Por Fabián Padilla
El año 2016, en Buenos Aires, un grupo de más de 100 personas, en su mayoría periodistas, se reunieron para celebrar el tercer Global Fact: un evento creado por la International Fact Checking Network, para compartir experiencias y aprendizajes con todos los chequeadores del mundo de forma presencial. Ese año definieron de forma colectiva que el 2 de abril debía ser consagrado como el Día Internacional del Fact Checking, en atención a lo importante que se estaba volviendo esta forma de periodismo en el mundo y el rol público que implica entregar información precisa a la ciudadanía.
En noviembre del mismo año, las elecciones de Estados Unidos dieron como ganador a Donald J. Trump, empresario y prolífico creador de “fake news”. En esta misma elección, tiempo después, supimos del escándalo de Cambridge Analytica, empresa de marketing político y minería de datos, que utilizó datos privados en redes sociales sobre los electores, para favorecer estrategias de desinformación en la campaña de Trump, contra Hillary Clinton. La empresa fue creada por Robert Mercer y sus asesorías alcanzaron varias campañas para el Partido Republicano en EE.UU., pero también fueron contratados por Mauricio Macri, expresidente de la Argentina, quien ganó la presidencia con una fuerte estrategia anti-kirchnerista, y en la campaña liderada por Boris Johnson, actual premier de Reino Unido, sobre el Brexit, lo que impulsó su candidatura como Primer Ministro, posteriormente.
El 2016 fue un año especial, porque de cierta manera, fuimos testigos de cómo las mal llamadas fake news son un problema que puede debilitar nuestra democracia, pero además, un problema que podría incluso debilitar la salud de las personas.
El panorama chileno de fact checking era prácticamente nulo hasta octubre de 2019. Sin embargo, el “Estallido Social” o “Revuelta de Octubre”, creó un escenario preferente para la proliferación de información falsa. La credibilidad de los medios de comunicación tradicionales cayó en todo el mundo, también en nuestro país. Este fue un factor clave a la hora de buscar respuestas en instituciones que en octubre de 2019 no parecían tener legitimidad. Ahí nació Fast Check CL, el medio de comunicación que, con mucho orgullo, fundé y dirijo.
El 22 de octubre de 2019 creamos una cuenta en Instagram (@fastcheckcl) que, al mes de existencia, consiguió más de 100,000 seguidores de forma orgánica. Esta red social es una plataforma muy utilizada en el país, que decidimos emplear como soporte para hacer periodismo de fact checking. Este gran salto en seguidores favoreció la masificación y noción de que, también en Chile, se empezaba a practicar la verificación de datos como una nueva manera de hacer periodismo y de poner en valor el combate a la desinformación.
La desinformación es un problema complejo, que Claire Wardle ha introducido como “Desorden informativo”, debido a las distintas expresiones del fenómeno en el consumo de noticias. Estas se pueden medir en el nivel de daño que producen en las personas y se subdividen en tres: Mis-information, Dis-information y Mal-information. Chile experimenta problemas con todas ellas, debido a que muchas personas no saben bien ¿cómo distinguir una “fake news” (Kaspersky, 2019) y además, muchos medios carecen de herramientas prácticas y unidades de verificación, que permitan monitorear constantemente los bulos y mentiras, así como tampoco existe una cultura de chequear o dejar de compartir desinformación. Titulares tendenciosos, click bit, es parte de la economía de los medios. Sin eso no hay publicidad, sin publicidad no hay medios, y ese es el mayor problema que enfrenta el periodismo en el siglo XXI: ¿cómo ser independiente y además ser un negocio rentable sin depender únicamente de la publicidad?
Fast Check CL combate estas expresiones de desinformación en Internet sin muros de pago— con donaciones durante 2020 y con el apoyo de suscriptores en lo que va de este 2021. Estamos intentado crear una cultura de verificación en el país, no solo para encontrar la verdad sobre lo ocurrido en octubre de 2019, por lo cual ganamos el Premio Periodismo de Excelencia 2019 en Digital, sino además, para combatir hoy las mentiras sobre el Covid-19, que significaron en 2020, que el 25% de nuestro contenido fuera exclusivo para esta temática: mascarillas, recetas caseras, medicamentos milagrosos, entre otros.
Durante 2020, solicitamos como actores de la sociedad civil, al Consejo Para La Transparencia, que se pudiera generar una mesa permanente sobre desinformación. Hoy esto es una realidad, y está compuesta por diversos académicos, especialistas, fact checkers, cuyo fin es planificar estrategias y medidas concretas para combatir la desinformación durante el mega proceso electoral de este 2021 y la pandemia del Covid-19. Todos los y las involucradas en esto lo hacemos por Chile, sin esperar nada a cambio. Esa motivación es fundamental para crear alianzas transversales en un problema que, como hemos visto, está lejos de terminar.
