acuerdo por la Paz un 15 de noviembre de 2019 y terminó con el fracaso de la Convención Constitucional el 4 de septiembre de 2022.
Este lunes 4 de septiembre se cumple un año desde que el Rechazo se impuso con un 62% de las preferencias a la propuesta constitucional realizada por los convencionales constituyentes.
Algo que caracterizó el proceso anterior, comprendido desde el 15 de noviembre de 2019 al 4 de septiembre de 2022, es la enorme proliferación de desinformación, la cual afectó no solo al contenido del texto, sino también a los convencionales, a otras autoridades de la República e incluso al Servicio Electoral.
A diferencia de su antecesora, el nuevo proceso no ha tenido una difusión de desinformación con la misma frecuencia. Por ello, en este especial, Fast Check compara ambos procesos e identifica la diferencia en palabras de quienes alguna vez tuvieron la oportunidad de ser autores de una nueva Constitución. Todo esto, entendiendo que son dos procesos distintos cualitativamente hablando.
Hay menos desinformación sobre el nuevo proceso constitucional
Desde que comenzó el proceso el 15 de noviembre de 2019, hasta cuando finalizó la Convención Constitucional el 4 de julio de 2022 y los meses de campaña y plebiscito del 4 de septiembre (33 meses), Fast Check contabilizó un total de 153 verificaciones sobre el proceso, de las cuales 102 eran contenidos completamente falsos. Esto se tradujo en que el 66,7% de las verificaciones realizadas sobre el proceso constituyente se calificaron como “Falsas” bajo nuestro sistema de calificación.
Sin embargo, en el nuevo proceso constituyente, los números son completamente distintos. Si se contabiliza el nuevo proceso desde el 5 de septiembre de 2022 — fecha en en la que empezaron las negociaciones entre el oficialismo y la oposición para habilitar una segunda oportunidad de redactar una nueva Carta Magna— a hoy, 4 de septiembre 2023 (12 meses), Fast Check solamente ha realizado 13 artículos de verificación sobre el asunto constitucional.
De estos 13 artículos, ocho (8) fueron calificados como contenido 100% falso, lo que equivale al 61%. Si bien los porcentajes, en cuanto a la calificación, son similares, lo disímil es la cantidad o frecuencia de verificaciones calificadas como “Falso” entre el antiguo proceso (102 verificaciones falsas) y el nuevo proceso (8 verificaciones falsas).
Antiguo Proceso Constitucional (33 meses) | Nuevo Proceso Constitucional (12 meses) |
153 verificaciones totales. | 13 verificaciones totales. |
102 verificaciones de contenido completamente falso. | 8 verificaciones de contenido completamente falso. |
Si se compara la cantidad de artículos de verificación, publicados entre el primer proceso constitucional (33 meses) y el segundo (12 meses), tenemos que el primero tuvo 153 chequeos, versus el segundo que contabilizó 13.
Ahora, si se observan solo los contenidos que fueron calificados como falsos para cada proceso, tenemos que en el primero hubo 102 falsos (33 meses), de 153 artículos en total (64,7%) y en el segundo hubo 8 falsos (12 meses) de un total de 13 artículos.
Si se busca un resultado más exacto, al equiparar los 12 meses de funcionamiento de la antigua Convención Constitucional (desde el 4 de julio de 2021 a 4 de julio de 2022), con los actuales 12 meses del nuevo proceso (desde el 5 de septiembre al día de hoy), se cuenta que en el primer proceso hubo un total de 63 artículos de verificación y en el actual proceso solo 13. De estos 63 artículos del primer proceso, un 77,7% fueron falsos (49 falsos).
Convención Constitucional (12 meses) | Nuevo Proceso Constituyente (12 meses) |
63 verificaciones totales. | 13 verificaciones totales. |
49 verificaciones de contenido completamente falso. | 8 verificaciones de contenido completamente falso. |
En otras palabras, si se cuentan cuántos artículos falsos se requieren hoy, para llegar al mismo nivel de desinformación que los 12 meses de la antigua Convención Constitucional, se puede decir que hay una falta de 41 artículos de verificación calificados como falso, lo que equivale a que hay un 83,6% menos de desinformación (en 12 meses) que en el proceso anterior.
Y si se comparan ambos procesos, sin importar la cantidad de meses, se observa que hay un 92,1% de desinformación menos en este proceso, en comparación al anterior.
Convención vs Consejo
Las desinformaciones de hace un año
En el caso de la extinta Convención Constitucional, Fast Check verificó desinformaciones que se podrían considerar, a estas alturas, como «emblemáticas». Por ejemplo, cuando se afirmó que la Convención propuso cambiar los símbolos patrios, una mentira que incluso fue transmitida por televisión abierta en una campaña presidencial.
