Entrevista a los creadores de Delight Lab.
Por Camila González
La primera luz
En el año 2008, los hermanos Octavio y Andrea Gana, comenzaron a experimentar con la investigación lumínica, especialmente con videoproyectores, intentando pintar objetos tridimensionales con luz y dándoles contenido.
Este aprendizaje terminó en un proyecto de título conjunto: Octavio aportó desde su carrera de Diseño en la Universidad de Chile y Andrea desde Arte y Estética de la Universidad Católica.
El proyecto final fue una intervención en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), una proyección mapping en su fachada, que contó con la autorización del director del museo, Francisco Brugnoli, las juntas de vecinos del sector y la municipalidad de Quinta Normal. “Ese fue el primer video mapping de ese tipo que se hizo en Chile”, comenta Octavio Gana.
Desde ese día tomaron la decisión de dedicar su tiempo y trabajo en desarrollar proyectos relacionados con la luz y, sobre todo, con la videoproyección, concretando en 2009 el estudio Delight Lab: “un estudio de diseño audiovisual y experimentación en torno al video, la luz y el espacio”, del cual ambos hermanos son co-directores.
Iluminando el malestar social
El caso de Camilo Catrillanca, ocurrió en noviembre de 2018 cuando el “Comando Jungla” ingresó a una comunidad Mapuche lanzano ráfagas de bala que terminaron impactando en la parte inferior de la cabeza del comunero, lo asesinaron ese día mientras conducía un tractor junto a un menor de 15 años.
“Cuando asesinaron a Catrillanca nosotros proyectamos en Plaza Italia, ahí en ese momento el rostro de Camilo con el verso de Raúl Zurita que decía que su rostro cubra el horizonte”, recuerda el co-director de Delight Lab.
El Estallido Social fue otro de sus hitos, que como dice Octavio Gana: “nos cambió a todos, muchos hicimos cosas que nunca habíamos hecho”. En la proyección lumínica encontraron una forma de manifestar su arte y su descontento con lo que estaba pasando en Plaza Italia y en todo Chile, después del 18 de octubre.
“Tomamos la decisión de proyectar hasta que los militares se fueran, esa fue la determinación, pero no fue algo muy pensado en realidad, fue algo que nació, era un ánimo de participar y de manifestarnos con lo que nosotros teníamos”.
Mensajes que incomodan
En Delight Lab tienen una línea editorial clara. “visibilizar cosas que a mucha gente no le gusta ver. A veces son mensajes incómodos, pero que si no los vemos y los metemos debajo de la alfombra seguiremos siendo la peor versión de este país”. Desde esa premisa, ambos hermanos nos dicen: “buscamos poder levantar cosas que están en la oscuridad y ponerlas ahí, porque es la única forma de poder sanar”.
Octavio señala que Chile, muchas veces, se ha convertido en una gran zona de sacrificio y un lugar de importantes de atropello a los derechos humanos, “entonces ahí es cuando el arte cumple un rol fundamental en poder visibilizar este tipo de cosas incómodas, pero necesarias, a la sociedad”.
Solo una palabra
La motivación e inspiración a seguir trabajando y entregando mensajes es una mezcla de sensibilidad y un tema de creación. “Son unas ganas de querer hacer cosas también y eso es lindo, es muy personal y difícil de explicar, pero si tiene que ver harto con el acto de manifestarse y de crear, porque no todo lo que nosotros hacemos son palabras”.
Octavio nos cuenta que una de las situaciones que encuentra más interesante es “como una palabra, a veces, sintetiza el sentir de muchísimas personas, y no es más que eso, una palabra escrita en un edificio. Esa palabra se puede ver también en muchas partes, pero es muy potente poder observar la palabra en escala ciudad. Yo creo que es muy bonito, no tiene efectos tridimensionales ni de animación ni de nada, es solamente una palabra proyectada y es muy bacán el poder que tiene la palabra, es como volver a las cosas esenciales”.
Hambre
Durante el Estallido Social Delight Lab ha debido enfrentar también la censura a sus intervenciones. Una de ellas fue cuando proyectaron la palabra “Hambre” en mayo de este año, en el contexto de la pandemia del coronavirus. “Al día siguiente llegó una persona con unos focos, escoltado por Carabineros y con la luz no permitía que se pudiera leer el mensaje que en ese momento era humanidad y solidaridad, imaginate”, reflexiona Andrea Gana.
Hasta la fecha solo se sabe las empresas que están detrás, pero no quién los contrató. “Ellos deberían declarar porque, de no hacerlo, quedarán mal. Hay un proceso en la Corte, porque es un tema super delicado cuando se pasa a llevar, en democracia, la libertad de expresión, entonces se está haciendo la investigación, la justicia chilena está investigando”.
Otra censura que el equipo de Delight Lab vivió este 2020, fue cuando en la Semana de las Artes Visuales, en el Barrio Arte y junto a la Galería CIMA hicieron distintas proyecciones: la Plaza Baquedano, el monumento de Manuel Baquedano con un poema de Juan Luis Martinez, un texto poema de Pepe Cuevas poeta nacional, una obra de Caiozzama de la nueva Constitución ecológica y la estrella Mapuche Wüñelfe.
“En la cuarta intervención de ese día llegó Carabineros de Chile con dos focos: uno a censurar la cámara de Galería Cima y con otro alumbrando la estatua del general Baquedano. Ellos lo hicieron y todo Chile lo pudo ver”.
Contagiar la luz
Mucha gente les escribe para que proyecten palabras. Sin embargo, señalan que “es importante que no se nos cargue todo, porque eso es un acto de centralizar la protesta”. “Ojalá que las acciones de Delight Lab se contagien y que la gente saque el proyector que tenga, o la forma que encuentre de manifestarse, distinta a la habitual”.
“Lo que más me gustaría es que si la gente quiere hacer alguna manifestación o se quiere pronunciar con algo, busquen una nueva forma de manifestarse”.
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