El 4 de septiembre será la fecha para el plebiscito de salida, en que Chile deberá decidir si opta o no por una nueva Constitución. Algunos indicios se dieron a conocer el pasado fin de semana, cuando tres sondeos daban por ganador al Rechazo. Fast Check CL fue hasta el ex Congreso para conversar con la presidenta de la Convención Constitucional, María Elisa Quinteros, con el objeto de conocer su visión del proceso, las dificultades y asuntos por mejorar.
Por Elías Miranda
Unos cuantos periodistas salvaguardan la entrada del ex Congreso, a la espera de recoger declaraciones de algún convencional. El ambiente es distendido, aún cuando no son del todo alentadoras las últimas encuestas conocidas el fin de semana, donde el Rechazo aparece como la opción ganadora en el plebiscito de salida, ratificado finalmente para el 4 de septiembre de este año.
El resultado de los sondeos no dejó indiferente a nadie. Incluso, el Presidente Gabriel Boric, desde Argentina, mostró su preocupación y realizó «un llamado de atención para todos quienes confiamos en este proceso». Pero las presiones externas no se remiten solo a encuestas, la idea de una “tercera vía” ha sido también un tema de discusión.
A eso de las 13:30 del miércoles 6 de abril, la presidenta de la Convención Constitucional (CC), María Elisa Quinteros (40), nos recibe en su oficina, apilada de carpetas y libros. Confiesa que ha sido un día agitado, marcado por un punto de prensa y reuniones atendibles a su cargo. «Tenemos que seguir creando puentes de conversación», señala ante nuestras preguntas.
— Desde que en febrero se comenzaron a discutir los primeros artículos que podrían ser parte de la nueva Constitución, ¿cuáles son los hitos más relevantes hasta la fecha?
Un avance importante es el reconocimiento del Estado Regional: eso es trascendental, sobre todo para quienes somos de regiones, que es alrededor del 60% del país. También se encuentra la igualdad sustantiva, los derechos sexuales y reproductivos, proveniente de las demandas del movimiento feminista;la educación sexual integral; el derecho a la naturaleza y el sistema de justicia paritario.
— Usted ha señalado en ocasiones que hay «campañas de desinformación» en torno al trabajo de la Convención Constitucional. A su juicio ¿Qué es lo que explicaría que el actual proceso sea el blanco de estas «campañas»?
Las razones no las he leído, pero en un estudio de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, ellos analizaban, al menos en redes sociales, una estrategia de desacreditación del proceso constituyente, y eso lo hemos visto desde julio del año pasado. No es algo reciente.
Ahora, creo que la base de todo esto, es que el proceso constituyente es el primero en la historia del país que es democrático y viene a remecer las estructuras de poder que básicamente subyacen a la Constitución del 80’ que representa un pensamiento, una filosofía neoliberal, donde claramente todo lo que estamos abordando legítimamente puede cambiar estructuras que llevan mucho tiempo en la sociedad, entonces eso puede generar, no tengo evidencia, pero puede provocar ciertas preocupaciones en algunos sectores.
— En la cuenta pública de marzo recién pasado, usted reconoció que «no fue fácil comunicar en forma oportuna todo lo que estábamos haciendo», ¿Cree que la manera en cómo se ha comunicado ha sido un flanco que de pie a lo que usted denomina como «campañas de desinformación» o considera que es una estrategia de ciertos grupos?
No ha sido fácil comunicar y eso es una falencia. Por ejemplo, si me preguntan qué aconsejaría para otros procesos constituyentes en el mundo es: comunicaciones desde el mes uno. Debiese haber una unidad poderosa, potente, dentro de la Convención que tomara desde el inicio el control de las comunicaciones para llevar la agenda de la misma. Recordemos que la Secretaría de Comunicaciones parte en enero, entonces es una secretaría muy reciente, entonces nos ha costado mucho armar lo que tenemos y claramente pasamos el resto del tiempo previo sin una respuesta potente.
— ¿Entonces llegaron tarde?
Es que no sé si tarde, pero lo que sí es que no se podía crear una secretaría si no estaba aprobada por el reglamento. De cierta forma debíamos esperar la creación (del reglamento) que nos tomó tres meses para recién dar vida hacia la unidad de la Convención.
— Hace pocos días se conoció que el convencional Martin Arrau fue sancionado con el 5% de su dieta por «desinformar a la opinión pública» (se suma a Marcela Cubillos). En razón de las reacciones a la entrevista en Las Últimas Noticias ¿Llevarán al convencional Bernardo Fontaine al Comité de Ética?