Otras desinformaciones del proceso anterior que se repitieron bastante fueron:
- Que los convencionales se subieron el sueldo, se fijaron vacaciones y obtuvieron un aguinaldo dieciochero,
- que el aborto se podrá realizar hasta los 9 meses,
- que la Convención eliminó el derecho a la propiedad y
- que el Estado de Emergencia se encontraba en la propuesta constitucional.
Especial mención merece la expresidenta de la Convención Constitucional, Elisa Loncon. Sobre la exautoridad, se verificaron afirmaciones tales como:
- que tenía una fotografía de niña dando la mano a Augusto Pinochet,
- que por ser expresidenta de la Convención tendría una pensión vitalicia,
- que tenía una empresa asesora donde cobra por casos de violaciones a DD.HH.
- y que tenía un título falso de la UNAM.
Todo lo anterior fue desmentido por este medio.
¿Qué se dice ahora?
En el proceso actual la desinformación ha sido más escasa. Por ejemplo, respecto al periodo en que funcionó la Comisión de Expertos, este medio no detectó desinformación alguna respecto al debate de los comisionados o sobre ellos mismos.
El primer contenido de desinformación sobre el anteproyecto llegó cuando se instaló el Consejo Constitucional. Después de la ceremonia, en varias plataformas circuló un video en el que, supuestamente, quedaba demostrado que los expertos decidieron eliminar nuestra soberanía para entregársela a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Asimismo, circuló una imagen que muestra una fila de meseros alineados y preparados para atender a los consejeros. No obstante, la fotografía utilizada pertenecía a un blog antiguo de Internet.
Al igual que en el proceso anterior, la remuneración de los consejeros también fue un tema importante en las redes. En ‘X’ un usuario afirmó que los nuevos constituyentes ganaban 4 millones 600 mil pesos, el doble que los exconvencionales. Esta afirmación también resultó ser falsa.
En cuanto al contenido del debate y del nuevo texto, recién a fines de agosto Fast Check percibió una imprecisión, ya que algunos internautas aseguraban que el articulado que consagraba al rodeo como deporte nacional ya está en el texto definitivo.
Percepción de los ex convencionales
Contactada por Fast Check, para la exconstituyente Ingrid Villena (ex Lista del Pueblo) «el actual Consejo Constitucional no aprendió de la Convención Constitucional, debido a que siento que la información actualmente escasea en todos los territorios, en todos los lugares, a pesar de que se difunda en la prensa».
En este sentido, la exconvencional es crítica en el modo en que se ha informado el nuevo proceso a la ciudadanía. «Veo que no hay un interés o la voluntad de tener a las personas informadas a la cabalidad de lo que está pasando», indica Villena.
El diagnóstico de la abogada es que las personas están cansadas de votar y que perdió el interés en informarse sobre el proceso. Villena agrega también que los medios de comunicación no han informado correctamente, sino que solamente se enfocan en lo «sensacionalista».
Por su parte, el exconvencional más votado Daniel Stingo (ind. Frente Amplio), piensa que no ha habido tanta desinformación en el nuevo proceso, «pero tampoco ha habido información», expone el abogado. «Este ha sido un proceso poco informado y eso también tiene un interés detrás», comenta.
«Los que están en el proceso, los que ganaron, los que tienen la mayoría, son los que desinformaban en la anterior. No les interesa desinformar ahora. Ellos son los que tienen la sartén por el mango», analiza Stingo.
Para el exconvencional es evidente que en la Convención Constitucional proliferó mucho más la desinformación. «Habían agencias, como el “Rebaño” y otras, que se dedicaban diariamente a desinformar», apunta Stingo, añadiendo también que «se trató de desacreditar a los convencionales y cambiar el sentido de lo que realmente se estaba aprobando».
Para este especial, Fast Check también se contactó con los exconvencionales Elisa Loncon, Jaime Bassa, Gaspar Domímguez, María Elisa Quinteros, Mauricio Daza, Bárbara Sepúlveda y Giovanna Roa. Algunos de ellos declinaron referirse a este tema, mientras que otros simplemente no respondieron los mensajes.
Según el cronograma del proceso constitucional, el 7 de noviembre debiese finalizar el Consejo Constitucional, para que en un mes más, el 17 de diciembre, se realice el plebiscito de salida. Hasta el momento, la tendencia ha ido a la baja en cuanto a la desinformación sobre el asunto constituyente, aunque todavía queda esperar cómo se desarrollarán las campañas para llamar a votar En Contra o A Favor.
- Disclaimer: Fast Check realiza este conteo con la cantidad de artículos que publica mensualmente que logra detectar como desinformación, sin embargo, esto no es reflejo del total de desinformación nacional que hubo durante ambos procesos, ya que solo podemos saber lo que hemos publicado, mas no el total de información falsa que ha circulado en redes sociales y plataformas. Los datos se construyen con nuestra propia base de datos y no incorpora lo que hacen otros medios de fact checking o centros de estudio.