A pesar de los diversos relatos de drogas por contacto, los expertos señalan categóricamente que no hay pruebas contundentes que demuestren que existe este tipo de droga. Sin embargo, la viralización de historias y el retorno a la presencialidad a las clases ha generado miedo y vulnerabilidad en la vía pública.
Por Polet Herrera
«Drogas por contacto: ¿Cómo funcionan y qué tan factible es ser afectado por ellas en la calle?», «Burundanga en Chile: ¿Existen las drogas por contacto?», son algunos de los titulares de diversos medios de comunicación que se han compartido en los últimos días.
Tras el retorno a clases presenciales diversas estudiantes universitarias se han movilizado exigiendo mayor seguridad en el Barrio República y en las afueras del metro Los Héroes. De hecho, las alarmas se han encendido a tal punto que realizan mapas sobre posibles puntos en los que estarían drogando a estudiantes. Por lo que, Fast Check CL decidió conversar con diversos académicos y especialistas para conocer si las drogas por contacto realmente existen.
El mito de las drogas por contacto
A cada cierto tiempo en las redes sociales se viralizan testimonios de personas que han sido drogadas por burundanga en la vía pública o en el transporte, en diferentes ciudades del país, así como también por medio de aerosoles en el metro. Pese a los relatos, el comisario Patricio Navarro, jefe de la Brigada de Investigación de Sustancias Controladas de la Policía de Investigaciones (PDI), señala que en las pericias realizadas en su unidad «no se ha constatado la existencia de drogas de contacto».
Una visión compartida tiene la Doctora en Toxicología y académica de la Universidad de Valparaíso, Fernanda Cavieres, quien menciona que no existe una definición consensuada de drogas por contacto, debido a que no existen. Sin embargo, agrega que cuando se utiliza ese término «nos estamos refiriendo a aquellas drogas que entran en contacto con la piel y ejercen un efecto tóxico (…) Es un mito que la burundanga sea una droga de contacto, la escopolamina no se absorbe a través de la piel».
Por su parte, Mario Rivera, químico farmacéutico y académico de la Universidad de Chile, agrega que «la mayoría de las sustancias no penetra con facilidad la piel, y para que lo hagan deben estar formulados de una forma tal que haya un contacto estrecho con la piel por un período muy prolongado. Por eso los spray y geles del metro son bien difíciles que tengan efecto».
Entonces, ¿por qué la gente tiene tanto miedo a las drogas por contacto si no existen? Isabel Puga, presidenta del Colegio de Psicólogos/as de Chile, señala que entre las razones se debe a que, si bien «la Policía de Investigaciones no tienen suficiente evidencia, hay historias, y eso es lo que genera miedo e incertidumbre».
Además, Puga agrega que existe una sensación de indefensión y vulnerabilidad, y los mayores temores que enfrentan en su mayoría mujeres tiene que ver con «ser víctimas de abuso sexual y/o violación y riesgo vital».
La Burundanga
En varias ocasiones se ha señalado que la burundanga podría ser la sustancia que se utiliza en estos casos por ser una droga que genera pasividad, pero esta no suele ingerirse por contacto, sino que es mezclada con otras sustancias.
Se puede clasificar como un agente de sumisión química y su principal componente es la escopolamina, que se obtiene a través de una planta llamada brugmansia, la cual está compuesta por unas 30 semillas que son capaces de provocar la intoxicación.
«La burundanga contiene una sustancia que se llama escopolamina y su absorción a través de la piel solo se logra por parches transdérmicos, los cuales no servirían para drogar intencionalmente a una persona en la vía pública. En la medicina tradicional se usa a través de la ingestión oral, que es la forma más común de intoxicación. Ejemplo, las bebidas alcohólicas», detalla Rivera.
Según la información proporcionada por el Instituto de Salud Pública, se puede reconocer como un polvo blanco cristalino de sabor amargo. Entre los efectos que provoca ingerir burundanga, la presidenta de la Sociedad Toxicológica de Chile, Fernanda Cavieres, explicó que produce:
- Sedación y amnesia anterógrada, es decir pérdida de la memoria previo a ingerir la sustancia.
- Sequedad en la piel, mucosa, dificultades para hablar, pupilas dilatadas y visión borrosa.
- En casos más graves, arritmias cardiacas, taquicardias, colapso cardiovascular e insuficiencia respiratoria. Según el Instituto de Salud Pública, una dosis tóxica es de 1 gramo de escopolamina.
- En dosis extremadamente altas podría causar la muerte.
Las drogas para cometer delitos
«No se ha constatado la intoxicación intencionada en la vía pública», señala el comisario Navarro. Los lugares preferidos para drogar a las víctimas y cometer delitos de carácter económico y/o sexual son restaurantes o lugares de recreación, y no se realizan a través de contacto, sino que a través de sustancias que se ingieren por vía oral.
El método más frecuente es a través del consumo del alcohol. «Es el más común y está relacionado para cometer abusos sexuales y actos de violencia», dijo el médico Carlos Ibañez, jefe de la unidad de adicciones de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile.
Además, señala que las benzodiazepinas son conocidas para fines delictivos y explica que son «drogas depresoras del sistema nervioso central y en dosis altas provocan que las personas pierdan la conciencia».
Según la información publicada por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), son un grupo de medicamentos: «Para tratar afecciones como la ansiedad, el insomnio y las convulsiones (…) O mitigar los efectos colaterales de otras drogas, sea por estimulación o abstinencia». Su consumo crónico puede provocar adicción.
Y al combinarlas con otras sustancias como el alcohol, drogas depresores u opioides – medicamentos que actúan como analgésicos contra el dolor intenso-, la OPS advierte que «aumenta considerablemente el riesgo de una sobredosis y la muerte».
Por eso, el comisario Navarro recomienda realizar un análisis toxicológico en el menor tiempo posible para identificar las sustancias que provocan efectos en el organismo.
- Si sientes que fuiste drogada o drogado y necesitas ayuda médica puedes llamar al CITUC, Centro de Emergencias Toxicológicas de la Universidad Católica (+562 26353800).