Es un tema complejo. Por lo que tengo entendido hay convencionales que van a hacer la denuncia al Comité de Ética y serán ellos lo que resuelvan. A mi me parece en términos muy claros que si bien la verdad no es absoluta, hay cosas concretas que son realidad y que tienen que ver con lo que aprueba el pleno.
Lamentablemente los dichos del convencional (Fontaine) no son cosas que estén aprobadas por el pleno, sino son discusiones y argumentaciones previas que no podemos asumirlas como una verdad para informar.
— ¿Y en el caso del vicepresidente Gaspar Domínguez? ¿Se evalúa llevarlo al Comité de Ética por haber desinformado a la opinión pública en un despacho para CNN?
En verdad, no estoy en conocimiento de lo que me comenta.
— Cito textual lo dicho por el vicepresidente Dominguez: «Antes del Plebiscito de Entrada, las encuestas mostraban un empate técnico entre el Apruebo y el Rechazo» (pincha aquí para ver nuestra verificación).
Es que para omitir una opinión tengo que ver el contexto, cuál fue la pregunta, qué dijo antes, qué dijo después. Porque me pasa muchas veces que la gente viene con titulares y resulta que puede ser una cosa sacada de contexto. Por eso prefiero no pronunciarme sobre cosas que no sé con cabalidad.
«Siempre fuimos transparentes»
— ¿Qué evaluación tiene del informe emitido de la comisión de sistema político, en específico sobre “presidencialismo atenuado” y “bicameralismo asimétrico”?
Como presidenta no me corresponde emitir juicios sobre lo que deciden las distintas comisiones. Lo que sí, me pone muy contenta que hayan logrado un acuerdo que pudiera continuar el diálogo y llegar a una propuesta. Sobre presidencialismo o no, será el pleno quien verá la legitimidad de eso.
— En relación a la participación de la ciudadanía en las Iniciativas Populares de Norma, usted en su momento señaló que la instancia demostró «el interés de las personas (…) por ser escuchados y considerados». Pasado el tiempo, ¿cuál es su valoración de este proceso? ¿Se han logrado encauzar de buena manera las iniciativas?
Hemos diseñado en la etapa reglamentarias múltiples mecanismos de participación, uno de ellos fueron las iniciativas populares de norma, ya sea indígena o popular, y valoramos los esfuerzos que hicieron las personas para lograr recolectar la cantidad de firmas. Nosotros pusimos ciertos puntos de cortes para el ingreso de las iniciativas que tienen que ver con los 15.000 patrocinios y cuatro regiones distintas.
En ese sentido, la participación siempre estuvo determinada por el reglamento como incidente, no vinculante; eso es muy importante. Siempre fuimos muy transparentes para decir que incidía en la discusión de la comisión.
— ¿Comunicacionalmente, no le parece que esa distinción jurídica (incidente-vinculante) deslegitimó, en cierta medida, los criterios de la Convención Constitucional, pensado en las iniciativas que se rechazaron y tuvieron un alto patrocinio?
No porque siempre fueron muy claras y estuvieron de cara a la población, incluso en la plataforma. Entonces no ha habido intenciones negativas. Siempre fuimos transparentes y el reglamento siempre está disponible desde el inicio en la página web.
— La plurinacionalidad es un concepto presente en varias de las instituciones que se están discutiendo. ¿Qué implicancias tiene para la CC que la Consulta Indigena haya registrado una participación mucho menor a la realizada por la ex Presidenta Bachelet en su segundo periodo?
Respecto a las comparaciones tenemos que verla en su justo contexto. Lo primero es que el proceso de consulta de la ex presidenta Bachelet fue un proceso que duró 6 u 8 meses, no tengo en este momento el dato, pero fue un proceso más largo. Nosotros lo hicimos en 15 días, por lo que la comparación no es tan sencilla.
Pero sí puedo decir que pese al poco tiempo, hicimos un alto número si comparamos el tiempo de la consulta de la ex Presidenta. Lo otro es que si miramos el número de encuentros convocados por nosotros, eran alrededor de 4.700 y los mismos encuentros convocados en el proceso de la Presidenta Bachelet eran 5.003. Es complejo compararlo.
— ¿Adhiere a la idea de solicitar más tiempo para el trabajo de la CC?
En el mundo ideal sería mucho mejor tener más tiempo, pero son los que nos fueron otorgados. Hemos cumplido con todas las cosas que se nos impusieron por el Acuerdo de la Paz, incluso hay harta gente aquí que no estaba conforme (con el Acuerdo), y sin embargo, está acá representando y respetando lo que se estableció. Nosotros aprobamos hace poco un cronograma y en las modificaciones incluímos todo lo que nos falta para terminar el 5 de julio, en ese sentido, no es necesario solicitar nada.
