Investigadores de la Pontificia Universidad Católica de Chile, desarrollaron dos estudios durante 2021, con casi 1.500 personas, en el que demostraron que el periodismo de fact checking impacta positivamente en reducir la desinformación y que es un “servicio público rentable socialmente hablando”. Sus conclusiones están en la siguiente columna de opinión.
Por Ingrid Bachmann (1), Sebastián Valenzuela (2) y Constanza Ortega (3)
Los chilenos están bastante expuestos a las llamadas noticias falsas. Una encuesta realizada el año pasado mostró que dos de cada tres usuarios vieron o escucharon una desinformación sobre el COVID-19. También fue tema durante el estallido social, y lo siguió siendo durante el intenso periodo electoral. Ante la epidemia de las fake news, las plataformas sociales y medios de comunicación han invertido fuertemente en el periodismo de veridicación o fact-checking. Sin embargo, muchos se preguntan: ¿cuán eficaces son las correcciones contra la desinformación?
Según la evidencia mundial, el fact-checking funciona. Pero, ¿y en Chile? Eso fue precisamente lo que investigamos a partir de dos estudios realizados en septiembre y en diciembre pasados con casi 1.500 adultos en Chile con acceso a internet. En ambos casos medimos el impacto de diferentes maneras de presentar correcciones con manipulaciones experimentales a partir de casos reales, pero creados especialmente para nuestra investigación. El primer estudio fue sobre el COVID-19 y el segundo sobre la elección presidencial. Hay varios resultados relevantes (para más detalles, ver https://efectofactcheck.cl/).
- La familiaridad con el fact-checking está creciendo: Menos de un tercio de los participantes del primer estudio (31%) dijo haber visto o escuchado de fact-checking, pero para el segundo estudio esta cifra aumentó significativamente (41%).
- Los chequeos funcionan: En comparación con gente que solo vio una noticia falsa, la exposición a una corrección aumenta, en promedio, 9% los niveles de información de las personas e incide significativamente en la creencia en información correcta. El impacto es tan fuerte que aquellos expuestos a una corrección periodística quedan aún mejor informados que sujetos en un grupo de control sin exposición a desinformación ni verificaciones (información a secas). Este efecto es similar o incluso mayor al reportado en estudios realizados en otros países.
3. Los sesgos de confirmación no anulan el impacto del fact-checking: En el contexto de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, comparamos chequeos a favor de uno y otro candidato. Encontramos que hay sesgos de confirmación: el efecto del fact-checking es significativamente más fuerte cuando las correcciones son favorables al propio candidato. Sin embargo, el sesgo es limitado y no anula completamente el impacto positivo de las correcciones en los niveles de información de los participantes.
En resumen, el periodismo de verificación es una herramienta eficaz para reducir la desinformación. En el contexto chileno, con desconfianza generalizada, ciudadanos críticos y circulación masiva de rumores, este hallazgo es especialmente relevante, pues confirma lo que muchos periodistas intuyen: el fact-checking es un servicio público rentable socialmente hablando.
[1] Profesora asociada en la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Email: ibachmann@uc.cl. Twitter: @Ingrid_Bachmann
[1] Profesor asociado y director de Investigación y Creación de la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile, e investigador asociado del Instituto Milenio Fundamentos de los Datos (IMFD). Email: savalenz@uc.cl. Twitter: @SebaValenz
[1] Asistente de investigación en la Facultad de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Email: cortega1@uc.cl. Twitter: @cortegagunckel