El mismo año 2020 creamos “Verifica Chile”, la primera iniciativa colectiva de fact checking, junto a otros proyectos independientes, con el fin de escrutar el discurso público anual que hace el Presidente al Congreso, con su cuenta Cuenta Pública. Esto resultó en: www.factcheckingcuentapublica.cl, donde más de 50 personas nos reunimos de forma remota para verificar la totalidad del discurso del mandatario en menos de 48 horas.
Todos los contenidos quedaron liberados, para que cualquier medio de comunicación los tomara. CNN Chile fue el único valiente que se atrevió a compartir este proyecto, el que en su segunda versión, espera ser más grande en personas, medios y frases a verificar. Este 2021 esperamos hacer el Verifica Chile 2, para una vez más, volver a revisar los dichos de la máxima autoridad pública este 1 de junio, y acostumbrar al país a revisar y certificar la precisión de los datos, hechos y compromisos que se toman con la gente.
Una de las frases más emblemáticas del fact checking, en este día que lo celebramos a nivel global, es que sirve para “subir el costo de las mentiras”, pues como sabemos, el discurso público siempre ha estado lleno de falsas promesas e imprecisiones que hoy, dañan nuestra democracia, e incluso la vida. Debemos hacer del fact checking algo más: las escuelas de periodismo lamentablemente no lo enseñan como un curso (a excepción del rol destacado de la Universidad Católica y la Universidad Diego Portales) sino como pequeños talleres, que dejan mucho que desear y solo en algunas universidades, a cargo de personas que nunca han verificado, bajo el manto protector de “periodismo digital”.
Este este sentido, queremos anunciar que en los próximos meses lanzaremos INFACT 2021, un taller de bajo costo, para enseñar a periodistas y personas interesadas, cómo hacer fact checking con nuestro método. Queremos suplir lo que no hacen hoy las universidades y escuelas de periodismo, compartiendo nuestra experiencia, herramientas y motivación, que es fundamental para que las nuevas generaciones de periodistas en Chile sean chequeadores de corazón.
También, queremos anunciar que en pocos días más, se iniciará la primera organización nacional de fact cheking, Acheck, que podrán ver en www.acheck.cl. Esta idea nació a raíz de la colaboración que muchos de los verificadores/as chilenas tuvieron en 2020. El próximo martes 6 de abril, vamos a lanzar la “Guía Acheck”, un documento ciudadano, práctico y pedagógico, para que todas y todos puedan chequear sus candidatos, candidatas y autoridades. De eso se trata este día del fact checking: hacer de nuestra práctica algo público, masivo, una cultura de consumo responsable de información. Las invitaciones están abiertas y transmitiremos este evento por nuestras plataformas en redes sociales.
Enfrentamos una pandemia que acumula 2,8 millones de muertos, sin embargo, aún sabemos y leemos a personas que sostienen que esta es una “plandemia”. Es decir, un complot elaborado por grandes empresas y empresarios, médicos y políticos, para enfermar a todo el mundo y beneficiarse de aquello. Esto que para muchos de nosotros es algo inverosímil, para otros es una forma de vida. Ha derivado en el peor de los males: el miedo a la vacunación que, hasta el momento, es la forma más rápida de ver la luz al final de esta pandemia.
Nuestra lucha continua. Fast Check CL es el medio de comunicación líder en fact checking en el país. Esto lo hemos logrado, gracias a muchas personas que han depositado su confianza en un pequeño equipo de periodistas, que se proponen utilizar un método e información pública para desmantelar aquello que vemos, día a día, en las cadenas de WhatsApp, virales en Twitter, y post en Facebook e Instagram. A este listado se suman otras redes sociales, que estamos comenzando a monitorear. Pero nuestra labor siempre será insuficiente. Debemos hacer del fact checking una cultura, una forma de leer, informar e informarse.
Los invitamos a pensar en la desinformación como basura. Cuando vamos a un parque, o en nuestra casa, y vemos acumulación de basura, nos sentimos desanimados y afectados. La basura acumulada produce gases tóxicos que nos enferman y dañan la salud de quienes están en presencia de esa acumulación. Esto es lo que pasa con la desinformación. Cuando se acumula, genera un ambiente tóxico que puede llegar a dañar nuestra salud.
Sin embargo, cada vez con mayor frecuencia hay conciencia de reciclar y botar la basura donde corresponde. Las municipalidades disponen lugares para reciclar, las escuelas enseñan que hay que cuidar el medio ambiente desde temprana edad. La meta que Fast Check CL espera lograr, es que hagamos lo mismo con la desinformación: tomarla, hacernos responsables y botarla a la basura.
Nadie puede vivir con tanta basura, lo mismo sucede con la información falsa. Por eso, en este Día Internacional del Fact Checking o #FactCheckingDay, nuestro saludo a todas y todos quienes trabajan haciendo periodismo, especialmente, de verificación y a los miles de personas que antes de compartir un contenido del que sospechan, acuden a Fast Check CL, y se toman el tiempo, contribuyendo así a que tengamos todos un ambiente digital menos tóxico.