El proyecto de ley para sancionar el negacionismo de las violaciones de los derechos humanos en Chile, abrió la controversia entre la búsqueda de la verdad y la libertad de expresión, esto dio paso a cuestionamientos sobre cuál es realmente el problema de fondo.
Por Paula Altamirano
El negacionismo es un fenómeno social y político, que consiste en negar una realidad o un hecho que indudablemente pasó. Esta negación se puede dar por desconocimiento, desconfianza o incomodidad frente a un tema.
El concepto se desarrolla principalmente en Europa, luego de las violaciones a los derechos humanos durante la Segunda Guerra Mundial. Uno de los grandes ejemplos en esta materia fue el holocausto judío, donde personas negaron que los campos de concentración o el exterminio sistemático ocurriera.
Libertad de expresión y negacionismo
De allí, países como Alemania, Francia, Suiza, Austria, Bélgica, España, República Checa, Israel, Liechtenstein y Letonia han legislado al respecto. En éstos se sanciona el negacionismo y la incitación al odio con penas que llegan hasta los cinco años de prisión en Alemania y hasta diez en Austria.
¿Cuándo una opinión deja de ser válida y se enmarca en un delito?
En ese sentido, bajo el Sistema Universal de Derechos Humanos (SUDH), el Comité de Derechos Humanos ha determinado que los límites se hallan cuando los dichos o comportamientos negacionistas se enmarcan en cuestiones racistas o que incitan a la violencia y a la discriminación.
Al mismo tiempo, desde la Corte Europea de Derechos Humanos confirman la necesidad de una revisión caso a caso. Esto se debe a que el contexto histórico, situacional y geográfico, inciden en los actos.
Negacionismo en Chile
En Chile, el negacionismo a las violaciones a los derechos humanos cometidas en la dictadura de Augusto Pinochet, ha sido tema de discusión durante años.
Así, en septiembre del 2017 entra al Congreso un proyecto de ley que busca sancionar la incitación a la violencia y el odio, agregando un apartado que sanciona el negacionismo de tales violaciones en dictadura.
Recién el 22 de septiembre pasado el proyecto fue despachado al Senado, aprobándose así la norma que sanciona el negacionismo, con 75 votos a favor, 66 en contra y 6 abstenciones.
De este modo, el proyecto de ley consigna sanciones a quienes “justifiquen, aprueben o nieguen las violaciones a los derechos humanos cometidas por agentes del Estado durante la dictadura cívico militar“. La pena a este delito es de “presidio menor en su grado medio, es decir, 541 días a tres años y un día, y multas de 40 a 60 UTM ($1.990.000 a $2.980.000 aproximadamente)”.
¿Por qué se dan estos comportamientos en Chile?
La historiadora y escritora, María José Cumplido, sostiene que en Chile hay un sentir de que “no hubo justicia, porque muchos torturadores siguen libres (…) Entonces, no hubo una reflexión en toda la sociedad sobre lo que pasó”.
De ahí que “existe una falsa disputa de que la verdad histórica sea opinable, porque en realidad hay hechos que existen y que da lo mismo la opinión que se dé, eso no cambiará el hecho”, aclara, Cumplido.
Asimismo, el Premio Nacional de Historia, Gabriel Salazar, defiende que el negacionismo es una actitud valórica, que tiene que ver con raíces históricas muy profundas que hablan de actitudes violentas, discriminatorias, racistas, etc., por parte de militares y autoridades y también con la soberanía que siempre se le ha negado al pueblo chileno.
¿Podría esta ley dañar el derecho a la libertad de expresión?
Sin duda han causado controversia los dichos del director de la División de las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, al tratar al proyecto como una falta a la libertad de expresión.
En ese sentido, el abogado constitucionalista, Domingo Lovera, postula que “los dichos de Vivanco están arraigados a la tradición norteamericana, donde las libertades tienen un tremendo peso para la sociedad, en cambio este proyecto en Chile busca más seguir los pasos de los europeos en esta materia, que tienen toda una historia con el negacionismo”.
El proyecto de ley es controversial, porque finalmente “no es que se sancione las palabras en sí, sino la intencionalidad detrás de ellas, la incidencia que tengan”. Por ejemplo “que alguien diga que en dictadura la economía chilena tuvo un gran crecimiento no es lo mismo a hacer honor a Pinochet”, sostiene Lovera.
La importancia del rol educativo
“La ley por sí sola no funcionará”, asevera Cumplido y agrega “esta debiese ir acompañada de políticas públicas y sobre todo de una política de educación. Lo más importante radica en cómo estamos enseñando la historia de nuestro país y en cómo implica el pasado en nuestras vidas”.
En tanto, Salazar comenta que “sancionar no es lo importante, porque aquí lo que se necesita es un reconocimiento de la verdad. Lo que corresponde aquí es que estudiemos las cosas tal como han sido, es una estupidez tapar con un dedo el sol porque castigarlo no necesariamente revela la verdad”.
“¿Por qué crees que sacaron Historia de tercero y cuarto medio? La literatura desde 1980 se pasaría en esos años, ahora están ocultando esa historia y forma parte de una conspiración del que el Estado ha sido partícipe”, sentencia Salazar.
Por su lado, el académico del Departamento de Historia de la USACH, Igor Goicovic, comenta que “es complejo desde el punto de vista de la legislación, eventualmente puede ser un obstáculo para las investigaciones que se den este materia”, y añade que “por lo mismo es que se necesitan buenos procesos formativos: se necesita más investigación y por supuesto una mejoría en todos los estadios de la educación pública”.
Covid-19 y ciencia: otros negacionismo latentes
El negacionismo político no es el único que existe, pues hay una fuerte corriente negacionista hacia la ciencia. Esto se ve reflejado en el escepticismo hacia las vacunas, la forma de la Tierra, la llegada a la Luna, etc.
El biólogo molecular y comunicador científico, Gabriel León, considera que “hay personas que están convencidas que su postura es más válida, porque tienen una forma de ver el mundo basada en su experiencia personal. No les importan los hechos, les importa tener la razón, y eso se da tanto en la ciencia como en la política”.
En la actualidad, el Covid-19 se ha visto cuestionado en cuanto a su veracidad, ya que existe mucha información circulando al respecto. “Las redes sociales alimentan mucho esto, se pasa información como nada en los grupos de WhatsApp y se produce una sobreinformación. Se ha hablado, por ejemplo, de que el Coronavirus es un montaje de la ONU para desestabilizar la economía mundial e ignoran la cantidad de contagiados y muertos”, comenta León.
Finalmente, “el negacionismo se da porque la verdad les produce daño, en el caso político, ¿imagínate que tengas que admitir que creíste una mentira por 20 años?”, concluye el biólogo molecular.
Todos los contenidos publicados por Fast Check CL son de propiedad de Tlön Comunicaciones SpA y no pueden ser reproducidos sin expresa autorización.