En Chile hay más de 30 mil dentistas autorizados para ejercer, cifra muy superior a la recomendada por la OMS, de un profesional cada dos mil habitantes. Sin embargo, hay alrededor de cinco mil odontólogos trabajando tiempo completo en el sistema de salud pública, pese a que el 22% de la lista de espera no GES es de casos que necesitan atención dental.
Por Isidora Osorio
Recientemente en medios de comunicación (1,2) se dio a conocer que la evidencia demostraba que la salud bucal, específicamente el cepillado de dientes, podría evitar miles de casos de neumonías graves en hospitales.
Si bien se muestra como una solución simple, los expertos en el tema son los dentistas y en Chile hay un déficit de ellos en la salud pública. Sin embargo, esta situación no se da por falta de profesionales, por el contrario, en el país actualmente hay más de 30 mil odontólogos autorizados para ejercer. Aún así hay un déficit de más de dos mil dentistas en el sistema de salud pública, siendo que una de cada cuatro personas que están en lista de espera no GES necesitan atención odontológica.
Déficit de dentistas en salud pública
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que haya un dentista cada dos mil habitantes. Si evaluamos la cantidad de odontólogos autorizados para ejercer podríamos decir que estamos frente a un exceso de profesionales, pues hay más de 30 mil dentistas en el país, según el Registro Nacional de Prestadores Individuales de Salud.
Sin embargo, este número cambia cuando vemos la cantidad de odontólogos que trabajan en salud pública. De acuerdo al «Estudio de brechas médicos y odontólogos y especialistas en el sector público de salud para el período 2020-2030», hay 5.418 dentistas con jornada completa equivalente (JCE) en el sector público, de ellos 3.537 atienden en Atención Primaria (APS),1.078 en atención secundaria y hospitales, 97 son radiólogos y 706 realizan labores de gestión.
Estos dos últimos, según Patricio Palavecino, Director de Clínica Odontológica Docente Universidad Católica (CODUC), no suelen trabajar directamente con pacientes. Por lo tanto, los 4.615 profesionales que trabajan en APS, atención secundaria y hospitales, serían los que atienden a las personas día a día en el sistema público para todo el país.
Entonces, si consideramos que en Chile el 77% de la población está asegurada por Fonasa, podríamos decir que existen 4.615 dentistas para cubrir la demanda de 15 millones de personas.
«En el año 2020 se necesitaban 253 especialistas a 44 hrs en salud pública. Para recién tener una tasa promedio de 9 especialistas por cada 100.000 habitantes a lo largo del país. De hecho, la brecha para ese año solo en APS era de 2.038 dentistas», asegura Patricio Palavecino.
Lista de espera odontológica
Este déficit de profesionales dentistas en salud pública se da aún cuando la lista de espera odontológica es amplia y tiene más de 7 meses de espera, según el promedio.
De acuerdo a los últimos datos del Ministerio de Salud, hasta abril de 2022 había un total de 2.560 casos en lista de espera odontológica de Garantías de Oportunidad GES, siendo la más grande la de salud oral integral de embarazadas con un promedio de espera de 235 días, es decir, casi ocho meses.
En lista de espera no GES hay 443.525 casos que necesitan atención odontológica, lo que equivale al 22% del total (2.023.141), convirtiéndose así en la lista de espera más grande, seguida por oftalmología. Con esto podemos decir que uno de cada cuatro casos que están en lista de espera (no GES) necesitan atención en salud bucal.
Además, de acuerdo a un documento del Ministerio de Salud publicado en agosto del año 2021, el promedio de días de espera para consultas odontológicas no GES era de 728 días, es decir, casi 2 años.
¿Cuáles son las consecuencias?
El hecho de que no se traten a tiempo los problemas dentales tiene distintas consecuencias, las cuales se pueden dividir en dos grandes áreas: económicas y de salud.
Consecuencias para la salud
Las consecuencias en salud que pueden llegar a tener los problemas dentales son variadas, según los expertos, quienes coinciden que tienen una serie de efectos a nivel sistémico y de calidad de vida.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de salud (ENS) 2016-2017 el 53,8% de la población percibe su salud bucal como regular, mala o muy mala y de acuerdo a la tercera Encuesta Nacional de Calidad de Vida (ENCAVI), un 13.8% dice que la salud bucal afecta su calidad de vida siempre o casi siempre (1,2).
De igual manera, según el Estudio de Preferencias Sociales para definir las Garantías Explicitas en Salud GES, el 90% de los chilenos presenta problemas dentales, el 62,5% de los niños de 12 años tiene caries y solo el 1% de las personas de más de 64 años tiene todos sus dientes (1,2).
Carlos Marchant, presidente del Colegio de Cirujanos Dentistas de Chile, afirma también que «se ha demostrado que el no control de la encía en embarazadas puede llevar a que tengan un parto prematuro y en el caso de la diabetes, puede afectar en la regulación de la glicemia (azúcar)».
Coincide con esto Palavecino, quien añade que «se ha ido levantando evidencia cada vez más fuerte, entre la relación de afecciones orales y condiciones o patologías sistémicas como el Alzheimer, patologías cardiovasculares, control de la diabetes mellitus 2, problemas relacionados con el embarazo, EPOC e incluso problemas renales».
Además, la evidencia reciente, según la organización Cochrane, demuestra que la salud oral podría disminuir los casos de neumonías graves en los hospitales. «Mantener la boca del paciente limpia y sin enfermedades (higiene bucodental) podría ayudar a prevenir la neumonía asociada al respirador», la cual aumenta el riesgo de muerte del paciente, asevera el artículo de Cochrane.
Consecuencias económicas
Otra consecuencia que se observa en este problema es el costo de la salud bucal en Chile. De acuerdo al Centro de Políticas Públicas UC las personas de menores ingresos tiene una mayor prevalencia de enfermedades orales, pues «la mayoría de la población carece de una cobertura integral en odontología, es decir, no accede a programas preventivos o tratamientos curativos relacionados con patologías orales».
«La atención odontológica no está garantizada universalmente en Chile, contribuyendo a que las inequidades en salud oral se perpetúen», agrega.
De hecho, Palavecino asegura que «hoy en salud en general el gasto de bolsillo es de aproximadamente un 32%, en odontología ese gasto llega casi al 60%, o sea en Chile la odontología la pagan principalmente las personas de su bolsillo, probablemente por la baja cobertura del sistema público y las largas esperas. Esto es una inequidad tremenda que en general el resto de las áreas cubiertas por Fonasa no ve».
¿Por qué se da este problema?
Los distintos expertos coinciden en que no ha habido una voluntad política para invertir en los problemas de salud dental. «El problema es que la cobertura del sistema de prestadores público es muy baja y la cobertura de Fonasa para libre elección también es baja. Hay un tema de definición de política pública, de la cual el Estado no se hace cargo», afirma Patricio Palavecino.
«Este problema se da porque ha carecido de prioridad política en todos los gobiernos y al no existir esta prioridad, no hay acceso financiero que permita solucionarlo», afirma Raúl Valdivia, Director Ejecutivo de Fundación Sonrisas.
Carlos Marchant coincide y asegura que «los cirujanos dentistas estamos disponibles para disminuir la lista de espera, pero seguimos esperando a que aparezca la política pública que nos permita hacerlo».
Fast Check CL contactó al Ministerio de Salud para conocer los avances que han realizado respecto a este tema y conocer los números de lista de espera odontológica más actuales, sin embargo, hasta el cierre de esta nota, no hubo ninguna respuesta.