— Mediáticamente se han hecho notar las expectativas de esta instancia ¿Qué debe esperar el país de la Comisión de Armonización?
Como hay tantas expectativas sobre esto, me encantaría que se comunique que es importante, porque no estoy segura que venga de la ciudadanía, no creo que las personas estén muy interiorizadas con lo que esté ocurriendo. El desafío es informar.
Ahora, la Comisión de Armonización tiene funciones importantes, pero hay un marco de trabajo súper claro, que es encontrar inconsistencias, proponer mejoras al Pleno, ver duplicidades y proponer vías de resolución; mejorar redacción que no afecten el contenido. El mandato es muy específico para un tiempo acotado.
— ¿Es factible que la Comisión de Armonización adopte facultades que le permitan modificar ciertos aspectos más estructurales?
Eso pasa por una reforma reglamentaria. Si el Pleno de la Convención considera que se necesita otorgar mayor facultad a la Comisión de Armonización, se tiene que presentar una propuesta al Pleno.
— ¿Y ve plausible esa reforma reglamentaria?
No he escuchado por ahora la idea, porque para la modificación reglamentaria se necesitan 52 patrocinios, y hasta ahora no he visto que llegue nada, o al menos no he escuchado que se esté conversando.
Encuestas y autocrítica
— ¿A qué le atribuye los resultados que han mostrado las últimas encuestas en relación al plebiscito de salida y la aparición del Rechazo como primera opción? ¿La mesa es consciente de los números?
Tomamos los números con mucha humildad, con ese sentido de que tenemos que seguir trabajando y hacer algo. No podemos quedarnos solamente con lo que aparece. Se agradecen este tipo de insumos y ver todas las potenciales acciones que podamos realizar a nuestro alcance para dar respuestas y mejorar. Tiene que ver por supuesto con la información y también, como bien decía el Presidente, de buscar los mayores acuerdos y poner el servicio al bien común.
— ¿Y no está la posibilidad de que haya una desconexión con las necesidades que demandan las personas?
No lo veo así, porque me tocó participar de los cabildos, fui a las marchas, conozco también las necesidades de al menos mi territorio, no podría extrapolarlo a todo el país, pero en todas las instancias en que he participado como constituyente, yo veo que lo que vamos aprobando va en bastante sintonía con esta sistematización de cabildos. No veo que esté alejado. Tal vez lo que se comunique son temas muy puntuales y se recalcan, y no se da espacio para otros temas que son más cercanos a la población.
Lo que sí puede ser una dificultad que hemos tenido, es que los temas más cercanos a la población los dejamos para el final. Tal vez nos hubiera servido más empezar por discutir los temas de salud, educación, pensiones, y dejarlos definidos al inicio; claramente eso no lo hicimos porque no tuvimos esa mirada comunicacional, sino la mirada de construir progresivamente un sistema de derechos fundamentales. Entonces, es parte del proceso y las complejidades que tiene. Estábamos pensando en el impacto mediático, en que el proceso se fuera dando gradualmente, construyendo las bases, los principios; después lo demás.
— ¿Le parece pertinente una «tercera vía» como se ha planteado en las últimas semanas?
Me parece que esa tercera vía no corresponde, no es algo que hemos solicitado de esta Convención. Se ha instalado desde afuera, nadie nos preguntó. Lo que sí está claro es que el Acuerdo de la Paz siempre ha establecido las cosas súper claras y no considera una tercera vía. Además, la misma Convención de Venecia, solicitada por el Senado, recalca que esto no es bueno para la democracia: cambiar las reglas del juego, sabiendo que toda la población ya está informada que el plebiscito de salida se aprueba o se rechaza. No corresponde ese tipo de cambio a último minuto.
— Recogiendo las palabras del Presidente Gabriel Boric, quien comentó que se debe «buscar la mayor transversalidad y amplitud posible» ¿Qué es lo que el proceso debiese mejorar para obtener un respaldo electoral significativo?
Tenemos que seguir creando puentes de conversación y de diálogo en la interna. Yo veo que eso existe, a lo mejor hay que contribuir a que las votaciones sean mucho más de consenso. Por supuesto, es algo muy positivo, pero no es algo que no estemos haciendo desde julio del año pasado. También comunicar, aunque me digan que soy reduccionista, pero si la gente no está informada, no sabe lo que está pasando, y solamente se informa por las campañas de desinformación que comentábamos, claramente no va en favor al derecho a la información que todas las personas tenemos.