A horas de las elecciones de Estados Unidos, donde se definirá el presidente para los próximos cuatro años, aún quedan dudas sobre su sistema electoral. Tras una revisión documental, Fast Check CL te entrega la información sobre cómo se eligen los mandatarios de la potencia norteamericana.
Por Gabriela Tapia
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos (EE.UU.) son siempre seguidas por espectadores del mundo entero, y este 2020 se repite el patrón. La contienda entre el actual mandatario republicano, Donald Trump, y el candidato demócrata, Joe Biden, mantiene al mundo expectante.
Como dicta la tradición, el primer martes del mes de noviembre –que en esta ocasión cae día 3– es el día oficial de los comicios populares. Sin embargo, aún queda un largo camino para saber quién presidirá la potencia.
El primer lunes después del segundo miércoles de diciembre –o sea, el 14– los delegados electorales votan por uno de los candidatos. Recién el 6 de enero el Congreso cuenta estos votos.
Tras este largo proceso, el 20 de enero, el presidente y el vicepresidente prestan juramento y toman el poder del país.
Pero, ¿por qué hay tantas votaciones? ¿cómo se elige finalmente el Presidente? Fast Check CL te lo explica.
Voto Popular v/s Voto electoral
A diferencia de las votaciones directas en Chile, donde el candidato con la mayor cantidad de votos ciudadanos gana, en Estados Unidos el ganador se define mediante votaciones indirectas, donde quien reciba más votos de los representantes se queda con la presidencia.
Pero, ¿qué significa el voto popular de los ciudadanos estadounidenses? “Cuando votas por un candidato presidencial, en realidad está votando por los delegados preferidos de su candidato“, asegura Archivo Nacional de EE.UU.
El voto electoral está a cargo del Colegio Electoral, compuesto por 538 delegados de todos los estados y es el verdadero encargado de elegir al Presidente de EE.UU. Para ganar, se necesitan al menos 270 delegados, o sea, a la mitad más uno. Además, según la cantidad de población y congresistas, cada estado vale un número diferente de votos.
En general, el candidato que obtenga la mayoría popular a nivel nacional gana las en el Colegio Electoral. Sólo en 1824, 1876, 1888, 2000 y 2016 se han dado excepciones, según información del Archivo Nacional.
2000: Al Gore v/s George Bush
Las elecciones del 2000 son unas de las más recordadas del país norteamericano. En esta instancia, el candidato demócrata Al Gore se enfrentó al republicano George W. Bush.
Pese a que Gore obtuvo más de 500.000 votos populares sobre Bush, los delegados votaron a favor del republicano. Tras esto, la decisión fue derivada a la Corte Suprema.
A 35 días de la votación, recién los estadounidenses supieron quién sería su presidente por el siguiente periodo. El 12 de diciembre de 2000 la Corte Suprema comunicó que por una diferencia de 537 votos en el estado de Florida, el nuevo mandatario sería George W. Bush.
2016: Hillary Clinton v/s Donald Trump
En las elecciones del año 2016 se repitió la historia. Pese a que la candidata demócrata, Hillary Clinton, sacó 2,8 millones de votos más que su contrincante republicano, Donald Trump, perdió.
Aunque la candidata ganó en apoyo popular, obtuvo sólo 227 votos de los delegados. Por otro lado, su adversario sumó 304 votos del Colegio Electoral, superando en 34 los 270 requeridos para llegar a la presidencia.
Han sido cinco los casos en la historia de EE.UU. donde el voto de los delegados no calza con el resultado popular. Debido a esto, aunque no sea común, Fast Check CL corroboró que es posible llegar a ser Presidente sin una votación ciudadana mayoritaria.
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