Un reportaje de la agencia de noticias Reuters reveló que existió un fraude en las frambuesas que se enviaban desde Chile a Canadá. Fast Check CL corroboró mediante revisión de distintos medios que falsificaban los etiquetados para decir que era un producto chileno cuando eran traídas desde China.
Por Isidora Osorio
El pasado 6 de octubre, la agencia de noticias inglesa, Reuters, reveló irregularidades en las frambuesas que vendía la empresa Frutti di Bosco. Estas se comercializaban como chilenas a consumidores canadienses de Vancouver y Montreal, cuando en realidad eran chinas.
Las bayas provenían de Harbin Gaotai Food Co Ltd, un proveedor chino, que se las enviaba Frutti di Bosco, quienes las hacían pasar como frambuesas que se cultivaban en Chile. Después ellos las enviaban a distintas ciudades de Canadá para que se vendieran como un producto que era chileno.
En la investigación se calculó que habrían sido al menos $12 millones los que se invirtieron en frambuesas mal etiquetadas que llegaron a Canadá entre los años 2014 y 2016.
¿Cómo se hizo?
Primero, la empresa Harbin Gaotai Food Go., Ltd., con sede en Binzhou en la provincia de Heilongjiang de China, envía las frambuesas congeladas a Chile a través de un intermediario, Directus South East Asia de Nueva Zelanda.
Frutti di Bosco le compra las berries a Directus South East Asia para luego enviarlas a una planta de envasado en Chillán, quienes le colocan las etiquetas que aseguran que son un producto orgánico de Chile.
Finalmente, la empresa chilena les envía las frambuesas a varios sectores de Canadá, siendo el más frecuente la empresa de Montreal, Alasko Food, Inc.
¿Cuándo se descubrió?
En el reportaje se señala que la industria de exportación de frutas fue alertada de toda la situación a fines de 2016, luego de que Aduanas recibiera una denuncia.
Mediante la Ley de Transparencia, Reuters pudo verificar que las posibles consecuencias para el sector podrían ser unos $7 mil millones.
“Esta situación podría generar serios problemas para la industria alimentaria en nuestro país”, aseguró Ronald Bown, titular de la Asociación Chilena de Exportadores de Frutas, el 15 de noviembre de 2016 en una carta enviada a la Aduana.
A pesar del conocimiento que tuvo Chile de la situación, no notificó a Canadá de los productos falsamente etiquetados. Incluso después de que Cesar Ramírez, el propietario de Frutti di Bosco, confesará que se había coludido con la empresa canadiense, Alasko Foods Inc, para enviar las frambuesas de manera ilícita.
La Agencia de Inspección de Alimentos de Canadá dijo que están investigando lo ocurrido después de tener conocimiento gracias al reportaje publicado.
Por su parte, Alasko dijo que siempre había cumplido con todas las regulaciones de exportación y que ya no trabajaba con Frutti di Bosco. Sin embargo, la empresa chilena envío frutas, incluidas frambuesas, a Alasko al menos hasta 2018.
Norovirus
A principios de 2017, mientras Chile investigaba a Frutti di Bosco, Canadá vio un brote de norovirus, virus muy contagioso que provoca vómitos y diarrea por alimentos contaminados generalmente con heces humanas.
Más de 700 personas enfermaron y la razón principal eran las frambuesas congeladas que se traían desde China, específicamente de la empresa Harbin Gaotai, la misma que le vendía a Frutti di Bosco.
Canadá dejó de comprarle bayas a la empresa china, pero no contaban con que las mismas frambuesas estaban entrando al país desde Chile.
Hasta el día de hoy se desconoce si es que las frambuesas falsamente etiquetadas en Chile contribuyeron al brote de norovirus.
Resultados de la investigación
César Ramírez, propietario de Frutti di Bosco, fue condenado el año 2019 por falsificar documentos de exportación para facilitar el plan. Tanto él como su abogado se negaron a hablar en el reportaje.
“Ramírez se declaró culpable de dos cargos criminales por hacer declaraciones falsas sobre declaraciones de exportación. Recibió una multa de $6.266 y una sentencia de cárcel suspendida de 122 días. La Aduana chilena había recomendado una multa máxima de 55,6 millones de dólares”, se explicita en el reportaje.
Su demanda busca $26 millones en daños a Alasko y Mauricio Rebolledo, quien, según testificó Ramírez, lo engañó para que participara como testaferro en la estafa.
Rebolledo aseguró que esto no era cierto y que el propietario de Frutti di Bosco solo buscaba responsabilizar a otras personas de sus actos.
Tanto Rebolledo como Alasko impugnaron la demanda, diciendo que debería desestimarse por falta de pruebas. El caso sigue pendiente.
Aduana y Direcon
El Diario Financiero contactó al Servicio Nacional de Aduanas, quien le indicó que cuando fue recibida la denuncia en 2016 “activó los procedimientos de fiscalización respectivos, de lo que resultó la dictación de una sentencia condenatoria en materia penal en contra de un ciudadano chileno, por parte de un tribunal de justicia de Chile, la que nos cabe acatar. La investigación se desarrolló en el marco de nuestras competencias y con la profundidad que el caso ameritaba”.
De igual forma la Subsecretaria de Relaciones Económicas, específicamente de Direcon (Relaciones Comerciales Internacionales), aseguraron que “no parece razonable concluir que la ocurrencia de un caso delictivo como este puede llevar a concluir que constituye una suerte de mácula a las políticas públicas implementadas por Chile en torno al sector exportador. Por el contrario, revela que los procedimientos administrativos y judiciales operaron de manera plena”.
Resumen
El pasado 6 de octubre Reuters publicó un reportaje que dejaba al descubierto una estafa en la que estaban involucrados tres continentes. Por una parte China, quien enviaba las frambuesas congeladas; Nueva Zelanda, el intermediario; Chile, donde se hacía la falsificación por parte de la empresa Frutti di Bosco y Finalmente, Canadá, donde llegaban las bayas como si fueran un producto orgánico chileno.
Las autoridades chilenas supieron de esto a finales de 2016, ahí se llevó a cabo un caso judicial que finalizó con una sentencia para César Ramírez. Sin embargo, nunca se le notificó a Canadá lo que estaba sucediendo.
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